Por: Diego Lanese

Esta semana, la resolución 11/2021, que lleva la firma del ministro de Trabajo, Claudio Moroni, formalizó el aumento del salario mínimo, acordado hace unos días por gremios y empresarios, y que llevará el haber a 33 mil pesos en tres tramos, logrando un incremento anual del 52,8 por ciento. Las nuevas subas fueron las primeras que decidieron en el Gobierno nacional luego de la derrota electoral y buscan imponer una mayor dinámica en la economía, golpeada por la crisis y la pandemia. Con esta decisión, este año el mínimo podría dejar de perder ante la inflación por primera vez en seis años, según la proyección que hacen desde el centro CIFRA, el espacio de análisis y estudio de la CTA de los Trabajadores.

Desde el 2015, el salario mínimo pierde respecto de la inflación, con picos del 25 por ciento, como sucedió en 2019. Para este año, el centro CIFRA prevé la primera mejora desde el 2015, aunque no será superior a los dos puntos. Según un trabajo realizado por la entidad, “si la inflación se mantiene con el nivel actual, se lograría que en el año se produzca una recuperación de 1,9 por ciento en términos de poder adquisitivo”. El informe, al que tuvo acceso Política del Sur, recalcó que “es preciso que el salario mínimo continúe expandiéndose por sobre la inflación en vistas a recuperar un nivel adecuado para ese instrumento, que efectivamente eleve los pisos salariales”. Es que su valor viene padeciendo “un deterioro continuo en los últimos años”.

“En 2019, último año del gobierno de Mauricio Macri, el poder adquisitivo fue 25 por ciento inferior al promedio de 2015”, sostuvo el centro CIFRA, que recordó que en 2020 el salario mínimo “perdió un 10 por ciento adicional de su capacidad de compra, dado que el Consejo del Salario Mínimo recién dispuso incrementos –insuficientes– desde octubre de ese año”. Pese a esto, “un nivel de 44.700 pesos a diciembre de este año –lejos de los 32 mil pesos definidos– sería equivalente al poder adquisitivo que el salario mínimo tuvo en 2015”, recalcó el reporte.

Efecto “empuje”

A partir del 1° de octubre de 2021, ese monto subirá a 32 mil pesos y 160 pesos por hora para los jornalizados; en tanto desde el 1° de febrero de 2022, se pagarán 33 mil pesos de salario mínimo mensual y 165 pesos por hora para los trabajadores jornalizados. La resolución también incrementa los montos mínimo y máximo de la prestación por desempleo, que también subirá en tres tramos hasta llegar a 9.167 pesos (mínimo) y 15.278 pesos (máximo) a partir del 1 de febrero del año entrante.

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A partir de la nueva suba, en varios sectores esperan que haya nuevos aumentos, que ubiquen las paritarias cerca del 50 por ciento, como el mínimo. La mayoría de los acuerdos de este año contienen acuerdos de revisión, que deben ser ejecutados a fin de año o en los primeros meses del 2022, donde los salarios podrían acercarse a la inflación de este año. El dato desalentador es que en septiembre los números empeorarían y se calcula que el IPC estaría por encima de los niveles de agosto, el más bajo en meses.

Además, el mínimo y los salarios base en general están perdiendo contra la canasta de alimentos y servicios, que sigue creciendo en un contexto inflacionario. En este sentido, como informó esta semana Política del Sur, el salario necesario para alcanzar una canasta de alimentos y servicios debe superar los 100 mil pesos en agosto de este año. El trabajo estableció que un matrimonio con dos hijos en edad escolar necesita “108.660 pesos para satisfacer sus necesidades”. El cálculo se hace cada mes para que sirva de una guía sobre el comportamiento de los ingresos.