sábado 26 de abril de 2025 - Edición Nº2334

Gremiales | 1 nov 2024

ANALISIS

El paro de transporte fijó los cimientos de la nueva resistencia a la gestión libertaria

La protesta de la Mesa Nacional del Transporte mostró la capacidad del sector para paralizar el país. Con los gremios universitarios y los estatales nacionales terminan de formar la nueva plataforma combativa, que promete ser la “principal oposición” al plan de gobierno de Milei.


Por: Diego Lanese

“Total acatamiento”. Con esas palabras la mayoría de los gremios del transporte definieron la medida de fuerza de esta semana, que contó con el apoyo de diversos sectores y que por magnitud y tensión se volvió el tercer paro nacional de hecho contra el gobierno de Javier Milei.

En la sede de la calle Piedras al 700, los integrantes de la Mesa Nacional del Transporte se mostraban conformes con lo que fue una jornada que fue más allá del reclamo sectorial.

En el fondo, confiaban muchos de ellos en las conversaciones informales antes y después de la conferencia de prensa, lo que se había logrado era mostrar que no se necesitan “las viejas estructuras” para poder paralizar la actividad del país, y hacerle sentir a la gestión libertaria el descontento de millones de trabajadores.

Nos van a tener que escuchar”, reflexionó uno de ellos, visiblemente entusiasmado. Esta nueva alanza de sectores combativos se nutre del moyanismo de la CGT pero además de otros espacios por fuera de la central obrera, como los estatales nacionales o los movimientos sociales. Además, trabaja en conjunto con los gremios universitarios, otro colectivo activo que claramente se opone a la política que llevas delante el gobierno de Javier Milei.

Juntos forman una nueva resistencia que no apela al dialoguismo tradicional, y que mostró “músculo” en la calle, dos cuestiones que encienden las alarmas en Casa Rosada.

En la conferencia Pablo Moyano se mostró entusiasmado con “el apoyo del 100 por ciento de todos los gremios del transporte que convocamos a la medida de fuerza”.

“No circularon aviones, barcos, trenes, el subte, camiones, taxis”, resaltando que este es “el inicio de un plan de lucha que va a llevar adelante la Mesa de Nacional del Transporte, ya que estamos defendiendo todas las modalidades de transporte: los cielos a los que quieren llegar los aviones extranjeros y que va a destruir la actividad aérea, los trenes con las privatizaciones, los mares, los ríos.

Seguramente, si desregulan la tarifa del transporte de camiones internacional, nos van a invadir los camiones extranjeros por dos mangos, como ocurrió en los 90”. El camionero volvió a mostrarse como la cara visible de la protesta, no sólo por sus definiciones mediáticas.

El gobierno lo eligió para confrontar de forma personal, junto a Pablo Biró, a quienes apuntaron en los polémicos mensajes que se enviaron por canales oficiales. Esto no hizo más que fortalecer más a figura de ambos referentes del transporte, que marcan el ritmo de este espacio de resistencia.

“Esto va a seguir en el tiempo, estamos marcando el inicio de una resistencia más potente”, le dijo a Política del Sur un dirigente del espacio, que además agregó que la convocatoria “marcó el poder de movilización en la calle, más allá de los intentos de desinflar la protesta”.

La mayoría de los dirigentes prefirió no hablar de la CGT, ni de las entidades que no se sumaron, en especial la Uta, que parece tener los días contados en este espacio.

“El acompañamiento de los trabajadores marca que lo que pedimos no es descabellado”, dijeron varios referentes, que destacaron los respaldos internacionales, una mestra que el gobierno de Milei “está pifiando feo”.

Durante la protesta, la Federación Internacional de Trabajadores del Transporte (ITF), una de las organizaciones sindicales más grandes del mundo, expresó su respaldo al paro de transporte en Argentina y criticó duramente al gobierno por sus políticas laborales contra los sindicatos.

El secretario General de la ITF, Stephen Cotton, envió una carta al presidente instando a “cesar de inmediato cualquier medida que limite o vulnere los derechos sindicales y laborales de los trabajadores argentinos”.

Por su parte, la Confederación Sindical Internacional (CSI) expresó su “rotundo apoyo a los trabajadores y las trabajadoras en huelga en Argentina, que con sus sindicatos están defendiendo los derechos laborales y la democracia en el país”.

A través de su secretario general, el belga Luc Triangle, la mayor confederación de sindicatos del mundo afirmó que: “Nos solidarizamos con todo el movimiento sindical argentino en su defensa de unas condiciones de trabajo dignas y apoyamos la seguridad en los lugares de trabajo, el derecho a organizarse y a negociar colectivamente”.

Estos apoyos internacionales marcan un reconocimiento a la lucha que emprendieron estos gremios, que según pudo saber Política del Sur fueron más de 85 en todo el país. esto, sumado a los movimientos sociales enrolados en la UTEP y las organizaciones estudiantiles marca un interesante punto de apalancamiento para las futuras protestas.

Si bien el abanico de entidades es tan amplio que hace difícil pensar en una conducción, se espera que la Mesa nacional del Transporte tenga preponderancia. Lo cual deberá incomodar a la CGT, que pese a las diferencias no fue blanco de ataque por parte de este nuevo núcleo “anti libertario”.

“La CGT somos todos. Está la mitad de la CGT que quiere dialogar y la mitad de la CGT que quiere confrontar, como lo hemos hecho. En definitiva, los que nos terminaron cagando fueron los diputados y diputadas del peronismo que votaron que los trabajadores paguen ganancias, que le cagaron 12 mil pesos a los jubilados, que cagaron el aumento del presupuesto universitario. La clase política fue la que traicionó a los trabajadores”, dijo Pablo Moyano, marcando que su dirección seguirá pese a lo que hagan sus colegas del triunvirato.

Por último, la postura del Gobierno sobre la medida de fuerza fue la esperada: consideró que fue “un paro político”, tratando de buscar rivalizar con los referentes menos cercanos a los sectores medios. Franco Mogetta fue el funcionario nacional que cargó con más estridencia contra el paro. El secretario de Transporte de la Nación calificó a los dirigentes sindicales de “jinetes del atraso” y de “pilotos de un tren fantasma, que con todos sus temas económicos resueltos, lo único que hacen es tratar de cuidar esos privilegios”.

“La huelga normalmente busca dañar a quien debe dar respuesta ante el reclamo pero acá no hay ni siquiera reclamo, es un paro político. Esto es un boicot al Estado de 150 millones de dólares”, agregó. Fuentes de la secretaría admitieron que la efectividad del paro en el transporte de trenes, aviones y camiones.

En Casa Rosada no hubo más voces estridentes cargando contra el paro, sino más bien se optó por ignorar su impacto. “Este es el resultado del accionar de parte del sindicalismo argentino. Rancio, aciago y ominoso. Fin”, evaluó el vocero presidencial, Manuel Adorni, desde su cuenta de la red social X. “La gente no trabaja solo si la obligan a no hacerlo y solo lo logran impidiéndole llegar a sus puestos de trabajo”, escribió también Adorni.

OPINÁ, DEJÁ TU COMENTARIO:
Más Noticias

NEWSLETTER

Suscríbase a nuestro boletín de noticias