Por: Diego Lanese

Por segunda semana consecutiva, los integrantes del Consejo Directivo de la CGT se reunió, esta vez para definir el cronograma electoral que finalizará con las nuevas autoridades de la central obrera, que será el próximo 11 de noviembre. La formalización del camino que finalizará con la renovación de la dirigencia fue uno de los temas abordados, en momentos donde crecen las presiones respecto de la fórmula que se usará para mantener la unidad en la central obrera.

 

La idea de un nuevo triunvirato está casi definida, pero todavía hay mucha discusión en torno de quiénes podrán ser los interpretes de esa conducción colegiada. Además, la paridad de género se mete en la discusión, mientras sectores alejados de la actual “mesa chica” quieren imponer condiciones para su vuelta.

 

La reunión de esta semana definió que el próximo 11 de noviembre en el predio de Parque Norte se realizará la elección de las nuevas autoridades, mientras que antes, el 22 de septiembre, se hará el Congreso Confederal previo al proceso electoral, el cual se va a llevar adelante en el Salón Felipe Vallese, y es casi tan importante como la misma elección, ya que allí se define el marco legal para los comicios. Hizo algo de ruido la fecha elegida, tan cercana a las elecciones, pero los dirigentes ratificaron la decisión, según se informó posteriormente.

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Luego, se barajaron chances sobre la forma y el modo de elegir a los nuevos integrantes del triunvirato, si como se adelantó esa es la salida para preservar la unidad. Además, ante algunas versiones de enojo respecto por la poca presencia de candidatos cegetistas en la lista del Frente de Todos, emitieron un comunicado, donde respaldaron a Sergio Palazzo y Alejandro Amor, integrantes de la nómina oficialista. “La CGT expresa su postura respecto a las elecciones, y la chance concreta que compañeros que provienen del movimiento obrero ocupen una banca”, expresó el texto, que agregó que los dirigentes “representan la posibilidad que el movimiento obrero sume más lugares en el ámbito legislativo”.

 

Olvidos e internas

A las pocas horas, comenzó a circular un segundo documento, que trató de salvar el olvido de otros candidatos. En ese texto, se agregó a Naldo Brunelli, dirigente metalúrgico que busca una banca en la legislatura bonaerense. “Es importante rescatar la militancia de muchos dirigentes que en diferentes espacios municipales, provinciales y nacionales renovarán la posibilidad de mantener sus lugares legislativos”, recalcó la CGT, subsanado el error, ante el enojo de algunos sectores.

 

Pero si de omisiones se habla, sorprendió que nada se diga de los tres dirigentes sindicales que buscan renovar bancar en la lista del oficialismo. Se trata de Vanesa Siley (judiciales nacionales), Walter Correa (curtidores) y Hugo Yasky (CTA de los Trabajadores), lo que despertó mucha suspicacia. En el primero de los casos, Siley creció en las últimas horas como posible integrante del futuro triunvirato, representando a la Corriente Federal, y que contaría con el aval del kirchnerismo. Si bien las fuentes consultadas por Política del Sur no confirmaron esta postulación, sí adelantaron que hay cierto malestar en Azopardo por los intentos de injerencia del poder político en su elección.

 

Respecto a Yasky, en la conducción actual de la CGT lo consideran “un aliado del moyanismo”, que promovió su vuelta a la central obrera en la campaña del 2019. En Lanús, un plenario de su CTA aprobó el proceso de vuelta de los gremios de la entidad a la CGT, pero dos años después no hubo avances. En su momento se habló de una vuelta apoyada por el Frente Sindical para “equiparar fuerzas”, pero el camino sigue estando lleno de obstáculos.

 

Adivinando esto, Yasky habló del tema en estos días de forma crítica. “Hay pocas posibilidades de que haya unidad entre la CGT y la CTA, casi ninguna”, recalcó en declaraciones radiales. El dirigente docente le apuntó a las actuales dirigentes: “Una parte de la CGT, la que se denomina mesa chica, ni bien se enteró que la CTA proponía unificación, no quisieron”. En su momento, algunos dirigentes afirmaron que antes de pensar en una vuelta, la dirigencia de la CTA “debe disculparse”, por las veces que atacaron a la CGT.