viernes 29 de marzo de 2024 - Edición Nº1941

Gremiales | 15 jul 2022

ANALISIS

Conurbano caliente: piden medidas para paliar el impacto de la crisis en los barrios

Un informe mostró como con este Gobierno la suba de alimentos tuvo una fuerte incidencia en los sectores populares, como el conurbano bonaerense, que alcanza 212 por ciento en alimentos. El temor de un desborde social pone en alerta a la dirigencia. El Salario Básico Universal, una alternativa para frenar el malestar.


Por: Diego Lanese

El malestar por los anuncios de la ministra de Economía, Slvina Batakis, se centraron en la falta de ayuda a los sectores populares. Gremios y movimientos sociales mostraron su enojo con la flamante funcionaria por salir a “calmar los mercados”, sin pensar “en los que más sufren”. Esto terminó de motorizar la idea de una protesta de la CGT, y la posibilidad que haya nuevos piquetes, en especial entre entidades que están fuera del Frente de Todos. Esto recalienta una interna que ahora pasó de las diferencias entre los sectores políticos del oficialismo a una especie de brecha entre quienes toman medidas y sus bases. Esto se explica en buena parte por el deterioro de la situación social, en especial en los barrios más castigados, como los del conurbano bonaerense. Por eso, apuntan a presionar a la Casa Rosada para que se ponga en marcha un Salario Básico Universal, una firma de contener la crisis.

 

Los efectos de la inflación, que se disparó en estos días por los efectos de la salida de Martín Guzmán de la jefatura económica, hacen mella en el ánimo del conurbano. Hay malestar por la suba de precios, en especial en alimentos, que supera el 200 por ciento desde que Alberto Fernández es presidente. Así lo denuncia un informe del Instituto de Investigación Social Política Económica Ciudadana (ISEPCi), que esta semana difundió datos de su relevamiento en 850 comercios de 20 distritos del conurbano bonaerense. El reporte, al que tuvo acceso Política del Sur, “desde diciembre del 2019 hasta junio de 2022, los precios de los alimentos de la Canasta Básica de Alimentos (CBA) aumentaron 212,25 por ciento”. En este sentido, la entidad recalcó que al asumir el Frente de Todos una familia de dos personas adultas y dos niños “necesitaba 14.541,10 pesos para alcanzar esa canasta, 30 meses después, en junio pasado, requería 45.404,21 pesos para adquirir los mismos productos básicos”.

En el detalle, se muestra cómo el espiral inflacionario afecta productos fundamentales en la mesa de los trabajadores y asalariados. En este sentido, el SEPCi recalcó que el rubro de las carnes “es el que más aportó al crecimiento del precio de los alimentos, en este mismo período subió en promedio 272 por ciento”, mientras que los productos de almacén “aumentaron 187,71 por ciento las frutas y verduras 178 por ciento”. En concreto, se recalcó que “algunos de los alimentos que más aumentaron fueron las milanesas (306 por ciento), el asado (280 por ciento), la yerba (250 por ciento) y el aceite (246 por ciento)”. “En un proceso de fuertes aumentos de los alimentos en general, pero particularmente de los que componen la Canasta Básica, las subas se aceleraron a lo largo de este año”, analizó el trabajo. Mientras que en los últimos 30 días “el incremento fue del 4,16 por ciento, en el primer semestre el aumento fue del 42,56 por ciento”.

 

Detrás de los fríos números, existe el drama de quienes no llegan a fin de mes. Y el malestar que sigue creciendo, haciendo que vuelvan postales de otras épocas. “En el 2001 había una situación parecida, precarización o devaluación. El Gobierno no puede seguir ajustando. Creemos que deben redistribuir la riqueza. Hay que buscar otra forma”, dijo esta semana en el programa radial de Política del Sur el dirigente de ATE Lanús Walter Pinto. La comparación no parece exagerada, ya que existen varios indicadores que muestran que los más postergados siguen resignando bienestar frente a la crisis. Por eso, gremios y movimientos sociales apuntan a un recurso que en el Gobierno no convence: el Salario Básico Universal.

La idea nació, casualmente, a fines de los 90, cuando la flamante CTA comenzó a marchar contra la pobreza. La idea se mantuvo latente por años, y volvió hace un tiempo cuando el peronismo volvió al poder, en 2019, de la mano del economista Claudio Lozano. Según el titular del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP), poniendo en marcha un salario universal “se puede generar 4 millones de puestos de trabajo, con una inversión entre el 1,6 y 2,9 del PBI”. Esto es similar al proyecto presentado por el bloque de diputados de Patria Grande, donde se apunta a una población objetivo de 7.500.000 de personas, un número en línea con la cantidad de beneficiarios de Refuerzo de Ingresos otorgado este año. Ambos proyectos coinciden en los números, y su impacto positivo, aunque parece difícil que sea apoyado por la oposición, y una parte del oficialismo.

 

Desde la CTA de los Trabajadores estamos a favor del proyecto para garantizar un piso de ingresos y todo aquel que sea parte de una política redistributiva que tenga que ver con el salario”, remarcó Juan Manuel Sueiro, dirigente de ese espacio, que marcó que tanto esta fracción como la denominada Autónoma están respaldando la propuesta, para paliar la crisis inflacionaria. Ante la consulta de Política del Sur, Sueiro recalcó que “estamos a favor de todo lo que tenga que ver con darle contención y capilaridad a la gran mayoría de la población porque ese entendemos debe ser el rol del Estado”. En tanto, en la CGT la idea es vista todavía de costado, y se espera que la opinión de varios dirigentes que se muestran a favor de la propuesta, pueda convencer a la mayoría que conduce la central. Los gremios industriales, por ejemplo, dicen que no lo debatieron y esperan definirse con el tiempo.

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