viernes 26 de abril de 2024 - Edición Nº1969

Policiales | 9 mar 2023

VIOLENCIA DE GÉNERO

La pesadilla de la mujer que sobrevivió a un intento de femicidio en una iglesia

La víctima había denunciado a su ex pareja, que la agredía y amenazaba a pesar de las medidas cautelares. El 5 de febrero la atacó con un cuchillo de carnicero en Villa Caraza.


El 5 de febrero pasado, Dolores Mirta Rolón, de 60 años, sobrevivió de milagro a una brutal agresión de su ex pareja, quien trató de apuñalarla con un cuchillo de carnicero en medio de una misa desarrollada en la Parroquia Nuestra Señora de los Trabajadores de Villa Caraza, en Lanús. 

Aquel acto, que casi terminó de manera sangrienta si no fuera por la intervención de los testigos que le salvaron la vida, fue el último capítulo de una pesadilla que había soportado durante los más de 30 años que convivió con el acusado, Óscar Eduardo Casagrande (63), conocido en el barrio como "El Turco". Sin embargo, el terror no se terminó con la separación, siguió con amenazas y todo tipo de agresiones, a pesar de que incluso contaba con un botón antipático.

Tras la detención del imputado, reducido y desarmado por las personas que asistieron ese día a la misa, la víctima fue citada a declarar por la fiscal del caso, María Soledad Garibaldi. Según pudo averiguar Política del Sur, Rolón relató lo ocurrido en el interior de la iglesia ubicada en Oliden 4330, y recordó todos los episodios de violencia de género, que denunció en más de una ocasión y que originó una restricción perimetral para evitar el acercamiento de su agresor, que tampoco funcionó.

De acuerdo a la reconstrucción del hecho, el acusado se ubicó en la última fila de asientos de la parroquia y luego de comulgar, abordó a la víctima y sacó de una bolsa de nylon una cuchilla similar a la que usan los carniceros, con mango blanco, con la que intentó apuñalarla.

"Había terminado de comulgar, había 70 personas, el padre termina de comulgar. Casagrande ya me estaba diciendo en ese momento 'cómo va a estar esta puta de mierda acá, que me dejó sin casa, que se acuesta con el cura, es una arrastrada que me cagó la vida'", declaró la damnificada. 

Como el violento no pudo herir a su primer objetivo, tuvo un plan B. "Yo no le daba caso, seguía cantando. La señora Hermenegilda se da cuenta de que me iba a apuñalar y ella me empuja, vi el cuchillo a 30 centímetros de mi pecho. Cuando el padre se dio vuelta para ir a comulgar al coro, como no me pudo apuñalar a mí, intentó apuñalar al cura que estaba a medio metro", detalló Rolón.

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Casagrande trató de hincarle un cuchillo al cura en la nuca, pero este alcanzó a moverse justo a tiempo. Como último recurso, trató de quitarse la vida, pero se lo impidieron. 

"Desde que me separé que me hostiga, nunca me perdonó que no sea más su esclava, teníamos una pizzería pero me pagaba como a una empleada. Me llamaba con los empleados y me pagaba con ellos", recordó la mujer, que continuó:"Yo me cansé, ya basta. Mis hijos casi se quedan sin madre, casi nos quedamos sin cura. Ya le había hecho medidas cautelares, pero aun así seguía molestando, nunca respetó".

"Siempre dijo que me iba a matar a mí, al padre y después que se iba a matar a él. Todos saben que nos quiere matar", aseguró. Estas palabras, junto al relato de más testigos, entre ellos, el sacerdote que también fue blanco del terrible ataque, fueron determinantes para que el Ministerio Público Fiscal pida la prisión preventiva, que deberá ser otorgada por el juez de Garantías 4 de los Tribunales de Avellaneda-Lanús, Esteban Baccini.

La UFI 8 del mismo departamento judicial caratuló el caso como "femicidio por tratarse de un homicidio agravado por el vínculo y por ser cometido por un hombre contra una mujer mediando violencia de género en grado de tentativa en concurso real con amenazas calificadas por el empleo de arma".

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