

La Policía Federal detuvo al último prófugo por el macabro crimen de Candela Azoya, la adolescente de 17 años que fue encontrada descuartizada en las vías del Tren Roca, sobre la estación de Santa Catalina.
El sujeto identificado como Juan Ariel Resquín fue apresado en un centro religioso católico para personas en situación de calle de González Catán, ubicado en la calle Juan Lavalleja al 2100, partido de La Matanza.
La investigación, encabezada por el fiscal José Luis Juárez de la UFI 12 de Lomas de Zamora, determinó el paradero del presunto femicida, que cayó tras nueve meses del comienzo de la causa.
Según trascendió, al advertir la presencia policial, el fugitivo intentó atacarlos con una pala de punta, pero luego de un breve forcejeo, terminó baleado en una mano y detenido.
Resquín tiene 39 años y se negó a declarar ante el funcionario judicial a cargo del caso. En los próximos días, de espera que se pida la elevación a juicio.
Por ahora, se desconoce el móvil del femicidio de la adolescente, pero el hallazgo causó conmoción en el barrio e inmediatamente se fugaron los dos hermanos Resquin, quienes serían los autores del macabro hecho.
Carlos Azoya, primo de la víctima, fue visto con la adolescente en el sitio donde habría sido ultimada. Así lo determinaron las cámaras de seguridad del barrio, aunque quedaría desligado del caso.
En la vivienda antes mencionada, se había hecho un allanamiento luego de la confirmación del hallazgo del cadáver de la menor. Se presume que era utilizado como búnker narco por dos hermanos, al cual Candela habría llegado acompañada de su primo.
La madre de la menor había radicado denuncia en la comisaría de Ingeniero Budge por la desaparición de su hija, quien se había retirado del domicilio el miércoles a la tarde, refiriendo que se iba rumbo a la Plaza Santa Marta, de las calles Virgilio y Copihue "a buscar unas zapatillas".