

La situación política de la Argentina es muy inestable, debido a la crisis de representación que está afrontando la ciudadanía. Con partidos históricos o de importante trayectoria atravesando reñidas internas y un oficialismo que pierde drásticamente imagen positiva, es muy difícil entender cuáles son los posicionamientos de cara a los próximos años.
Política del Sur conversó al respecto con el ex diputado y referente socialista, Ricardo Cuccovillo, quien habló sobre la crisis política de la Argentina y en el resto del mundo: “La situación que hoy vive el mundo y particularmente la Argentina, con un diálogo que nos está faltando cada vez más. Prospera la crispación, prospera la respuesta rápida, y la verdad que para quienes son sabedores de grandes respuestas, se sabe que no hay respuesta rápida, frente a grandes problemas, hay respuestas complejas. Hoy las nuevas tecnologías, los nuevos tiempos, las nuevas velocidades con las que transitamos nuestra vida, nos van llevando a un diálogo de sordos. Vivimos una época difícil. Yo creo que hay cuestiones que son básicas y elementales para cualquier época más allá de la que hayamos pasado o de la que haya pasado la humanidad, que son las cuestiones de escucharnos, de aprendernos mutuamente, de nuestras experiencias comunes y de poder dialogar”.
En esa misma línea, manifestó: “Luchamos para obtener esta democracia que hoy casi la mayoría de la población no la recuerda, porque han pasado 40 años. Pero la recibimos con gran alegría, tuvimos grandes avances en las cuestiones de orden social y humanas, pero tenemos un gran retroceso en lo que hace a las cuestiones de orden material y de reconocimiento del ser humano”.
Cuccovillo luego de un breve repaso histórico del Partido Socialista, afirmó: “El socialismo popular fue una construcción de la década del ‘60 y ‘70, que llevó adelante fundamentalmente la concepción de unir al socialismo en una sola herramienta, pero también fundamentalmente pudimos trascender y gravitar, pese a lo pequeño que éramos en su momento, algunas cuestiones que fueron para nosotros vitales. Pudimos trascender en grandes sectores de la población de aquella época, como eran los dos grandes partidos, el radical y el peronista, que sí, en ese momento, representaban a sectores sociales, posteriormente se ha desdibujado esto. Y pudimos encarar una prédica en cada uno de estos sectores”.
En esa misma línea, agregó: “Tratábamos de ver de qué forma solucionábamos el drama argentino, que era ese famoso péndulo entre políticas populistas y políticas conservadoras, entre sectores, que pendulaban en el manejo de los intereses nacionales, pero que eran su propia receta. Y nosotros lo que planteamos era que en ese péndulo hacía falta la creación de una masa crítica lo suficientemente importante y grande de cada uno de esos sectores, que permitiera que la bola del péndulo se estancara durante un gran tiempo. Por eso, íbamos a cada uno de esos lugares a hablar acerca de la cuestión de la unidad nacional”.
Con respecto a este último concepto, aseguró: “Acuerdo que no logramos en estos 40 años. Siempre es encontrar la fisura para hacer valer nuestra recetita. Por eso creo lo más importante que tuvimos en estas últimas décadas fue que frente a una crisis tan profunda como la del 2001, nos permitió salir de esa crisis, el diálogo argentino. Ese conglomerado de actores de distintas fracciones políticas, junto con la iglesia, junto con el movimiento obrero, y junto con sectores empresarios pudieron acordar una salida de la crisis. Lamentablemente, la cultura del enfrentamiento, volvió a resurgir”.
Por otro lado el referente socialista remarcó las lucha obreras históricas del socialismo, lamentando que hasta ahora el partido nunca tuvo oportunidad de representar al país: “Gravitamos en la concepción del cooperativismo como una posibilidad de encauzar más humanamente al sistema capitalista, generamos una concepción de la libertad, el beneficio de la libertad de la república. Y sin embargo, no tuvimos quizás el mensaje apropiado para plantear que quienes estaban usufructuando cada uno de los beneficios que nosotros habíamos estado luchando, todavía tenían la posibilidad de que el socialismo los representara. Bueno, pero seguiremos peleando en esa concepción”.
Finalmente, manifestó: “A diferencia de lo que nos quieren hacer creer, que está en la fuerza individual de cada uno para mejorar nuestras condiciones de vida, eso es absolutamente mentira. El ser humano es un ente social. Todo lo que hoy vivimos y podemos usufructuar cada ser humano, fue construido por una sociedad, y por eso tenemos que tener presente el bienestar más equitativo de la sociedad. Primera bandera. Segunda bandera, nada se logra sin el diálogo”.