Por: Luis Giménez Ojeda

María Rosa Barreto Acosta, la mujer que había engañado a su pareja y había simulado estar embarazada, que cumple prisión preventiva por robar un bebé en la localidad de Carlos Spegazzini, podría ser condenada en un juicio abreviado. Su mentira incluyó un baby shower, su pareja se había tatuado el nombre de su futuro hijo y el padre del menor robado murió de un ataque cardíaco.

Fuentes judiciales informaron a Política del Sur que el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 6 de Lomas de Zamora juzgará a la imputada en el marco de lo que podría ser un juicio abreviado, de acuerdo a lo que habrían acordado, en principio, las partes del caso.

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Barreto está detenida por los delitos de “violación de domicilio en concurso real con sustracción de menores”, tal como lo consideró la UFI 1 descentralizada de Ezeiza, y avaló el Juzgado de Garantías 7.

Una de las teorías que barajaba la fiscalía era que la acusada habría perdido un embarazo de varios meses de gestación y que habría tratado de reemplazar a su hijo con el de su amiga, lo que significaría un secuestro planificado.

Embarazo falso, baby shower y hasta un tatuaje

El insólito hecho ocurrió el lunes 2 de mayo de 2022, alrededor de las 16 en una casa ubicada sobre la calle Haití, en el Barrio del Plata de la localidad de Carlos Spegazzini, mientras la víctima, María Esther, atendía el negocio que tiene en su vivienda y se dirigió a la parte trasera de la propiedad, para amamantar a su bebé, que había nacido el 23 de abril.

El robo dio inicio a una investigación a cargo de la fiscal Florencia Belloc, que logró recuperar al recién nacido en cuestión de cuatro horas, en una casa ubicada a solo cinco cuadras.

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A partir del hallazgo, descubrieron que Rosa Barreto, una de las mejores amigas de María Esther, fingió un embarazo durante 9 meses y cuando la mentira estaba llegando a su fin decidió robar al bebé para sostener el engaño. Durante el falso embarazo incluso realizó un baby shower y su novio se tatuó el nombre del falso hijo.

El artículo 146 del Código Penal establece una pena de “reclusión de 5 a 15 años” para aquel que “sustrajera a un menor de 10 años de sus padres”.

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Cuando tuvo la oportunidad de defenderse, Barreto primero prefirió el silencio y se negó a declarar, hasta que reconoció la autoría del robo, pero aseguró que era parte de “un pacto” con la madre del menor.

Al enterarse de los dichos de la detenida, el padre del bebé robado, un hombre de 39 años, habría fallecido debido a un ataque cardíaco.