jueves 18 de abril de 2024 - Edición Nº1961

Nación | 28 may 2021

PANORAMA ECONOMICO

Informe especial mayo 2021: Ajustados por la inflación

Análisis del estado de resultados al 31 de diciembre de 2020, comparativo con el ejercicio anterior.


Por: Carlos A. Ragonesi

El análisis del cuadro de resultados del Banco Central de la República Argentina manifiesta las causas por las cuales se explican las variaciones del Patrimonio Neto a través del estudio de las pérdidas y las ganancias. Como novedad, se advierte que el Banco Central de la República Argentina (BCRA) ha adoptado las normas del ajuste por inflación sobre los estados contables para reflejar las variaciones en el poder adquisitivo de la moneda.

 

La aplicación de esa norma contable sobre el ejercicio cerrado el 31 de diciembre de 2020, obligó también a la aplicación de la misma, sobre el ejercicio cerrado el 31 de diciembre de 2019, a efectos de que sus cifras sean homogéneas y comparativas entre sí, relacionándolas, en ambos casos, con el mismo poder adquisitivo de la moneda de cierre 2020.

 

Entre los rubros que más llaman la atención, se encuentran sin duda, los intereses pagados sobre títulos absorbentes de liquidez que al 31/12/2019 estaban en $ miles 1.081.979.559 y al 31/12/2020 en $ miles 693.188.460. Si bien se advierte un descenso de este rubro, la cifra sigue siendo significativa, dado que representa $ miles 1.899.146 de pesos por día, o bien $ miles 79.131 por hora.

 

En su edición del 24 de mayo de 2021, el periodista Javier Blanco del Diario La Nación dice que, en los meses de marzo, abril y la mitad de mayo, el BCRA pagó $ miles 250.000.000 por Leliq y pases pasivos, esa cifra, como consecuencia de la asistencia a los subsidios, representa en promedio en el lapso indicado $ 98.500 millones de pesos por mes, que supone oblar unos $ 4.470 millones por jornada hábil y $ 186,24 millones por hora (sic).

 

Y como si estos importes no fueran significativos, algunos economistas de dudosa objetividad, reclaman que las medidas de astringencia monetaria no son suficientes y que el BCRA debería autorizar mayores tasas de interés para contener la aceleración de los precios, no advirtiendo que una mayor tasa, empeoraría más el estado de situación caótica en que se encuentra el BCRA y perjudicaría la recomposición de la inversión productiva.

 

Esas afirmaciones temerarias ya han demostrado, en la historia argentina, que han sido estériles para obtener los resultados esperados, dado que, con altas tasas, los precios igual siguieron su carrera ascendente, entonces podría resultar lícito pensar que tal vez están defendiendo intereses corporativos ligados a los bancos que compran los títulos absorbentes de liquidez y se benefician también con los pases pasivos.

 

Ergo, aumentar la tasa de interés, sin otras medidas que tiendan a modificar las estructuras de la economía desde donde surgen los problemas de inflación, ya no resulta siquiera como medida correctiva del corto plazo.

 

Terreno pantanoso

 

Las diferencias positivas de cotización al 31/12/2020 son de $ miles 1.773.535.333 y surgen como un subproducto de la devaluación de la moneda local, ayudando al BCRA a transformar un quebranto en una ganancia, con el agravante que, sobre ese resultado por tenencia, la entidad monetaria luego le paga dividendos al Estado contrariando normas contables, puesto que no surgen de utilidades ni líquidas ni realizadas. En el cuadro que se expone a continuación se resta esa ganancia por tenencia, para demostrar que los dividendos no deberían ser pagados, porque sin esos resultados el estado de situación se transformaría en un quebranto.

 

De acuerdo con lo manifestado en los párrafos precedentes y los resultados que se exhiben en el cuadro homónimo, concluimos que la situación contable del BCRA ha ingresado en un terreno pantanoso, donde no resulta posible ver con claridad una salida adecuada al problema del pago de la cuantiosa onerosidad del quantum de intereses abonados a los bancos por los pasivos remunerados.

 

Esta situación desquiciante, desde lo económico-financiero de la entidad monetaria, pone en serio peligro a la economía real, porque le transmite su enfermedad de endeudamiento creciente, lo que obliga a monetizar con emisión, o bien con refinanciación, los vencimientos de esos pasivos onerosos.

 

Por lo tanto, esto que se afirma en este trabajo no es un problema que no trasciende las paredes del BCRA, porque la monetización no absorbida por la economía se transforma en inflación y el creciente endeudamiento, que ya superó con creces a la base monetaria, no hace más que poner en manos del sector bancario la posibilidad de tomar decisiones acordes con las necesidades de ese exclusivo sector, sin importar si originan un perjuicio a toda la economía del país, más allá de que también se abona con creces un déficit cuasi-fiscal que galopa, en su crecimiento, cual un potro que corre desenfrenadamente hacia un precipicio.

 

En tal sentido, es dable mencionar, que durante el casi año y medio que viene durando la pandemia y el confinamiento que impide el trabajo normal, no solo se ha destruido al sistema macroeconómico, sino que se ha puesto de resalto que, el financiero ha sido el sector más favorecido, porque no se ha interrumpido el cálculo de los intereses anatocistas que exudan esos pasivos remunerados, donde los bancos son de las pocas actividades que, junto con las esenciales, han seguido desarrollando tareas en forma normal, sin desmedro de los ingresos que no pueden percibir otro tipo de actividades, ajenas al sector financiero, como las industriales, las comerciales o los servicios.

 

El 99% del país tiene prohibición de trabajar, mientras que los intereses se siguen calculando y acumulando por el mero transcurso del tiempo. Algo similar ocurre con los impuestos. A partir de este aserto, podemos advertir la existencia de dos clases dentro de la Argentina, la que trabaja y padece las consecuencias de la prohibición de trabajar y la parasitaria que recoge los beneficios de la excepcionalidad de la norma y solo debe dejar transcurrir el tiempo.

 

Estado caótico

 

No hay duda que desde 2003 hasta acá, si bien se conoce perfectamente el estado caótico creciente que padece la entidad monetaria, ni desde el directorio del BCRA, ni desde el Ministerio de Economía, ha existido ni una sola propuesta que nos permita vislumbrar algún atisbo de solución, ni en el corto, ni en el mediano plazo y mucho menos en el largo. Sobre todo, con referencia al altísimo e insostenible endeudamiento con los bancos.

 

Esta nefasta política monetario-financiera, incluso pone en peligro los ahorros de los plazos fijos depositados en los bancos, porque de ellos se nutre fundamentalmente el sistema financiero que compra los títulos absorbentes de liquidez, dado que  la bomba que expele constantemente dinero para luego absorberlo a tasas altísimas no para de funcionar, porque necesita monetizar el déficit fiscal, o bien con una política emisionista o bien con una política de endeudamiento perpetuo, donde la voracidad fiscal que consume esos fondos no parece tener límite alguno.

 

¿Dónde está el límite del endeudamiento del BCRA con el sistema bancario? No lo sabemos y dudamos seriamente de que alguien lo sepa, pero lo que sí sabemos es que no estamos seguros de si tenemos un Banco Central en la Argentina, habida cuenta de que existen señales claras que ponen de manifiesto esta aseveración.

 

Esas señales las podemos resumir en los siguientes puntos:

 

a) Con el presente trabajo ha quedado demostrado que, de no ser por la inflación que conlleva a una devaluación que revaloriza artificialmente los activos dolarizados, el BCRA presentaría sus estados contables con pérdidas significativas que hubieran puesto al descubierto el apartamiento de las normas contables que no permiten distribuir resultados que no provengan de utilidades líquidas y realizadas.

 

b) Si miramos el Estado de Situación Patrimonial al 31 de diciembre de 2020 y al activo total de ese cierre de $ miles 13.416.832.446, le restamos los títulos públicos que supuestamente son dolarizados en su mayoría y también incobrables y que representan $ miles 5.159.661.818, nos queda un nuevo saldo de activo de $ miles 8.257.170.628.  Si a este nuevo valor le restamos la totalidad del pasivo de $ miles 12.040.420.780, nos va a quedar un patrimonio neto NEGATIVO de $ miles 3.783.250.152. Esto es así, en parte por la forma de valuar los títulos mencionados que se expone en el apartado siguiente y en parte por la falta de respuesta de la Tesorería para atender a sus vencimientos.  En tal sentido queda expuesto que el patrimonio neto que exhibe el balance del BCRA es nominalmente de $ miles 1.376.411.666, pero realmente en los hechos fácticos es NEGATIVO de $ miles 3.783.250.152.

 

c) El dictamen del auditor de los estados contables cerrados al 31 de diciembre de 2020, al igual que el que se emitió al 31 de diciembre de 2019,  informan en el párrafo de énfasis, un llamado de atención a los usuarios y lectores del balance, que existe un tratamiento diferencial de la política contable de la Entidad, con notable apartamiento respecto a las normas contables profesionales vigentes en cuanto a la medición de las Letras intransferibles otorgadas por la Tesorería, que están en el activo  y que están valuadas a valor nominal o técnico en lugar de hacerlo a valor de mercado (lo que reduciría notablemente el activo de la entidad, entre otros temas), pero no obstante tal afirmación, para nada temeraria, no deja expuesto, en el cuerpo del informe, la cuantificación del problema expuesto, motivo por el cual ambos dictámenes, el del auditor y el del síndico, tampoco están actuando de acuerdo con lo que la sana técnica de auditoría aconseja a los Contadores Públicos. Igualmente, llama la atención, que pese al indudable monto significativo que surge de tal apartamiento, el auditor y el síndico no han emitido un dictamen negativo que exponga la realidad de las cifras auditadas y solo se han preocupado por exhibir el problema en forma abstracta, sin que ello modifique su opinión principal (esta vez sí, una opinión temeraria) donde dicen que dichos estados contables representan en todos sus aspectos significativos la situación patrimonial y financiera.

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