miércoles 24 de abril de 2024 - Edición Nº1967

Nación | 14 jun 2021

PANORAMA ECONOMICO

Informe económico mes de junio de 2021: ¿Goliat versus Goliat?

En su análisis habitual Mabel Stella, Jorge R. Antúnez y Juan Carlos Vacarezza de la Fundación Buenos Aires XXI ponen la mirada en la crisis mundial producida por la pandemia.


El análisis de la realidad actual del mundo, sin importar desde qué ángulo se haga -social, económico, geopolítico- muestra que nos encontramos en una especie de “atrapados sin salida” y que aquellos actores que parecen poderosos se asemejan al personaje del cuento danés “El nuevo traje del emperador” donde un niño grita «el rey está desnudo», reconociendo lo que los demás intentan ignorar. El mensaje de advertencia es: solo porque todo el mundo crea que algo es verdad, no significa que lo sea.

 

Veamos algunos datos de diferentes analistas económicos para entender: las empresas de alta tecnología chinas que cotizan en Wall Street han recibido una inversión considerada como récord histórico de u$ 11.000 millones que han elevado su cotización bursátil a 32 veces su capital inicial, en cambio en las bolsas de ShénZhen y Shanghái lo hacen con una relación de 19 a 1, esto demuestra el grado de inversión producto de la inyección de casi u$ 8 billones de liquidez por parte de la Reserva Federal en el marco de la problemática generada por la emergencia sanitaria global.

 

En una ida y vuelta de inversiones, los capitales chinos invirtieron u$ 2.100 millones hasta diciembre de 2020 en activos de compañías estadounidenses y los capitales norteamericanos adquirieron u$ 2.200 millones de activos chinos, con una proyección de u$ 11.000 millones más. Estos acontecimientos económicos y financieros demuestran que hay una integración financiera y económica entre estos dos grandes países, y que la gran puja de competencia estratégica se da en el campo de las tecnologías avanzadas, la inteligencia artificial (AI), la internet de las cosas, es decir, sistemas de dispositivos físicos que reciben y transfieren datos por medio de sensores (I o T) y la robótica.

 

La situación descripta determinó que empresas chinas de tecnología se retiraran del NASDAQ (Asociación Nacional de Agentes de Valores Cotización Automatizada) mercado donde cotizan las tecnológicas, mudando su actividad bursátil a Shanghái a partir de julio de 2020.

Leer más: Informe especial mayo 2021: Ajustados por la inflación

 

China está considerada la segunda economía del mundo y ha experimentado en el primer trimestre de 2021 un crecimiento de su producto interno bruto -PBI- de 18,3% interanual, y aunque este dato es comparado contra el trimestre 2020, donde ya estaba con restricciones por pandemia, no deja de ser significativo. El fuerte de este crecimiento es fundamentalmente por consumo interno que alcanzó los u$ 6,8 billones (ya que las transacciones internacionales se vieron disminuidas), superando en este rubro en casi u$ 1 billón a Estados Unidos.

 

Si bien el gobierno de China estableció para 2021 una meta de alrededor de 6%, hay proyecciones que estiman un crecimiento cercano a 9% del PBI, ya que en el comercio internacional las exportaciones chinas crecen a un promedio de 18,1% y las importaciones a 5,6% cada mes, este intercambio alcanzó los u$ 78.000 millones en marzo del corriente año.

 

Economía china

 

Lo particular del análisis de la economía china es que a pesar que la pandemia tiene origen en la ciudad de Wuhan, provincia de Hubei, después de una caída inicial del PBI, el crecimiento anual de 2020 fue de 2,3% y en el lugar donde nació la pandemia el crecimiento del PBI fue cercano a 60%, superando 40% de la caída del año anterior.

No se puede comprender cómo China pudo controlar la pandemia en la ciudad de origen de la misma en diciembre de 2019, en un plazo tan corto de tiempo sin la existencia de vacunas.

                                                                                                                 

En el esquema de inversiones directas en el primer trimestre de 2021 China recibió u$ 46.500 millones y en 2020 la suma alcanzó u$ 163.000 millones, superando por primera vez en la historia a EEUU.

 

Para el caso de Estados Unidos, se advierte un crecimiento importantísimo del consumo a partir del segundo semestre de 2020. De todos modos, Moody’s estima que el exceso de ahorro en EEUU ascendería a 12% del PBI, récord, el más elevado de los últimos 100 años y el más alto del planeta, cuyo promedio mundial ronda 6%, algunos otros ejemplos, Reino Unido 10%, Canadá e Italia 9% y Alemania 6%. Si un tercio de esos ahorros se destinaran al consumo, el PBI se expandiría en 2 puntos porcentuales.

 

La relación entre la potencialidad exportadora china y la recuperación de altísimo nivel de la demanda norteamericana, indicarían según los analistas internacionales, que el año 2021 será un año histórico para el capitalismo globalizado.

 

El economista Jacques Attali, autor del libro “La economía de la vida, prepararse para lo que viene” publicado en París en 2020, expresó en un reciente reportaje que lo que más le sorprendió en este tiempo de pandemia es que casi en forma instantánea 2.500 millones de personas fueran a trabajar de forma remota, e interpreta que la humanidad ante un alto grado de presión tiene carácter maleable y se adecua inmediatamente a los cambios que se producen, sin embargo, entiende que esta misma humanidad no ha comprendido que la crisis que se avecina será muy profunda en términos, de recesión, desempleo y miseria.

 

Destaca que los trabajadores y los jóvenes serán los más perjudicados, que la pérdida de la enseñanza presencial, de ninguna manera, alcanzará el nivel de la presencialidad educativa y que los jóvenes en edad escolar son los más perjudicados.

 

Entiende la dificultad que tienen “los líderes políticos” para entender la situación actual y que la emisión de dinero por parte de los Bancos Centrales lo que hace es posponer y ocultar la realidad de la crisis y que la misma tendrá una solución de carácter facilista, olvidándose del cierre masivo de actividades en el mundo, que, sin lugar a dudas, dejarán secuelas que no permitirán volver al mismo nivel de la situación prepandemia.

 

Respecto de China, el autor entiende que hay una contradicción entre la estructura política y el modelo económico, entendiendo que la economía de mercado necesita un sistema democrático y no autocrático como el de China y se pregunta, si elegirán la democracia o la estructura económica que sostienen.

 

A su vez, respecto de Europa y de EE.UU. plantea que tendrán que estructurar un rol activo del estado parecido al desarrollado en la posguerra. Sin lugar a dudas, su análisis implica una visión distinta de aquellos que entienden que la relación China - EE.UU. es la locomotora económica del mundo.

 

Desde la observación de los parámetros económicos de ambos países, tanto de EE.UU. como de China, podemos realizar el siguiente análisis: Estados Unidos se encuentra inmerso en una expansión acompañada por la ocupación de puestos de trabajo que comienzan a cubrirse y a pesar del índice de desempleo, a los empresarios les cuesta conseguir empleados, y parece haber dos razones fundamentales, la entrega de cheques como subsidio desalentó la incorporación a los puestos de trabajo, y además, escasean candidatos que tengan la capacidad de cubrir vacantes de trabajo 4.0 de alta tecnología en donde aportar el único elemento que es distintivo en espacios repletos de software y robots: la creatividad y la intuición.

 

El aumento de los precios preocupa, trepó a 4,9% interanual, se ubicó encima de las expectativas de 3,6%. Esa inflación podría perjudicar a los países emergentes, dado que para frenar la expansión se podrían elevar las tasas de interés.

 

Crisis de 1970

 

Los economistas recuerdan una situación parecida en la crisis de 1970, cuando Paul Volcker para frenar la inflación aumentó las tasas de interés y tardó 4 años para corregir los niveles de inflación provocando una crisis que dio origen a la década perdida en América Latina.

 

Paul Krugman dice que no es la misma crisis de los 70, que el plan de expansión de Biden no es culpable de esta situación, es sólo un desequilibrio ocasionado por las contingencias de la oferta y demanda en la pandemia.

 

Como se mencionó, China se encuentra en el ranking como el segundo PBI del mundo, después de EE.UU., pero existen parámetros que muestran que hay más de 600 millones de chinos que tienen bajos ingresos, ganan alrededor de 1.000 yuanes (u$ 150) per cápita al mes, apenas lo suficiente para subsistir y una clase media cuyo ingreso promedio es similar al de la clase media norteamericana que es la locomotora del consumo mencionado en párrafos anteriores de este informe. Esto desnuda la desigualdad que sufren, diversos sectores, en especial los trabajadores del campo. Este sector fue muy castigado por la suspensión de ventas por la pandemia y sigue sufriendo las consecuencias. Son familias grandes con varios niños y personas de tercera edad que son los más desprotegidos, son analfabetos, abandonaron sus estudios a corta edad, sin oportunidades para salir de la pobreza, muchos nunca tuvieron un empleo y están fuera del sistema.

 

Los sectores pobres urbanos tienen un poco más de asistencia, y además, tienen la posibilidad de obtener nuevos puestos de trabajo en un país que crece en zonas urbanas a promedio de 1,5% de la población cada año.

 

El valor promedio de los activos de una familia urbana fue de 3,17 millones de yuanes el año pasado, pero las cifras del gobierno central muestran que, a finales de 2019, más de 5 millones de agricultores aún no habían escapado a la pobreza absoluta, definida en términos de ingresos en alrededor de 3.218 yuanes al año, en una ciudad como Shanghái ese es el costo mínimo de un alquiler al mes.‎

 

Estas son las dos potencias – gigantes con pies de barro- que todos esperan que sostengan la recuperación del resto de los países, como, por ejemplo, los latinoamericanos (los más desiguales, aunque no los más pobres) que están en franca destrucción de sus economías.

Las economías de América del Sur, de acuerdo con estimaciones del Banco Mundial (BM), realizadas recientemente, han tenido las siguientes pérdidas en términos porcentuales de PBI: Perú -12,0%, Argentina -10,6%, Ecuador -9,5%, Colombia -7,5%, Bolivia -6,7%, Chile -6,3%, Brasil -4,5%, Uruguay -4,1% y Paraguay -1,1%.

 

En cuanto a la pobreza, la CEPAL (Comisión Económica para América Latina) estima que el porcentaje de personas pobres pasó en el subcontinente de 30,5% en 2019 a 33,7% en 2020, lo que supone un retroceso de 12 años. La contracara del incremento de la pobreza es la disminución de la población en los estratos medios de ingresos por pérdida de actividad.

 

Pobreza argentina

 

En Argentina la pobreza extrema, registró un nivel de cobertura más efectivo, dado que neta de transferencias, la tasa pasó de 4,2% en 2019 a 8,1% en 2020, pero si se computa la asistencia, como el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) u otros planes sociales y alimentarios la cifra baja a 5,4%.

 

El impacto producido por las restricciones impuestas por la pandemia va a depender de la duración de éstas y de las políticas de mitigación que se apliquen, sin embargo, los déficits estructurales previos, profundizan los retrocesos sociales, incrementan la desigualdad y promueven la exclusión.

 

La reversión de estos avances en los indicadores en salud, alimentación, trabajo, salarios, educación, muestran una vez más lo trabajoso que resulta conseguir mejoras en el bienestar de la población a diferencia de lo rápido que sucede el perderlo. De esto debiera aprender la dirigencia política y también la empresarial y sindical antes que sea demasiado tarde.

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