Osvaldo Deglaue, secretario de Adoctrinamiento del Partido Justicialista (PJ) de Lomas de Zamora, le dedicó unas sentidas palabras a la figura de Santiago “Beto” Carasatorre a poco de cumplirse un año de su fallecimiento. “Uno muere cuando se lo olvida y no es el caso de Beto que se lo sigue recordando. Fue un gran ser humano, un compañero que es recordado por todos más allá del cargo. Estuvo 15 años como Presidente del Concejo, pero fundamentalmente estuvo al lado de cada compañero en cada uno de los rincones de Lomas”, sostuvo al aire de Política del Sur.

Por ese camino también destacó la fortaleza del ex Presidente del Concejo lomense en su lucha por la militancia peronista: “En los comienzos de su enfermedad se hizo cargo de la campaña. Participó de sesiones en silla de ruedas. Tuve la oportunidad de acompañarlo muchos años y aprender. Beto era un gran tipo. A veces venía a tu casa sin llamarlo si sabía que tenías un problema de salud. En su caso es recordado mucho más allá de su cargo, como persona, compañero y peronista”.

Además, frente a las comparaciones con el histórico dirigente del peronismo local y ex Intendente Juan Bruno Tavano reconoció que “ambos son recordados por su militancia peronista” y que con ellos se va una forma especial de hacer política. “Eran dos terribles militantes. Siempre estaban con el otro acompañando. Ambos serán recordados, con características distintas y momentos diferentes”, indicó.

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Memorias de Carasatorre

El sábado se cumplirá un año del fallecimiento del dirigente del peronismo lomense y será homenajeado en el concejo diariamente al llevar su nombre la sala. Desde su espacio apuestan a recordarlo en “cada reunión” y mantener vivos sus valores en la política.

“Lo mejor que podemos hacer cuando recordamos a tipos como Beto es saber que han dado todo por una Argentina más justa, libre y soberana. Si en cada reunión se lo nombra entonces no va a faltar. Si ayer militábamos, hoy por él lo podemos hace aún más fuerte y con más mística”, comentó Deglaue.

Finalmente, recordó una anécdota que expone la fortaleza de Carasatorre en momentos difíciles: “Recuerdo para pintarlo como era. Cuando estaba internado en Quilmes los médicos habían pedido que no vaya nadie por temas de contagio. Fui y me encuentro con la mujer en la puerta. Paso un rato, estaba conectado con muchas cosas, y me dice ‘¿me viniste a sacar?’ y le digo que no, me empezó a decir que ‘era un cagón’ porque quería a toda costa salir”.