viernes 26 de abril de 2024 - Edición Nº1969

Sociedad | 11 jun 2021

SEXO EN PANDEMIA

Barreras para disfrutar la sexualidad: la falta de lubricación

En su columna semanal, la licenciada en sexología Silvina Lizarraga destaca que este problema cada vez más frecuente en los consultorios, y atenta contra la posibilidad de conectarse con la pareja. Las razones que pueden explicar este trastorno.


Uno de los temas que genera más consultas en los consultorios dedicados a la salud sexual está vinculado con la lubricación de la mujer. El tema genera mitos entre las parejas, ya que muchos la asocian a la falta de deseo o de una relación no satisfactoria, pero tiene varias aristas para analizar. “La falta de lubricación es una consulta frecuente”, admite la licenciada en sexología Silvina Lizarraga, en su columna semanal en el programa radial de Política del Sur. “En un momento esa falta de lubricación se definió como un ‘trastorno de la excitación de la mujer’, pero el cambio de los manuales de consulta se le agregó la baja en el deseo, ahora incluye las dos definiciones, afirmó la especialista.

 

Como siempre, Lizarraga afirma que ante la aparición del trastorno hay que hacer una consulta, porque “lo primero que hay que descartar es una causa médica, como alteraciones hormonales, diabetes, infección vaginal o por la toma de algunos medicamentos, como anticonceptivos o antidepresivos”. “Las mujeres en menopausia tienen sequedad vaginal, por la baja de estrógenos, por eso las paredes de la vagina pierden lubricación”, aclaró. En la actualidad hay geles para hidratar la zona.

 

La lubricación aparece en momentos de excitación sexual, pero siempre hay un grado de lubricación en la zona. Una vez que se descartan las cusas médicas, lo interesante es hacer una consulta para saber qué está pasando. “Hay algo que se llama efectos negativos del miedo, vinculados al dolor, que hacen que la mujer una vez que sintió dolor se pone tensa y no lubrique por miedo a repetir ese dolor”, explicó Lizarraga. “Esto también es producto de una educación sexual muy restrictiva, que hace que se genere esa tensión en la zona, lo que hace que encima de dolor, no hay lubricación, y se empeore el encuentro”, agregó.

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Lizarraga dice que hay que diferenciar entre la excitación física y la subjetiva. “Una mujer puede estar lubricada y dilatada para una penetración, pero subjetivamente no está excitada, no hay una conexión en lo que pasa en el cuerpo y lo que tenemos en la cabeza”, destaca. En este punto, lo que influye es el estrés que evita una conexión con lo que está pasando, y nos disfrute. “Esto no es parte de deseo sexual, el cuerpo responde a un estímulo, pero no estamos en ese lugar. Por eso hay que hablarlo con la persona siempre”, concluyo la especialista.

 

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