El juicio por el crimen de Rodrigo González, el hombre de 35 años que había sido asesinado de un disparo en el pecho mientras festejaba un cumpleaños familiar en Temperley en agosto de 2019, tuvo este viernes su jornada de alegatos, donde la fiscalía pidió la pena de prisión perpetua para el acusado.

Se trata de Gabriel Castro, quien llegó detenido al proceso judicial en el que es juzgado como único detenido y que podría seguir en esa condición durante los próximos años, en caso de que el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 4 de Lomas de Zamora falle a favor del pedido solicitado por el fiscal Hugo Carrión.

Por su parte, el defensor oficial del acusado solicitó al tribunal que su defendido solo sea juzgado por el delito de robo, a diferencia del que se le imputa: "robo agravado y homicidio criminis causae, ambos en tentativa, y homicidio agravado".

El martes el Tribunal a cargo del juicio dará a conocer su veredicto.

El crimen

Luego de dos suspensiones, el juicio por el crimen de Rodrigo González comenzó el lunes con el testimonio de Gabriel Castro, el único detenido por el hecho ocurrido en agosto de 2019 en Temperley. "Nunca se mostró arrepentido", expresó Sebastián González, hermano de la víctima.

El hecho ocurrió el 17 de agosto de 2019, pasadas las 21, en Zuviría al 400, casi esquina General Iriarte, Temperley, donde Rodrigo González estaba en una habitación de la casa mientras se festejaba un cumpleaños.

Un delincuente armado que había intentado sustraer un vehículo sobre la calle Iriarte al 800, se tiroteó y no pudo terminar de cometer el delito, junto a otro delincuente. Fue hasta la vuelta, sobre Zuviría, donde vio que un hombre descendía de un vehículo e ingresaba a una casa.

Según la acusación, Castro pasó por el frente de esa vivienda y disparó en varias oportunidades contra ella. Uno de los balazos ingresó por la ventana e impactó en el pecho de González. El hombre de 35 años murió horas más tarde en el Hospital Gandulfo, tras ser operado.

El delincuente, en tanto, continuó su raid delictivo, robó una camioneta a pocos metros y escapó, hasta que fue detenido en la vivienda de sus padres en Isidro Casanova. Presentaba una herida compatible con la que los testigos vieron que tenía tras el tiroteo con el vecino de Temperley al que intentó robarle la camioneta. Además, se había cortado el pelo para no ser reconocido.