La interna del histórico partido de la UCR, continúa generando gran preocupación entre sus principales dirigentes. Luego de la decisión de un sector de prorrogar el mandato de Maximiliano Abad y tras la denuncia del sector opositor, el espacio continúa acéfalo y sin repetir las elecciones internas. 

Mientras algunos sectores analizan una posible alianza con La Libertad Avanza, otros prefieren mantener la identidad original del partido radical. Ante esta situación y de cara al armado de listas para las próximas elecciones legislativas, Política del Sur conversó en vivo con el histórico dirigente radical Juan Manuel Casella, sobre el estado actual de la UCR.

“No tengo ninguna duda de que el radicalismo de ninguna forma puede acercarse al oficialismo. Las distancias ideológicas desde el punto de vista doctrinario son notorias y la distancia acerca de la política económica social también. El radicalismo no puede estar aliado a un partido cuyo conductor, el Presidente de la república, se autodefine como de ultraderecha y tampoco puede estar de acuerdo con una política económica que tiende a profundizar la fractura social que la Argentina está padeciendo. Yo de ninguna manera participaría de un acuerdo con LLA cualquiera fuera el mecanismo que se utilizara”, afirmó.

También se refirió al encuentro que Axel Kicillof mantuvo con el dirigente radical Federico Storani: “Me parece que la intención de Kicillof es tratar de demostrar algún nivel de independencia frente al dominio que históricamente ejerció sobre él Cristina Kirchner. En ese encuentro lo que busca Kicillof con el propósito de decir ‘yo puedo hablar con otros que no sean ustedes’. Este mensaje está dirigido a la interna peronista. Porque es obvio que si él quiere desarrollar una vida política que lo lleve a competencias de más alto nivel, por ejemplo, la Presidencia de la República eventualmente, tiene que demostrar previamente que es independiente, que no es Alberto Fernández 2. Esa es la interpretación que yo hago. Desde el punto de vista del pensamiento medio radical, no es una buena reunión. Porque sirve para que los dirigentes que están a favor de un acuerdo con LLA, exhiban su antikirchnerismo, que es un factor de profunda influencia en la acción política actual”.

Con respecto a la situación interna de la UCR, manifestó: “Me parece adecuado que se busque una solución para el problema institucional de la provincia de Buenos Aires. Porque es un desastre que las elecciones internas de octubre del año pasado, todavía no tengan resultado formal. Frente a la inmediatez de un proceso electoral, me parece que buscar un acuerdo impulsado por el Comité Nacional es una cosa lógica. Ese acuerdo debe tener garantía suficiente como para que el partido preserve su identidad y su existencia”.

Asimismo, habló de la situación política en general: “Yo creo que acá lo que hay que ver es el panorama del sistema político argentino, no solamente del radicalismo. Hay que analizar el radicalismo como integrante del sistema político. A este sistema político le falta equilibrio. Hay un protagonismo de la derecha, de la ultraderecha de Milei o de la derecha conservadora del PRO, que desequilibra el sistema. Hace falta una propuesta progresista de carácter claro que apunte fundamentalmente la creación de riqueza y su distribución y ese es el papel que debe jugar el radicalismo en el sistema institucional actual”.

En esa misma línea, aseguró sobre la polarización entre LLA y el kirchnerismo: “Creo que los puntos de contacto entre el oficialismo y el kirchnerismo son notorios en cuanto a la visión del poder. Los dos son poderes autoritarios, de centralización de la política en personalidades individuales, con tendencia al populismo de derecha. Ahí hay una situación que debemos prevenir. Porque no es buena la polarización, no es bueno profundizar la brecha, el enfrentamiento ni limitar el escenario político a propuestas de derecha, porque le quita riqueza a la política argentina y le quita posibilidades de desarrollo. Y ahí me parece que la ausencia del radicalismo es una situación complicada. Que en principio debemos asumir los radicales como responsabilidad propia”.

Y remarcó: “La única posibilidad de cortar la polarización consiste en una propuesta que sea claramente distinta, ofrecerle a la gente un camino distinto. El problema actual de la Argentina consiste en que el presidente de la República tiene un poder muy fuerte desde el punto de vista político institucional, simplemente porque no hay nada enfrente que sea claramente diferente de lo que él propone. Lo que no veo en este escenario es la presencia de una propuesta opositora claramente diferenciadora, que a la vez tiene que tener un sentido de integración social, para evitar la fractura definitiva de la sociedad argentina. Y de integración política, en el sentido de buscar coincidencias entre quienes piensan de manera más o menos afín”.