miércoles 01 de mayo de 2024 - Edición Nº1974

Policiales | 28 jun 2021

ÚNICO DETENIDO

Confirmaron la preventiva a la pareja de “la mae” Romina

El acusado fue reconocido por una de sus víctimas, que lo delató a la Justicia. Además, quedó registrado por las cámaras de seguridad de la casa en donde junto a otras dos personas escaparon con un botín de dinero en efectivo y elementos de valor hallados en la casa donde fue detenido. Había salido de la cárcel en febrero luego de estar más de 8 años preso.


El juez del Juzgado de Garantías 4 de Avellaneda – Lanús, Esteban Baccini, confirmó la prisión preventiva para el único miembro de “la banda de la Mae Romina”, que permanece detenido desde mayo acusado de desvalijar casas de seguidores de la religión umbanda.

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Se trata del sospechoso identificado como Carlos Leandro Giménez (29), pareja de la presunta lider del grupo, Romina Yesica Faraoni, alías “la mae” Romina, liberada a mediados de junio. El hombre se ocupaba del “trabajo sucio” y asaltaba a las víctimas que eran “marcadas” por la cabecilla.

Fuentes cercanas a la investigación informaron a Política del Sur que el fiscal Gastón Fernández ordenó un allanamiento realizado días atrás sin exito en busca de un complice que fue identificado, pero que permanece prófugo.

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Según indicaron a este medio, Giménez fue reconocido por una de las damnificadas, que lo delató a la Jusitica y por las filmaciones de las cámaras de seguridad de la vivienda donde llevó a cabo su último asalto. Además, los efectivos que lo aprehendieron en su casa de Lanús secuestraron varios elementos que habían sido robados. Prueba incriminante suficiente para corroborar su participación en el hecho investigado.

De esta manera, seguirá tras las rejas y se espera su traslado a un penal del Servicio Penitenciario bonaerense, imputado por los delitos de “privación ilegitima de la libertad agravada en concurso real con robo agravado por el empleo de arma de fuego de aptitud para el disparo no acreditada y por su comisión en poblado y en banda”, mientras continúa el curso de la investigación a cargo de la UFI 7 del Departamento Judicial de Avellaneda Lanús.

De acuerdo a lo determinado en la causa, cerca de las 3.30 de la madrugada del 30 de marzo, Giménez junto a otro hombre y una mujer, disfrazados de policías simularon ser integrantes de la fuerza en medio de un operativo para obligar a punta de puistola a descender de su vehículo a dos mujeres y conducirlas a bordo de otro auto hasta una casa de la calle Achaval al 2800 de Lanús Oeste.

Una vez allí, maniataron a un hombre que se encontraba en la propiedad y a las dos mujeres, se llevaron 150 mil pesos y 500 doláres de dinero en efectivo, entre otras tantas cosas de valor, como celulares y televisores.

En menos de 10 minutos, los malvivientes escaparon a toda velocidad con el botín sustraído. Sin embargo, no contaban con que una de las mujeres había reconocido a Giménez como “la pareja de la mae umbanda que habían ido a visitar el día del asalto”.

En su declaración, la denunciante relató que Faraoni le había preguntaba sobre la vivienda, los horarios del local comercial que funcionaba allí y sobre las cámaras de seguridad del lugar. Al mismo tiempo, recordó haber visto el auto de los malvivientes cerca del templo de la mujer.

 

Había sido condenado a 8 años de carcel

Según pudo averiguar este medio, Giménez había sido salido de la carcel 1l 17 de febrero pasado, luego de cumplir una condena de 8 años y 6 meses de prisión por robo, sentenciado por un Tribunal de La Matanza.

De acuerdo a lo determinado hasta ahora en la investigación, la mujer se habría aprovechado de su función dentro de la practica umbanda para hacer los “trabajos de inteligencia” previos y sacar información a los creyentes que se acercaban a su templo. La presunta “jefa” del grupo “marcaba” a sus víctimas, a quien mandaba a desvalijar más tarde.

La hipótesis a la que llegaron los investigadores gracias a testimonios recolectados y tareas encabezadas por personal de la Comisaría 2ª de Lanús, es que Faraoni citaba a los feligreses, con el fin de averiguar su poder adquisitivo, para luego mandar a su concuvino, encargado de llevar a cabo la segunda parte del plan: ir a los domicilios marcados para sustraer dinero en efectivo, electrodomésticos y todo lo que sea de valor.

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