domingo 01 de diciembre de 2024 - Edición Nº2188

Gremiales | 26 nov 2024

INTERNA SINDICAL

El portazo de Pablo Moyano reconfigura la CGT y crece el fantasma del ex MTA

La renuncia al triunvirato de conducción del camionero generó inéditas críticas del sector dialoguista, que lo vinculó a su cercanía con el kirchnerismo. En tanto, en torno a si figura comienzan a nuclearse dirigentes y gremios con ganas de confrontar de manera directa con el gobierno de Milei, y crecen las chances de un nuevo Movimiento de Trabajadores Argentinos.


Por: Diego Lanese

Por “no coincidir con las decisiones tomadas por la llamada mesa chica”, Pablo Moyano anunció su renuncia al triunvirato de la CGT.

Luego que los dirigentes dialoguistas decidieran dejar aislado al camionero en su idea de comenzar a construir un nuevo paro nacional para diciembre de este año contra las políticas del gobierno de Javier Milei, el hijo de Hugo Moyano decidió pegar el portazo, generando una verdadera reconfiguración de la interna de la central obrera.

Desde hace tiempo Pablo Moyano nuclea en torno a su figura a los dirigentes y gremios más virulentos en la discusión contra la gestión libertaria, y quienes quieren n plan de lucha para ir más allá de la protesta y la reivindicación y quieren ponerle reales límites a su accionar.

De forma sorpresiva, desde la conducción cegetista salieron a criticar con fuerza la renuncia, y la vincularon a la cercano del camionero a kirchnerismo, justo en momentos que la interna del PJ amenaza con romper la unidad lograda desde el 2019.

En el “universo Moyano” circulan sindicatos tradicionales que buscan un mayor dinamismo en el accionar, las dos fracciones de la CTA decididas a confrontar con Milei y hasta espacios clasistas, que ven en su figura un catalizador del malestar de una parte de la población, que no encuentra en la política respuesta a sus reclamos.

La salida de Pablo Moyano reafirmó las diferencias entre los grandes grupos de la CGT: dialoguistas y combativos.

En el segundo sector respaldó la decisión del camionero, quien se vuelve el eje central de ese armado, a partir de la consolidación de la política confrontativa del Frente Sindical para el Modelo Nacional (FRESINONA), del que participan gremios de peso como los mecánicos (SMATA), los viales, Marítimos Unidos (SOMU) y taxistas, entre otros.

Además, están cerca de ellos los integrantes de la Corriente Federal de los Trabajadores que lideran el bancario Sergio Palazzo y el gráfico Héctor Amichetti.

Los espacios vienen coordinando la mirada sobre el gobierno, aunque no tuvieron hasta ahora acciones comunes. A estos se les suman los gremios de las dos fracciones de la CTA, que están en pleno proceso de unidad y coinciden con Pablo Moyano en la necesidad de estas “en la calle”.

En este punto, algunos dirigentes aventuran la reedición del ex Movimiento de Trabajadores Argentinos (MTA), nacido en los 90 para enfrentar las políticas liberales, y que fracturó por años a la CGT.

En efecto, el MTA original fue una corriente que surgió en 1994 con el liderazgo de Alicia Castro (Aeronavegantes), Juan Manuel Palacios (UTA) Víctor De Gennaro (ATE) y Hugo Moyano (Camioneros) entre otros referentes. “Puede pasar, el clima de bronca esta”, le dijo a Política del Sur un dirigente cercano a estos grupos, sobre la vuelta del espacio combativo.

En tanto, en el sector dialoguistas la reacción fue intempestiva. Lejos de la indiferencia que generó la renuncia de Mario “Paco” Manrique a la secretaría gremial –en público el mecánico habló de diferencias con la conducción pero en la carta que formaliza su salida argumenta “falta de tiempo” por sus otras obligaciones –el caso de Pablo Moyano generó malestar.

“No firma, ni administra ni gerencia ni el sindicato ni la obra social. Por lo tanto es un outsider, un líbero, y me parece que ahí está el problema de Pablo, que nunca tuvo a su cargo una responsabilidad de gestión y es solamente portador de un apellido”, disparó Gerardo Martínez, integrante de la mesa chica de la conducción de la CGT.

“Él firmó una renuncia al consejo directivo, pero Camioneros y lo he hablado con Hugo Moyano, ha decidido seguir formando parte de la CGT, afirmo el dirigente en declaraciones al diario Clarín. El ataque –incluyendo el medio elegido para hacerlo –se completa con la vinculación política.

“Creo que él es funcional a todos aquellos que buscan la confrontación. Y nosotros observamos que el sindicalismo no debe ser la guardia pretoriana de nadie, el sindicalismo es una estructura sólida que representa los intereses de los trabajadores y no puede ser parte de la alquimia de algún sector político”.

Cuando le preguntaron si pudo haber sido funcional a un pedido del kirchnerismo, volvió a descalificarlo: “No me consta, pero conociéndolo a Pablo es fácilmente usable”. También criticó la renuncia Andrés Rodríguez, un dirigente de perfil bajo que habló públicamente dos veces en pocos días, una vez para decir que “no están dadas las condiciones” para un paro nacional, y otra para criticar la salida del camionero.

“De que sirve la protesta por la protesta en sí, muchos dirigentes creen que hay que estar en la calle porque gobierno la derecha, y en realidad hay que salir cuando tocas los derechos de los trabajadores”, le marcó a Política del Sur un vocero de la conducción, que así terminó de despegarse de la idea de un paro.

Sobre la renuncia del ex triunviro, hubo coincidencia en que hay “un componente político”, y recordaron lo que sucedió con Antonio Caló. “Le quitaron el gremio con ayuda de La Cámpora cuando había armado una CGT cristinista en 2012 para evitar que el gobierno no tenga gremios alineados”, recalcaron.

El vocero se refiere a la movida que algunos le atribuyen a Máximo Kirchner la rebelión de varios dirigentes para desplazar a Caló del secretariado nacional de la UOM para poner a Abel Furlán, quien compartió el Congreso con el hijo de la ex presidenta.

En el caso de Moyano, su padre Hugo está pensando en su reemplazante en la CGT, y se habla de dos incondicionales de su figura: Jorge Taboada, de la provincia de Chubut, u Omar “Manguera” Pérez, interlocutor del gremio en la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT). Además, le líder camionero y jefe del clan nacional se apuró a confirmar que el gremio no sale del consejo directivo de la CGT.

La interna en el movimiento obrero ya había afectado a la CATT, viejo bastión moyanista, que luego buscó equilibrar sus posturas con la conducción de Sergio Sasia (Unión Ferroviaria), pero que luego del surgimiento de la Mesa Nacional del Transporte, donde el propio Pablo Moyano apuntaló su grupo combativo en el sector, el dirigente renunció.

Ahora, con Juan Carlos Schmid en la conducción, se podría volver a ver una entidad movilizada. “Las diferencias entre los sectores denominados dialoguistas y combativos no deberían desembocar en una ruptura de la unidad de la CGT”, alertó Sasia en declaraciones periodísticas.

Estas tensiones, recalcó el dirigente, “que surgen principalmente por las particularidades de las negociaciones colectivas en cada actividad, reflejan las distinciones entre las realidades del sector público y privado. Sin embargo, la CGT, como confederación, tiene el deber de articular y moderar estos intereses diversos”.

“En mi renuncia a la secretaría general de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte, percibí que este escenario era quizá inevitable. En los últimos meses, observé cómo algunas organizaciones sindicales de la CATT adoptaron una agenda de acción directa que se alejaba no solo de las disposiciones orgánicas de la CGT, sino también de las de la propia confederación, analizó Sasia.

De hecho, “algunos incluso, desde una mirada más política, intentaron escalar la confrontación, pero ahora parecen darse cuenta de que ese no es el camino”.

OPINÁ, DEJÁ TU COMENTARIO:
Más Noticias

NEWSLETTER

Suscríbase a nuestro boletín de noticias