sábado 19 de abril de 2025 - Edición Nº2327

Lanús | 5 abr 2025

RECLAMOS INTERNOS

Malestar profundo en las filas del intendente Álvarez por la interna con Kicillof

Lanús se reconfigura como un caso testigo en estas elecciones. La debilidad política de Julián Álvarez hace temer a sus propios militantes. González Santalla redobla la apuesta contra Kicillof, pero en una parte del peronismo local advierten: “No somos ovejitas”.


Por: Ricardo Carossino

La tensión que escala entre La Cámpora y el gobernador Axel Kicillof pone en un dilema político al intendente Julián Álvarez y muchos, ajenos e incluso propios, desconfían de que quiera enfriar la interna para beneficiar al Municipio.

Aun se desconoce qué puede hacer Cristina Fernández si no hay PASO y las elecciones no son recurrentes. Es el gran enigma del momento. Llama la atención que la dos veces presidenta de la Nación lance amenazas al gobernador con la posibilidad de ser candidata a diputada provincial por la Tercera cuando, según opinan algunas fuentes, debería estar por arriba de esta interna.

La pregunta entonces que molesta al intendente de Lanús es si puede haber más de una lista en el Municipio. Si esto pasa, consideran los allegados al gobernador y al intendente Jorge Ferraresi, el intendente “puede perder en 2025”, auguran: “Con o sin Cristina”.

Avellaneda es un contraste fuerte de Lanús, Ferraresi no tendrá problemas de poner el poder del estado municipal para esmerilar el espacio del senador provincial Emmauel González Santalla, que no dudó en salir a criticar a Kicillof por su cuenta de X.

Pero el intendente de Lanús no es un senador, tiene compromisos de gestión que lo obligan a tener el mayor de los cuidados, pero muchos dentro del peronismo en voz muy baja confiaron a Política del Sur su desconfianza en cuanto a cómo puede manejar este momento de crisis interna sin perjudicar el armado local.

González Santalla no tiene poder en Avellaneda, apenas un puñado de militantes que llenan sus actos sin llegar a los 200, es lo que lo lleva a confrontar con el gobernador para intentar mostrarse ante el electorado del Municipio como una alternativa, pero en Lanús todo es diferente.

Julián Álvarez por el momento se limitó a publicar el documento del cristinismo ortodoxo sin emitir algún mensaje polémico lo cual desnuda la obligación institucional con el gobierno bonaerense que lo pone en una situación de debilidad electoral.

¿Se atreverá a enfrentarse a quien le provee recursos, aunque públicamente lo niegue? Un dirigente de Lanús que tuvo un encuentro con Carlos Bianco y con el mismo Kicillof, confesó que hay “perplejidad” en el equipo de gobierno respecto de la conducta política del intendente.

Según este dirigente en la casa de gobierno bonaerense entienden que la intendenta de Quilmes Mayra Mendoza confronte porque quiere ser candidata a gobernadora, pero no entienden que Álvarez, a diferencia de otros intendentes de La Cámpora, tome una postura tan confortativa.

En este sentido hay un profundo malestar en el peronismo de Lanús porque se vive un ambiente de tensión muy fuerte para que el intendente no pierda tropa a manos de Ferraresi. Al cabo, la fuente consultada habló de gente muy molesta con Álvarez.

Es un ambiente cargado que hasta ahora el único que se atrevió a hacerlo público fue Juan Grabois, cuando blanqueó que apretaron a alguien de su espacio: “Que no se le ocurra a ningún otro compañero de La Cámpora, bajo la supuesta representación de Cristina, apretar a nadie de nuestra fuerza, porque le va a ir muy mal, muy mal le va a ir. Cristina, de alguna manera, avala que Facundo Tignanelli apriete a mi compañero (Federico Fagioli) y esa forma de hacer política”.

“Esa forma de hacer política” como dice Grabois es lo que en el peronismo de Lanús empieza a temerse. El clima se calienta entre kicillofistas y cristinistas, pero desde algunos sectores ya empiezan a mandar mensajes a La Cámpora para advertir que “en el peronismo de Lanús no hay ovejitas”.

No es fácil una interna en Lanús, sobre todo porque el intendente no tiene consolidado su poder local. Ha elegido confrontar con los no camporistas y está a merced de las decisiones de una mesa chica formada por Lalo Decuzzi (un hombre que milita más a Mayra Mendoza y CFK que al intendente Álvarez) y González Santalla.

Muchos creen que este enfrentamiento pueda traer aparejado una derrota en el Municipio porque también los militantes K hacen la autocrítica puertas adentro sobre una gestión que por “impericia” y “doctrina” no consiguió obras para mostrar gestión al vecino, aun sin dejar de considerar la situación de precariedad financiera que provocó Javier Milei.

Se sabe que dentro de La Cámpora, opinar diferente es un acto que la orga considera “traición” al mejor estilo de las fuerzas especiales del peronismo combativo de los 70. Pasa en todos los Municipios que gobierna esta agrupación comandada por Máximo Kirchner. Precisamente, el gobernador se refirió a esta característica interna y pidió “no tachar de traidor a quien no opina igual”.

Una fuente gubernamental de la Provincia comparó al intendente Álvarez con pares como Damian Selci de Hurlingham o Federico Susbielles de Bahía Blanca a los que consideran dirigentes “mucho más maduros y capaces que este muchacho de Lanús”, confesaron a PDSUR al ser consultados.

Susbielles está ocupado en trabajar, tiene una situación complicada en su ciudad y Axel lo ayuda todo el tiempo, no lo deja solo a pesar de su alienación con CFK, pero el problema con otros, es que prefieren militar para mostrar su lealtad en lugar de gestionar y ser pragmático”, señaló este funcionario del gobierno de Kicillof.

Un dirigente confesó su temor a que Kicillof baje recursos para hacer la interna a su gente en Lanús y que deje al intendente “en Pampa y la vía” si La Cámpora decide romper porque no logró las concurrentes.

Lo que algunos kirchneristas empiezan a creer es que el gobernador en una situación de enfrentamiento con La Cámpora puede aglutinar a todo el pan peronismo local que no quiere a Cristina Fernández, “y son muchos” recalcó a este medio.

En ese sentido Kicillof habló este jueves y dijo: “Tenemos que reflexionar y acordar. Pretendo tener una discusión fraternal con los compañeros sin que nadie sea tildado de traidor”. Y agregó: “Hay que contener a todos los que se fueron”.

Respecto del momento, del aquí y el ahora, un dirigente lanusense que conoce a todos los actores en pugna, al ser consultado sobre la declaraciones del gobernador, admitió que “hay mucho silencio. Tensa Calma”, puntualizó y adelantó: “Los camporistas deben estar calculando el próximo paso”.

En el entorno de Kicillof también aprietan: “Cristina puede jugar donde quiera. Tendrá que explicará por qué es más importante jugar en un distrito que en toda la PBA”, e hicieron hincapié en la necesidad la unidad, pero también para gobernar: “Vamos a agotar todas las instancias para llegar a un punto común”.

¿Estarán considerando esto Álvarez, Decuzzi y González Santalla? Aliados al intendente que no son Cámpora, creen que el fanatismo por CFK los pueda llevar a cometer un error histórico y dejar un espacio en blanco que termine de llenar el PRO.

Precisamente, si Álvarez consigue algo de unidad en Lanús, tendrá que considerar lo mismo que Kicillof en la Provincia, que le sirva para gobernar y que no se comploten para luego cuestionarlo públicamente como pasó con el kirchnerismo y el ex Presidente Alberto Fernández, precisamente lo que señaló Kicillof en su discurso en La Plata.

Por lo que PDSUR pudo inferir luego de hacer varias consultas es que la discusión en Lanús está en un punto de inflexión y nadie tiene claro el futuro. Algunos sueñan con romper, otros por conservar un mínimo de coherencia, dicen, y mantener una unidad para ganar este año. Pero lo cierto es que en el peronismo lanusense nadie tiene claridad sobre qué puede pasar si Kicillof decide desdoblar, pese a los reiterados pedidos de la ex presidenta. Es decir, nadie sabe si puede ser el punto de inflexión para una ruptura del PJ.

 

 

 

 

 

 

 

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