Por: Sabrina González Flores

Leonardo Francini tenía 32 años y era padre de siete niños cuando el 27 de octubre fue asesinado en el barrio La Morita de la localidad de El Jagüel. A casi un mes del hecho, aún no hay detenidos por el crimen y la viuda de la víctima, Natalia Barrientos, exigió celeridad en la causa para que “encuentren al asesino” y aseguró que “ni la fiscal ni la policía hacen nada para encontrar al hombre que mató a Leo”. 

Desde el 27 de octubre, Natalia vive una pesadilla. Quedó sola con sus 7 hijos y además tuvo que mudarse de su casa debido a que, según relató a este medio, recibían amenazas de los “familiares del asesino”. 

“Mis hijos y yo nos tuvimos que ir de mi casa ubicada en La Morita por amenazas de muerte de los familiares de este asesino.  A mi suegra y hermanos los siguen amenazando constantemente. Estamos desprotegidos sin mi marido y sobretodo desprotegidos de la Justicia ya que la misma noche que asesinaron a mi marido dispusieron un patrullero de protección en la casa de la madre del asesino”, apuntó Natalia. 

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En este panorama, la viuda de Francini admitió estar “desesperada” y en diálogo con Política del Sur exigió celeridad en la causa “para que por fin se haga Justicia y poder estar tranquila”. 

“Necesito ayuda porque la fiscal cuida a la familia del asesino y no a la familia de la víctima. Ya pasó casi un mes y todavía no hay noticias. Ni la fiscal ni la policía hacen nada para encontrar al hombre que mató a Leo, se pasan la pelota entre ellos, y yo estoy sola con mis 7 hijos. Es desesperante la situación”, rogó Natalia. 

El hecho ocurrió el 27 de octubre en la esquina de la calle Julio A. Roca y San Felipe. Allí durante una discusión Francini fue asesinado a balazos, y aunque fue trasladado de urgencia al Hospital Santamarina de Monte Grande, el hombre no resistió la gravedad de las heridas y falleció. 

Actualmente la causa caratulada como “homicidio” permanece sin detenidos y se encuentra a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 2 descentralizada de Esteban Echeverría, en manos de la fiscal Verónica Ciffarelli.

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