La supuesta banda de usurpadores, conocida como el "Clan Juárez", volvió a atacar: en esta oportunidad, fue a un matrimonio y su hija de 12 años, quienes fueron agredidos a golpes. Además, habrían sufrido destrozos en su casa, en el marco de un conflicto cuyo origen se desconoce, aunque lo concreto es el temor latente a que haya más víctimas en cualquier momento.

Se trata del grupo delictivo integrado por familiares que atemoriza a los vecinos del barrio Villa Paris, en la localidad de Glew, a quien se lo acusa de haber usurpado una casa en mayo pasado, luego de desalojar a tiros a sus antiguos propietarios, una madre que crio sola a sus tres hijos, quienes perdieron todas sus cosas y quedaron en la calle.

La víctima denunció el hecho, y la causa tramita en la UFI 1 del Departamento Judicial de Lomas de Zamora, a cargo del fiscal Javier Gramajo, bajo la carátula de robo, amenazas agravadas y lesiones leves. Sin embargo, no hubo novedades a pesar del paso del tiempo.

Desde entonces, su vida se convirtió en un infierno: vive con miedo, y es amenazada permanentemente, por lo que no puede regresar a su antiguo hogar, donde tuvo que dejar todas sus pertenencias, y apenas pudo recuperar a su dos perros, sus fieles compañeros a los que rescató de la calle días después de la usurpación.

El resto de los muebles, electrodomésticos y objetos que estaban en su propiedad fueron vendidos a diferentes personas del barrio. "No pude recuperar nada, perdí todo lo que tenía", contó la damnificada.

"Son usurpadores, venden terrenos y después de un tiempo te golpean, agreden y destruyen todo lo que conseguiste", sostuvo una de las personas del vecindario a este medio, que prefirió preservar el anonimato por temor a represalias de la banda.

De acuerdo a la descripción de los delincuentes aportada a este medio, los malvivientes "andan armados", y agreden a todo aquel que se les ponga en el camino. El rumor entre la gente es que tienen connivencia policial.

La banda fue denunciada en reiteradas ocasiones, y sus miembros, que en su mayoría tiene el mismo apellido (de ahí el apodo del grupo), cuentan con varios antecedentes por diferentes delitos. No obstante, se manejan con total impunidad, mientras el resto del vecindario vive atemorizado.