

Por: Federico Cedarri
El expediente de petición de endeudamiento por 1045 millones de dólares que el gobernador Axel Kicillof envió al Senado, y que ya tiene despacho favorable de la comisión de Presupuesto e impuestos, no está exento de dificultades para lograr aprobarse en el recinto.
El proyecto de ley se valió de la mayoría oficialista para lograr dictamen en el ente de análisis que conduce el bahíense Marcelo Feliú.
Ni siquiera el gesto del Ejecutivo a una de las solicitudes de la oposición de condonar las deudas municipales por los recursos asignados por la provincia durante la pandemia de covid, y para el pago de la suma fija dispuesta por Massa en el 2023, conmovieron de sobremanera a los legisladores no oficialistas que cotinuaron manteniendo un contundente rechazo a la propuesta.
Los ex socios en Juntos por el Cambio argumentan que, más allá de este detalle del gobernador con los intendentes, el desacuerdo sigue basándose en el dinero disponible destinado para la conformación del fondo a las municipalidades
La letra fría del expediente reza que los recursos para el fondo a las alcaidías provendrá del 8% del total de la toma de deuda que se lleve adelante, al tiempo que desde los boques opositores reclaman que se eleve de mínima ese piso al 15%.
También hay diferencias con el período en que deberían prorrogarse las emergencias ya declaradas en la provincia, mientras el Ejecutivo insiste en que se mantenga vigente hasta el 31 de diciembre de 2026 los espacios opositores hablan de extenderla solamente hasta finales de este 2025.
Otra pataleo de los no oficialistas tiene que ver con la supuesta falta de diálogo del Ejecutivo con la Legislatura provincial: arguyen que desde la visita del ministro de Economía Pablo López en abril pasado al Senado para exponer ante los titulares de los bloques de la dos Cámaras se espaciaron en demasía los acercamientos.
“No hay avances puntuales, los negociadores del Ejecutivo brillan por su ausencia y así se hace difícil” destaca con un dejo de resignación un legislador amarillo ante este portal.
En tanto, en el oficialismo aguardan con cautela los próximos movimientos de Kicillof y algunas fuentes aventuran que posiblemente antes del receso invernal haya alguna intentona para que la propuesta desembarque en el recinto de la Cámara Alta.
Vale la pena aclarar que por tratarse de una propuesta de solicitud de endeudamiento, no sólo por los 1045 millones de dólares sino también por 250 millones de dólares en Letras del Tesoro, necesita irremediablemente de los dos tercios del Cuerpo.
O sea que el oficialismo debe recolectar una mayoría de 31 legisladores para que el capítulo de endeudamiento finalmente consiga media sanción.
Desde el mileísmo han hecho trascender que no apoyarán el proyecto de endeudamiento por lo cual el Ejecutivo queda obligado a lograr, más allá del eventual apoyo del bloque dialoguista, también voluntades sueltas tanto del PRO como del radicalismo abadista y el monzonismo.
Más allá de la dificultad que despunta el oficialismo para zurcir un consenso en torno a la conformación del fondo para los alcaldes, los espacios de la oposición de los ex Juntos por el Cambio y el bloque libertario disidente de Sergio Vargas pretenden incluir otras cuestiones en la discusión.
Aquellos espacios buscan introducir en la rosca con el Ejecutivo una definición sobre los lugares que le corresponde a la oposición en los estamentos del Estado bonaerense.
Concretamente, quieren resoluciones sobre los sillones en los entes de contralor y fundamentalmente en el Directorio del Banco Provincia y el Grupo BAPRO.
También asoma en la negociación las cuatro vacantes que deben completarse en la Suprema Corte de Justicia bonaerense.
Recordemos que hace un tiempo el Ejecutivo, cuando la interna todavía no laceraba al frente oficialista, había penado en que tres lugares de los cuatro vacantes fueran para cada uno de los nucleamientos que componen Unión por la Patria.
O sea un espacio destinado al axelismo, otro para el campo-cristinismo y el siguiente para el Frente Renovador de Sergio Massa.
En tanto, se había pensado en una silla para la oposición que podría corresponderle al radicalismo ya que el PRO cobró en 2017con la incorporación al Máximo Tribunal de Sergio Torres impulsado por el vidalismo.
Sin embargo, luego de comenzados los escarceos en el frente oficialista Kicillof desestimó por completo aquel plan original y prefirió enfriar la cuestión.
Ahora la oposición vuelve al ruedo y pide reactivar esos nombramientos como contraparte de apoyo al proyecto de endeudamiento que el mandatario necesita.