

La historia secreta de abusos sufridos por adolescentes del grupo scouts católico de Longchamps ocurridos entre 1986 y 1999, permanecieron ocultas durante años, hasta que en 2021, las primeras víctimas se animaron a hacer las denuncias y ahora, con la difusión del caso, esperan sumar más damnificados, y no descartan descubrir la complicidad de la Iglesia.
En diálogo con el programa Política del Sur, la abogada de los denunciantes, Anabel González, contó que los jóvenes abusados tenían entre 14 y 16 años, aunque "algunos tenían 13". Todos ellos padecían las mismas prácticas del acusado Omar Espósito.
"Los obligaba a masturbarse en grupo e interactuar entre ellos. Era espectador y suministraba preservativos", indicó la letrada. "Primero tenía una entrevista y después les preguntaba si ellos se masturbaban y si ellos tenían perseverancia", agregó.
A los jóvenes, que ahora son personas adultas, les costó muchos años asumir que fueron víctimas de abuso sexual. "Las víctimas explican que para ellos, un compañero más grande era referentes y si lo hacían ellos, estaba bien. Ellos no se animaban a cuestionar, creían que eso era normal, y lo mezclaban con la vergüenza", explicó González.
"Creemos que hubo complicidad de curas", respondió la entrevistada, al ser consultada sobre la posibilidad de complicidad dentro de la parroquia Nuestra Señora de Luján, el epicentro de los hechos. En ese sentido, anticipó que demandaran por "daños y perjuicios a la iglesia".
El acusado fue apartado de su cargo, "a partir de la judicialización", aclaró la abogada. "La iglesia lo apartó, pero hasta 2020, participaba de campamentos de chicos de otras parroquias", indicó.