domingo 19 de enero de 2025 - Edición Nº2237

Provincia | 11 ene 2025

¿HAY CAMBIO DE CICLO EN EL PERONISMO?

Prueba de fuego para Kicillof como líder: empieza el 2025 con peligro de ajuste y peleado con CFK

Mientras Bianco y Larroque buscan músculo político el gobernador busca endeudamiento. Milei ya se le quitó financiamiento. Intendentes radicales necesitan el presupuesto y la Ley Fiscal, pero La Cámpora quiere debilitarlo en la legislatura. CFK intenta ordenarlo. ¿Quiénes son más peligrosos la oposición o los propios?


Por: Ricardo Carossino

Mientras La Libertad Avanza intenta tejer una red propia de poder territorial en el conurbano, mientras la UCR bonaerense recibe fallas de intercomunicación entre los intendentes del interior y los dirigentes de las secciones Tercera, Primera y Octava, mientras La Cámpora busca el lápiz que siempre tuvo desde 2003, mientras Cristina Fernández y Mauricio Macri intentan reeditar una polarización para desplazar de la vidriera a Milei, mientras Argentina recibe elogios del FMI y mientras el peronismo bonaerense trata de ponerse de pie, el gobernador Axel Kicillof hace todo lo posible por desatar su nudo gordiano: presupuesto, Ley Fiscal y endeudamiento.

No la tiene fácil, pero mientras la oposición no establezca un plan de acción con candidatos que aseguren votos, puede ganar tiempo en este verano que empieza a calentarse. A pesar del problema financiero que tiene, un sector del kicillofismo lanzará la campaña “El Futuro es con Axel”, porque piensan que el que pega primero pega dos veces. Fuentes ministeriales que dialogaron con Política del Sur explicaron que sienten que es un momento complicado porque falló la noticia de un presupuesto aprobado y es necesario “fortalecer al gobernador”.

Mientras tanto, por fuera de los equipos electorales del propio Kicillof, los intendentes que apuestan a ese proyecto al 2027 mueven sus fichas como lo hace Jorge Ferraresi que camina Lomas de Zamora, Lanús y Quilmes para esmerilar a principal enemigo interno que es La Cámpora que pretende entronizar a Mayra Mendoza como la heredera de Kicillof.

Por ahora, respecto del escenario electoral, el ex ministro de Economía de CFK, permanece a la espera de que el Congreso de la Nación aclare qué ocurrirá con las PASO para definir si desdobla o no las elecciones en territorio bonaerense.

Pero los libertarios no contemplan misericordias en un año electoral en el que Milei tiene una encrucijada: satisfacer al FMI y seguir con el ajuste o satisfacer la demanda de votantes que no miran la red X. Por esa razón, el gobierno nacional tomó una decisión a la medida de su ideología.

Milei redujo las transferencias automáticas a las provincias en un 9,8% y las discrecionales en un 76% durante 2024, en un brutal ajuste que afectó particularmente a la Provincia de Buenos Aires, donde la reducción de las transferencias se ubicó por encima del promedio nacional.

Esto complicó de tal forma al gobierno de la Provincia que ahora tiene la soga al cuello porque no es política del peronismo post kirchnerista la idea de ajustar y para eso Kicillof necesita tener resuelto antes de que se inicien las sesiones ordinarias de la legislatura bonaerense su nudo gordiano.

Kicillof necesita un Presupuesto que le fue negado y necesita una Ley Fiscal que prorrogó. El presupuesto lo faculta a gastar y la Ley Fiscal a conseguir ingresos, pero hay una diferencia contable entre esas dos instancias y para equilibrar necesita endeudarse y no lo está consiguiendo.

A pesar de haber prorrogado la Ley Fiscal, Kicillof decidió postergar las fechas de los impuestos patrimoniales. Así, el inmobiliario Urbano y Rural, el impuesto automotor y a las embarcaciones deportivas pasarían al mes de marzo.

La postergación se leyó en algunos sectores políticos como una posibilidad de continuar con la negociación del presupuesto, tras la decisión del gobierno provincial de no asistir a la reunión pautada para esta semana.

Nadie imagina a Kicillof sin recursos y mucho menos los intendentes que ahora además tienen que soportar el asedio del gobierno nacional que intenta impedir que cobren las tasas municipales. Incluso los opositores.

Un sector de la UCR salió a pedir que el presupuesto se apruebe en febrero porque, aseguran que  “los municipios están en peligro y no hay control de gastos”. Plantean que buscan “garantizar obras, servicios y planificaciones estratégicas” en los distritos.

En los últimos días de diciembre fracasaron las negociaciones entre el Ejecutivo, el peronismo kirchnerista en la Legislatura y la oposición. Hubo un acuerdo para retomar las negociaciones el 7 de enero, sin embargo, el gobierno decidió no enviar a sus dos negociadores: los ministros Pablo López (Economía) y Agustina Vila (Secretaría General).

Desde entonces hasta el día de hoy no hubo contactos entre las tres partes. Kicillof no da señales de tener demasiado interés en avanzar con una discusión del presupuesto. En Casa de Gobierno quieren evitar abrir una nueva negociación con la oposición, pero sobre todo con La Cámpora que hará lo imposible por debilitar las ambiciones políticas del gobernador y sus intendentes.

Pero sin lugar a dudas el punto central del nudo que desvela al kicillofismo es el endeudamiento. Necesita dinero, todo el que pueda conseguir para no ajustar en un año electoral.

El ejecutivo bonaerense necesita que le permitan un endeudamiento por 1,1 billones para refinanciar deuda y las prórrogas de las emergencias porque gobierna con leyes de emergencia económica, productiva, y energética (Ley 15.165); emergencia en seguridad (14.806); emergencia en Infraestructura (Ley 14.812) y emergencia Administrativa (Ley 14.815).

Se trata de facultades que le delega la Legislatura para agilizar la gestión del gobierno provincial. Estas emergencias suelen tener un plazo de un año y se discuten junto con el paquete de leyes que conforman el presupuesto. Las emergencias de 2024 tienen vigencia hasta marzo de 2025.

Aunque parezca mentira para Kicillof es más complicado negociar con La Cámpora que con la UCR, porque los intendentes dependen del dinero de la Provincia. Y el peronismo bonaerense con un presidente del Justicialismo que no ordena nada, está atomizado.  

Sergio Massa intenta ser la prenda de unidad, pero hasta el momento no lo logra. Sabe que “si el peronismo no se une aunque duela, se pierde” e intenta armar el rompecabezas para este 2025.

Como la ex Presidenta de la Nación no puede ordenar a Kicillof y a muchos otros intendentes y gobernadores, algunos olfatean el final de una etapa política y el comienzo de otra, de la mano del gobernador bonaerense, lo que no quiere decir que después termine siendo el líder. Es, a priori, la principal vía para iniciar la etapa de renovación que tantos piden.

La capacidad (o, no) que pueda tener CFK en los primeros meses del año para ordenar el tablero tendrá que ver con la discusión electoral del peronismo. En tanto, Carlos Bianco y Andrés “Cuervo” Larroque arman las mesas distritales “Es con Axel”, para conseguir músculo político. Un camino que los ministros empezaron a recorrer el año pasado y en el que se van sumando, lentamente, dirigentes que confían en la posibilidad de un cambio de ciclo.

 

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