Por: Federico Cedarri

Finalmente y luego de innumerables trascendidos que coparon el ámbito legislativo se confirmo que el próximo 10 de diciembre se efectivizará el enroque del sillón presidencial en la Cámara Baja bonaerense: el massista Alexis Guerrera ascenderá a la titularidad del Cuerpo.

Esta situación deviene del resultante del acuerdo al que habían arribado Maximo Kirchner y Sergio Massa allá por finales de 2023 cuando dispusieron que durante el primer año encabezaría Diputados un representante del ex insaurraldismo, con ligazón con La Cámpora, mientras que el siguiente período sería completado por el Frente Renovador.

En rigor, durante los meses de tensión entre el kicillofimo y la orga se echó a rodar la versión de que el conglomerado que se referencia en Kirchner podía llegar a no respetar la acordada, aunque finalmente el ex titular de Economía y el presidente del PJ bonaerense contemporizaron por lo que el 10 de diciembre próximo Guerrera asumirá la presidencia de la Cámara Baja.

El revuelo se dará en la descendencia de la máxima autoridad ya que para concretar el enroque de autoridades, según reza la fría letra del reglamento interno, Dichiara deberá presentar su renuncia por lo que una vez que el Cuerpo acepte la dimisión y dé el visto bueno a la entronización de Guerrera se deben volver a poner en discusión los demás espacios de poder como lo representan la vicepresidencia del Cuerpo y las vicepresidencias Primera, Segunda, Tercera y Cuarta.

Tanto el PRO como la UCR abadista y los dialoguistas de Gustavo Cuervo que se llevan en este momento los escaños que pertenecen a la oposición deberían reasignar sus lugares para poder considerar una nueva composición del organigrama de autoridades.

El representante del PRO en la vice Segunda es el grindettista Adrián Urreli, la vice Tercera la ocupa la radical abadista Alejandra Lordén y la Cuarta el dialoguista Fabián Luayza.

La vicepresidencia Primera está en manos del histórico Carlos Cuto Moreno un aliado al kicillofismo, mientras que el massista Alexis Guerrera ejerce la vicepresidencia de la Cámara.

En este sentido, comienza a cobrar fuerza la nueva composión de libertarios y bullristas que, sumados a la piparista Jazmín Carrizo y posiblemente con la incorporación pronta de Guillermo Castello, se asegurarían la segunda minoría al igual que los amarillos y buscarán pulsear por una de las vicepresidencias al tener más integrantes que el espacio de Cuervo y los dos radicalismos.

En rigor, y según pudo recabar este portal, los libertarios podrían pedir una de las vicepresidencias, tanto la que hoy tiene el abadismo como la de los dialoguistas: “Una de las dos tiene que ser para nosotros por número”, destaca una fuente parlamentaria de ese espacio ante PDS.

Lo cierto es que se vislumbra que arrancaría en diciembre una nueva discusión por los principales lugares de la Cámara Baja provincial.

El PRO y el radicalismo abadista resisten

La impetuosidad de los libertarios de comenzar a despuntar la batalla por los espacios de poder legislativo amenaza sin más a los ex Juntos por el Cambio.

A diferencia de lo que ocurre en el Congreso Nacional donde los amarillos trabajan en tándem con el gobierno de Milei, en el ámbito bonaerense esa sintonía fina no existe y la decisión del espacio que comanda Agustín Romo es ubicarse como el único interlocutor de Axel Kicillof en 2025 a expensas de llevarse cargado los resabios del PRO, más allá de que puntualmente pueda  existir una alianza electoral bonaerense que asoma conveniente para los dos espacios.

Desde las entrañas del boque amarillo de la Cámara Baja recalcan ante la consulta de PDS que no debe darse una discusión por las autoridades de Cámara ahora, amén del cambio de titulares dispuesto por el oficialismo provincial: “Las vicepresidencias y secretarias se pactan a dos años, nos quieren venir a cambiar la letra del reglamento ahora, hay acuerdos que deben  respetase”, desliza con incordio un referente parlamentario del PRO a este medio.

El radicalismo abadista una vez oficializado su resultado interno, y con la chance concreta de comenzar a perder parcelas de su poder legislativo, podría considerar una fusión con el espacio de Facundo Manes para lograr catapultarse a la segunda minoría del Cuerpo: “Por ahora no la veo, hay mucha bronca por lo de la interna”, explica a este portal un legislador boina blanca.

En tanto, lo único confirmado hasta el momento es la transición que deberá darse el 10 de diciembre entre el hoy titular Alejandro Dichiara y su actual vicepresidente Alexis Guerrera.

La toma de poder de la Cámara Baja en manos del massismo  no despierta resquemores dentro del Ejecutivo bonaerense: si bien Kicillof ha mantenido una relación oscilante con los alcaldes y legisladores renovadores prefiere tenerlos dentro del esquema oficialista.