

Un fantasma vaga por los pasillos del HCD del Avellaneda. Desde hace tiempo, y como toda deidad, suele reaparecer en momentos de ira, en los que arremete contra quienes considera que lo ofenden.
Su primera aparición data de mediados de 1998 cuando el concejal Rubén Spina, integrante del Frepaso, fuerza política que junto a la UCR conformarían la Alianza en 1997, coalición que habría ganado la elección de medio término y que permitiría que dicha fuerza se quedase en Avellaneda con la presidencia del HCD, cargo que ocupó el entonces concejal Claudio Yacoy.
Después de una larga modorra de más de 25 años el duende volvería a atacar el mes pasado, retomando sus castigos en estos días, ya que enojado con el comportamiento del concejal libertario, Arnaldo “ Pepo” Díaz, el duende comenzó con sus escarmientos y entonces, cámara en mano, se lanzó sobre las deshonestas huellas de Díaz a quien dejaría escrachado infraganti, al igual que Spina, ejerciendo sus malas artes.
El accionar de la deidad ocasionó, hace tiempo, que Spina fuese castigado por sus propios compañeros siendo expulsado deshonrosamente del HCD, y por el juez de turno que lo envió a prisión por un tiempo. En tanto, los sucesos que involucran a Diaz todavía son recientes, y más allá que vislumbren para él un destino poco feliz, todo lleva a pensar en la suerte que corrió Spina.
La historia vuelve a repetirse después de un cuarto de siglo, en la misma institución, en el HCD de Avellaneda y ambos concejales, de fuerzas políticas distintas, que se decían venir a limpiar la política de “los corruptos”, ocuparon sin darse cuenta la morada del duende, lo que ofuscó mucho más de costumbre a la deidad.
Esa morada no es otra que la segunda oficina del primer piso, entrando por la escalera del fondo, después de Digesto. Esa fue precisamente la oficina que ocupara el concejal de la Alianza hace 26 años, y sugestivamente es la oficina que ocupa actualmente el concejal ¿libertario?
A esta altura de los acontecimientos, hay quien afirma que, más que buscar la explicación de un politólogo, tal vez sería más conveniente pedir la opinión a un parapsicólogo, o algún vidente por semejante coincidencia.
Spina, deslumbrado por el aurea que representaba el cargo, sobrestimó su poca capacidad, lo que lo llevaría a hacer de las suyas. Los menesteres del concejal serían, por ejemplo, coimear a empresas y a quedarse con parte de los sueldos de sus empleados. Nada nuevo bajo el sol.
No obstante, considerando menguado su peregrinar, Spina no tardó en dar el mal paso de traicionar a sus propios compañeros del Frepaso, y llamado por la codicia acudiría al encanto del poder, que con algunos paquetes de figuritas lograría cambiar la “matriz ideológica” del concejal, o tal véz reafirmarla.
No sería más que una nota de color el comportamiento de Spina, sino fuese porque su ruin actitud mancharía la entrañable relación de amistad con sus amigos del barrio, los concejales Francisco Del Castillo y Claudio Yacoy. El arreglo de Spina con el Ejecutivo de aquella época le significó a su amigo y mentor, Yacoy, perder la presidencia del HCD en una bochornosa sesión donde Spina se daría vuelta y terminaría votando contra su propia fuerza política ante el asombro de sus compañeros.
El duende, sumamente ofuscado, comenzaría a urdir una trampa para castigar al ingrato. Más enojado por la actitud artera hacia sus camaradas que por las “corruptelas”, el duende castigaría a Spina de manera ejemplar.
Sin embargo, este duende no apelaría a conjuros ni maldiciones, ni hechizo que se parezca, sino que nutrido de tecnología moderna, cámara en mano se dispondría a plasmar sus castigos filmando a sus victimas en acciones deshonrosas para luego exponer su comportamiento ante la sociedad.
Es así como Spina quedaría capturado en la lente de la cámara del duende, quien lo castigaría, no solo expulsándolo del HCD sino que el concejal terminaría “disfrutando” de unas largas vacaciones en la cárcel de Batán, para luego desaparecer de la escena política para siempre como si lo hubiese llevado el maligno.
A partir de eso, y tras haber actuado de la misma forma con Díaz, solo resta saber cual será la “suerte” que correrá el reciente infractor que causó la ira del fantasma vengador del HCD.