martes 10 de diciembre de 2024 - Edición Nº2197

Provincia | 7 nov 2024

Situación amarilla

El PRO bonaerense espera una señal de Macri para avanzar en un acuerdo con LLA

Ante un panorama que asoma desolador por la posible pérdida de bancas en la Legislatura provincial en el 2025, los amarillos pretenden salvar la ropa arribando a acuerdos seccionales con los violetas. Se desvanece la chance de una remake de Juntos por el Cambio ante la crisis radical.


Por: Federico Cedarri

El PRO bonaerense no logra levantar cabeza después del cimbronazo que le propinó su divorcio político del radicalismo abadista postrero a la derrota electoral de 2023.

De igual modo, la incertidumbre se adueña de los popes bonaerenses que solo se limitan a la espera de una señal desde la jefatura de Mauricio Macri para tener certeza sobre los próximos pasos a seguir: “Estamos sin rumbo desde arriba nadie baja línea y es todo incertidumbre”, resume el cuadro de situación a PDS un referente parlamentario amarillo.

Lo cierto es que por lo bajo la expectativa está centrada en el hipotético acuerdo al que podrían arribar el presidente Javier Milei con Mauricio Macri.

Saben en territorio bonaerense que serán un eslabón más en la negociación integral que el líder del PRO llevará adelante con el titular del Ejecutivo Nacional.

Muchos referentes amarillos  por lo bajo sospechan que al ex presidente le preocupa más resolver los cabildeos con los violetas en CABA para proteger la figura de su primo Jorge que la suerte del PRO bonaerense: “A Mauricio solo pareciera importarle CABA”, comenta con fastidio un legislador amarillo.

El PRO por el momento mantiene la segunda minoría en la Cámara de Diputados con 13 legisladores luego de la sangría acaecida cuando el bullrismo hizo racho aparte, aunque tiene a la Libertad Avanza mordiéndole los talones.

La disputa entre los libertarios y amarillos por hegemonizar la oposición a Axel Kicillof también siembra dudas en lo que respecta a un posible entendimiento electoral en la provincia en el 2025.

La relación parlamentaria entre los espacios dista de ser la ideal y se ubica en las antípodas del juego en tándem que ensayan en el Congreso Nacional: en la Legislatura la competencia es por quién será el interlocutor del gobernador bonaerense.

El PRO sintió el impacto de su separación política con el radicalismo provincial, sabe que el año entrante deberá poner mucho en juego y por sí mismo será incapaz de retener lo cosechad, pero al mismo tiempo emana la certeza de que una hipotética alianza con los violetas tendrá gusto a poco el botín a repartirse.

Como anticipó PDS, la negociación será de carácter integral en lo que tiene que ver con CABA y provincia de Buenos Aires entre amarillos y libertarios, es posible que en Capital Federal vayan por separado para acaparar los puestos en juego en el Senado como una efecto pinza sobre el kirchnerismo y que en territorio bonaerense los acuerdos se estructuren por secciones electorales donde se mensure el peso de cada fuerza.

Si bien hay algunos referentes bonaerenses amarillos que especulan con la chance de volver a reeditar una remake de Juntos por el Cambio con el radicalismo, esa posibilidad se diluye día a día debido a que el partido centenario se encuentra fracturado de hecho luego de un intrincado proceso interno: además se suma el rechazo tajante del manismo y Evolución a arribar a cualquier tipo de conjunción con el macrismo.

De igual manera, en el PRO entienden puertas adentro que por el perfil ideológico de su composición política la única alianza potable que podrían llevar adelante es con LLA aunque sea magro lo que le concedan los violetas: “Lo que ganemos con Milei será mucho en relación a si vamos solos”, manifiesta lapidario un legislador amarillo a este portal.

Mucho en juego

El PRO pone demasiadas cosas en juego en la elección de medio término en el ámbito bonaerense.

Hay legisladores que por transitar su segundo mandato no tendrán la chance de presentarse a refrendar sus bancas, ese es el caso del diputado ritondista Matías Ranzini que a partir del 10 de diciembre ejercerá la presidencia del bloque en la Cámara Baja en reemplazo del santillista Agustín Forchieri.

Otro que se verá afectado por la misma normativa y que no tendrá posibilidad de reelección es el grindettista Adrián Urreli, que hoy es uno de los vicepresidentes con firma del Cuerpo.

En lo que respecta a quienes se les termina su mandato y tendrían que pulsear en una hipotética alianza con los violetas para renovarlo encontramos al quilmeño Martiniano Molina, a quién se lo sindica como cercano a los libertarios, y a los platenses Fabián Peretchodnik y Julieta Quintero Chasman que reportan en el esquema de Julio Garro.

También aparecen en este ítem el santillista Gustavo Coria, la vidalista Fernanda Antonjevich y la pergaminista María Paula Bustos, ligada al intendente local Javier Martínez.

En rigor, según cálculos preliminares son 8 bancas la que perdería el PRO sobre un total de 13 que hoy ostenta en la Cámara Baja provincial.

En el Senado en tanto, sobre un total de 9 legisladores que hoy forman parte de la actual composición solo la senadora merlense Aldana Ahumada, que se alinea en el esquema de Jorge Macri, no podrá volver a ser reelegida porque transita su segundo período de legisladora.

Mientras que estarán en condiciones de revalidar credenciales el macrista Christian Gribaudo, que detenta la Vicepresidencia Segunda de la Cámara Alta en reemplazo de la bullrista Daniela Reich, y el titular del bloque Alejandro Rabinovich, alfil del intendente marplatense Guillermo Montenegro.

A este lote también se agregaría la oriunda de Nueve de Julio, Yamila Alonso.

El panorama asoma desolador para los amarillos en el Senado: el bloque que hoy se constituye en la segunda minoría podría verse reducido a solamente cuatro bancas.

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