Decir su nombre es decir Temperley. Gastón Aguirre, exdefensor central del Gasolero -hoy técnico de la reserva del club de sus amores- se sumó a una profunda charla con Deportes del Sur, donde recordó el Día del Hincha, habló de su pertenencia al club, los ascensos con el Celeste y del tema del momento: la vuelta al fútbol profesional. Además, respondió un lindo ping pong.

En cuanto a la posible vuelta al fútbol, probablemente le rompió el corazón al hincha gasolero que soñaba con ver al "Tonga" nuevamente con la camiseta celeste. "No creo que me dé la talla para volver a jugar en Temperley, el club necesita otra cosa. Obviamente, me gustaría retirarme en el club porque es mi casa, pero no me siento capacitado y no me quiero ir mal. Sé que la gente es muy exigente, sea quien sea el nombre, y no porque sea Gastón Aguirre me van a perdonar cosas que en otros clubes no", admitió.

En ese plano, fue muy claro con respecto a volver a ponerse los botines: "Los sueños están para cumplirlos. Si tengo una mínima chance de volver a jugar al fútbol, lo haré porque es mi pasión y porque creo que del fútbol me escapé. Ojalá tenga la chance de volver a jugar al fútbol y de retirarme dentro del campo de juego, que es lo que siempre soñé."

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"Ganas de jugar tengo, pero con las ganas no hacemos nada. Las chances de volver a jugar al fútbol en San Martín están porque hablé con el técnico, con el presidente y con los chicos. De San Martín me fui hace ocho meses y sigo estando en el grupo de Whatsapp, me tienen integrado al plantel como que nunca me fui. Ellos tenían en la cabeza que vuelva a jugar y tratar de convencerme", agregó Aguirre.

Sin embargo, mantuvo los pies sobre la tierra: "Esta cuarentena me llevó a querer volver a jugar al fútbol, pero sentado acá y entrenando en casa no quiere decir que vuelva a jugar al fútbol y juegue bien. De ahí a jugar un partido profesional, lleva mucho más tiempo. Tengo 38 años, hace ocho meses que no hago fútbol, que no soy jugador profesional. Si me dan la chance y hay una luz, voy a tratar de aprovecharla y volver a jugar", anticipó.

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A su vez, aclaró que “no hay nada concreto” y que sigue siendo el técnico de la reserva de Temperley.  En ese contexto, estableció las condiciones para volver a jugar al fútbol: "Depende de cómo vaya el día a día, de cómo me sienta en los entrenamientos. Hablé con el técnico, le dije que iba y entrenaba, pero si veía que no podía, le daba un abrazo y me iba a mi casa. Sé que van a venir muchos chicos, vamos a empezar todos de la misma manera, todos parados. Yo me sigo entrenando para poder estar a la par de todos, es cuestión de probar y ver cómo sale todo", afirmó.

"San Martín me acompaña, me da el cariño que necesita y ojalá vuelva a jugar al fútbol y lo pueda hacer profesionalmente", agregó el ex San Lorenzo.

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Ping pong

En el Día del Hincha de Temperley, el marcador central que logró dos ascensos con el Gasolero (desde Primera B hasta Superliga) se sumó a un lindo ping pong en el que recordó todos sus pasos vistiendo la camiseta celeste.

- ¿Cómo se vive el Día del Hincha de Temperley en plena cuarentena?

- Estar con el hincha de Temperley es constante, el cariño que nos tenemos es mutuo, es de siempre. Nos encuentra con una cuarentena en donde no se puede festejar ni ir a la cancha, es una lástima. Sabemos que el hincha de Temperley es fiel y a través de las redes sociales lo está manifestando.

- ¿Cómo nació tu amor por Temperley?

- Desde que yo pude elegir y pude salir a ver un partido de cancha, elegí Temperley. Desde ese día no me separé nunca. Luego comencé en inferiores, jugué en Primera. Estuve en otros clubes, pero siempre ligado a Temperley, siempre fui a la cancha y es algo que no nos pudimos separar. Es parte de mi familia. Vienen mis hijos, mi señora y está Temperley. En mi casa está todos los días un poquito de Temperley. Está presente en nuestras vidas casi todos los días, lo adoptamos como mi familia.

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- ¿Cuáles son los tres momentos más importantes que viviste en Temperley?

- Mi debut con San Telmo, mi redebut con Flandria y el ascenso a Primera División con All Boys. Fue el momento más importante que viví. Obviamente, está el partido con Platense, pero siempre aspiramos a jugar en Nacional B, nunca a jugar en Primera. Es algo que soñábamos y lo pudimos lograr. Sé que era difícil de pensar jugar en la Superliga y lo pudimos hacer.

- ¿El mejor compañero que tuviste en el club?

- Fede Crivelli. No éramos amigos, pero sí sabíamos lo que queríamos y él me ayudaba y yo lo ayudaba. Podíamos entrarles por otro lado a los dirigentes y conseguir cosas, nos complementábamos en ese sentido. Ayudamos mucho al crecimeinto del club y al armado de un buen grupo.

- ¿El mejor técnico?

- Rezza, por todo lo que nos enseñó y por todo lo que logró en el club. Yo soy hincha de Temperley y estoy agradecido por todo lo que hizo. Obviamente, después me dirigió y me enseñó muchas cosas, pero como hincha, Rezza está por arriba de todo.

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- Si tuvieras la oportunidad de volver a jugar un partido, ¿cuál sería?

- El partido que la gente disfrutó de verdad fue el que le ganamos a Racing en el Beranger. Es uno de los pocos partidos que se difrutó en Primera División porque se jugó bien, goleamos e hicimos un lindo papel. Obviamente, hay partidos donde la gente disfrutó, como el partido con Platense y All Boys. Pero ese partido, por ser Superliga y por haberle hecho tres goles a un grande como Racing, creo que fue uno de los partidos más lindos que me tocó jugar en Temperley.

- ¿El momento más difícil que viviste?

- Haber descendido. Pudo haber pasado ese año, pudo haber pasado el primer año. Temperley no se quiso embargar para ir a buscar grandes figuras y se conformó con lo que tenía, y dimos pelea. Duramos tres, cuatro años en Primera División sin tirar el presupuesto para arriba. Hicimos un digno papel.

- ¿Una cuenta pendiente?

- Retirarme en Temperley, pero no me lo reprocho ni me quita el sueño. Me hubiese gustado terminar mi carrera en Temperley, pero no se pudo dar.