Por: Federico Cedarri

Luego de la presentación formal del Presupuesto de recursos 2025 y la Ley Impositiva el oficialismo legislativo ha comenzado los primeros escarceos destinados a intentar aprobar las iniciativas antes de que termine el período ordinario, el próximo 30 de  noviembre.

Si bien el peronismo descuenta en su cruzada el apoyo de los dialoguistas de ambas Cámaras, tanto el espacio de Gustavo Cuervo como el de Calos Kikuchi le garantizarían la aprobación en general del cálculo de recursos, necesita imperiosamente de los dos tercios tanto para la Ley Impositiva como para la solicitud de endeudamiento y la emisión de Letras del Tesoro que pretende  Axel Kicillof.

El Presupuesto estipula gastos por 34,3 billones de pesos con un déficit de 1,4 billones de pesos, a lo que se agrega una petición de endeudamiento del orden de 1,1 billones de pesos y la emisión de Letras del Tesoro provincial para conseguir financiamiento en el mercado local por 670.771 millones de pesos.

En la Cámara Baja ya comenzaron resueltamente los acercamientos e intercambios de puntos de vista para encauzar una negociación conjunta entre ambas Cámaras, el titular de Diputados Alejandro Dichiara convocó en su residencia a un asado donde participó invitaciones no solo a las principales espadas del peronismo y massismo sino que para sorpresa de varios  las hizo extensivas a los dialoguistas Gustavo Cuervo y Fabián Luayza, al radical disidente Claudio Frangul y al mileísta Agustín Romo.

La nota saliente en el cónclave que auspició Dichiara la constituyó el desaire de referentes amarillos y centenarios abadistas, lo que anticipa el marco de complejidad que tendrá la negociación con estos actores.

La concurrencia del diputado twittero a la reunión se enmarca dentro de la estrategia de los violetas oficialistas de convertirse en interlocutores privilegiados de Axel Kicillof: "El presupuesto es inconsistente, lo estamos analizando conjuntamente con funcionarios del Ministerio de Economía nacional”, suelta sucintamente ante la consulta de PDS una fuente cercana al espacio.

Lo cierto es que según pudo inquirir  este medio, el bloque libertario ortodoxo y su apéndice bullrista votarían de manera negativa tanto el Presupuesto como también lo referente al endeudamiento y Ley Impositiva.

El objetivo de los violetas pasa por buscar colarse en la reconfiguración de autoridades que tendrá que encarar la Cámara Baja luego del 10 de diciembre cuando asuma la presidencia el massista Alexis Guerrera y, según reza el reglamento interno, deberían volver a refrendarse las cinco vicepresidencias del Cuerpo.

Los capitaneados por Romo pedirían la vicepresidencia Tercera que hoy ostenta el abdismo con Alejandra Lordén: “Tenemos los números y vamos a ir por una vicepresidencia”, se envalentonan.

Los epicentros de los desacuerdos entre oficialismo y opositores se dan en torno a la Ley Fiscal, asoman discrepancias preliminares respecto a los números de los tributos que estima la fría letra del proyecto.

La propuesta impositivo dispone alzas en los inmobiliarios urbano y rural del orden promedio del 28% por ciento y del automotor del 19%, además de proponer un ajuste de Ingresos Brutos y Sellos sin modificar las alícuotas.

Dureza inicial del PRO y el radicalismo abadista

Como advertimos anteriormente, el frente de Unión por la Patria se encuentra necesitado del apoyo de los dos tercios de los presentes en cada Cámara legislativa para dar el visto bueno tanto al endeudamiento como a la Ley Fiscal,  y en ese menester encuentra hasta el momento un dura resistencia de amarillos y centenarios oficialistas a los expedientes ingresados por Diputados.

Si bien los dos espacios que conformaron otrora Juntos por el Cambio están llevado adelante un análisis profundo de las propuestas de Kicillof, por ahora reina el hermetismo y prefiere manejarse con cierta prudencia hasta tanto se inicien formalmente las negociaciones: “Hay reuniones informales pero acá lo que importa es la plata que irá a los municipios”, grafica un legislador abadista ante este portal.

Desde la bandada que conduce Diego Garciarena aspiran a llevar adelante un proceso de concertación que incluya la situación del IOMA, además no se muestran de acuerdo con que el abordaje de los proyectos del Ejecutivo se lleve adelante antes del 30 de noviembre: “Hay que ser serios”, sueltan.

En el PRO las sensaciones son similares a la de sus ex socios políticos, entienden que el Presupuesto es austero y celebran que se vaya en esa senda aunque dejan de manifiesto su desacuerdo con la continuidad de lo que consideran una alta presión fiscal: “La base impositiva se mantiene intacta y suben los impuestos más que la proyección de inflación nacional”, resume una fuente amarilla a PDS.

Al mismo tiempo exigen más precisiones sobre algunos aspectos medulares:”El ministro nos dio lineamientos generales pero después el texto que mandaron despierta interrogantes que deberá aclarar”.

De igual modo, los legisladores amarillos coinciden con sus pares centenarios en que los fondos que convergerán hacia los municipios se constituirán en el factor crucial que encauzará o no la negociación con el Ejecutivo: “Buscaremos que las cuotas sean menos espaciadas y que no haya demoras en los pagos como sucedió a lo largo de este año con nuestros municipios”, avisan desde la bancada que conduce Agustín Forchieri.