Zamira Domínguez tenía 5 años cuando el 29 de septiembre del 2018 falleció en el Hospital Santamarina de Monte Grande a raíz de diversos golpes en el cuerpo, según determinó más tarde la autopsia. Ese mismo día, la Policía detuvo a su padrastro, Brandon González, y meses después, Brenda Fernández, la madre de la menor.

Ambos fueron condenados en agosto del 2022 por el crimen, aunque la sentencia no dejó conformes a los familiares paternos de "Zami": es que mientras el joven fue condenado a prisión perpetua, la mujer recibió la pena de 18 años, al ser considerada culpable de “abandono de persona seguido de muerte agravado por el vínculo”.

Sin embargo, eso no fue lo único que molestó a los seres queridos de la víctima, que tuvieron que presenciar varias jornadas en las que se expusieron pruebas del calvario que sufrió antes de morir. Es que durante aquellas audiencias, la apariencia de Brenda mostraba muestras evidentes de que estaba embarazada de un hijo que acaba de dar a luz en la cárcel.

"Busco un hijo para tener un escudo para que no la fajen en la cárcel", contó Adriana Libonatto, la tía de la niña, que en diálogo con el programa Política del Sur expresó su temor a que otro caso similar al de su sobrina asesinada y consideró que se trata de "un plan macabro" de la joven. "Brenda tenía temor a la población carcelaria, es una estrategia que tienen ellos", aseguró.

"No se le cayó una lágrima, ¿cómo anda con un celular en la mano como si nada? No le deseo la muerte a nadie, pero tienen que estar en un lugar 4x4 sin poder ver el sol", manifestó Adriana, que además manifestó estar preocupada con que sea beneficiada con prisión domiciliaria.

El crimen de Zamira

El dramático hecho ocurrió el 29 de septiembre de 2018. Zamira tenía cinco años y era sordomuda. La mamá comentó que pensaba que estaba durmiendo en el sillón cuando notó algo raro en su respiración y decidió llevarla al Hospital Santamarina, aunque la criatura ya ingresó sin vida. 

Los médicos constataron la presencia de golpes en el cuerpo de Zamira por lo que avisaron a la Policía que comenzó la investigación. 

Al principio, las principales sospechas apuntaron hacia González, quien era pareja de la madre. El joven fue detenido horas más tarde del homicidio, mientras que el arresto de Fernández se ordenó en abril del 2019, al considerársela cómplice.