sábado 12 de octubre de 2024 - Edición Nº2138

Provincia | 26 sep 2024

Tablero justicialista

La obsesión por la birome licuó la pelea por la conducción partidaria

El peronismo bonaerense no tendrá internas este año pese al anuncio estridente de Máximo Kirchner en mayo pasado de que habría contienda en noviembre. No se realizó la convocatoria formal y pese a los amagos de pugilato tampoco emergieron opciones para confrontar al líder camporista.


Por: Federico Cedarri

El peronismo bonaerense se encuentra sumido en un verdadero desconcierto en lo que respecta al amago de convocatoria a elecciones internas de la conducción partidaria.

Máximo Kirchner alardeo durante el mes de mayo pasado con un llamado a comicios intestinos para elegir autoridades, adelantando la contienda unos meses y hasta estipuló una fecha de realización con sensibilidad en la simbología peronista: el 17 de noviembre, Día del Militante.

Sin embargo, pasaron los meses y pese a que la temperatura interna fue increscendo entre las distintas tribus en las que se divide la geografía peronista, aquel anunció le sirvió a La Cámpora y a su líder para descomprimir una situación apremiante ante presiones del sector de los intendentes kicillofistas que por ese entonces se agrupaban en la Mesa de Ensenada y que cuestionaban el rol de Máximo en la conducción partidaria

Kirchner ganó tiempo, recompuso fuerzas y llegamos a este septiembre en el que debería haberse ya convocado formalmente a comicios internos y eso no ha sucedido, ya que según reza el reglamento interno, si la fecha estipulada era el 17 de noviembre debería haberse efectuado el llamado a comicios 60 días antes o sea  el pasado 17 de septiembre: “Lo de mayo fue una jugada de Máximo para bajar tensiones” destaca a PDS una fuente parlamentaria ligada al kicillofsmo.

Cerca del camporismo ensayaron una explicación ante este medio de la estrategia de Kirchner: “Sirvió para que los principales referentes del kicillofismo mostrasen su juego, sacaron la cabeza los Ferraresi de la vida”, chicanean.

Más allá de estas conjeturas intestinas, lo concreto es que el peronismo finalmente no tendrá elecciones internas este año Máximo Kirchner  continuará por lo menos hasta marzo en la conducción partidaria.

En el kicillofismo la actitud que prima es de cautela, el gobernador nunca alentó la contienda interna y prefirió poner el acento en la gestión aunque dejó hacer a sus principales espadas que avanzan sin pausa  en el armado de una estructura política sólida que lo apuntale hace el  2027.

“No están dadas las condiciones para un interna donde nos despedacemos y después no haya espacio para recomponer”, destaca a PDS un legislador del interior bonaerense cuyo intendente reporta sin amagues a la estructura del gobernador.

Como anticipó desde hace un tiempo este portal, el camporismo nunca tuvo intenciones de correrse de la escena y regalarle el espacio peronista al gobernador pese a aquella declaración de Kirchner especulando con un adelantamiento de los comicios internos.

El multitudinario acto de Máximo en Atenas y el haber trasuntado en su discurso la posibilidad de que el mandatario bonaerense no respeta el liderazgo de Cristina mostró a una orga envalentonada dispuesta a romper los límites de la prudencia.

La ciudad de las diagonales fue empapelada con la consigna “Kirchner en Atenas” haciendo gala de que el trasvasamiento generacional del legado de los ex presidentes se encarna en la figura de Máximo.

En rigor, mientras Kicillof habla de componer una nueva melodía ampliando la base de sustentación del peronismo, la orga saca a la cancha la tercera saga del kirchnerismo.

Se han conoció mediciones en el conurbano bonaerense que muestran a Cristina con mejores números de imagen e intención de voto que el gobernador bonaerense.

Ese hecho puntual alimenta la chance de que la ex mandataria vuelva a postularse en la provincia de Buenos Aires encabezando la boleta de diputados nacionales lo que equivaldría a dotar otra vez a La Cámpora de la lapicera en el confección de listas seccionales.

En la gobernación bonaerense sin bien admiten esa posibilidad y se muestran disciplinados solamente a la ex presidenta, no renuncian a tener una injerencia clave en las listas: “Axel y Cristina puede compartir la lapicera”, sueltan.

La pela desatada es por la birome

Que finalmente Máximo Kirchner quede al frente del peronismo provincial ante la falta de convocatoria oficial a elecciones internas y la orfandad de candidaturas concretas que lo desafíen, viene a poner sobre el tapete la verdadera premisa que guía la interna partidaria: el manejo de la birome en el tiempo electoral.

El kicillofismo no retrocede un ápice en su afán de hacer pesar de una vez por toda la influencia en las listas en el 2025: de hecho algunos referentes como el intendente de Avellaneda Jorge Ferraresi habrían amenazado con que si no se les da ese espacio emularían una renovación vintage yendo a los comicios por afuera de la estructura oficial a 40 años de la jugada cafierista contra el herminismo.

Más allá que desde la gobernación bonaerense le bajaron presurosos el tono a esa aparente jugada,  la pelea por la lapicera ya es indisimulable y amenaza con perturbar la cada vez más precaria tregua interna.

Los sectores que ruegan por una unidad que contenga a todos los sectores, donde se anotan los alcaldes de la Primera Sección electoral como el merlense Gustavo Menéndez y la evitista Mariel Fernández, especulan que puede acordarse una confección compartida de tres tercios donde el gobernador, el cristinismo y los intendentes tenga injerencia.

A todo este sinfín de especulaciones hay que agregar el rol que desplegará massismo, que ya advirtió a sus socios políticos que buscará de mínima renovar las bancas que pone en juego en el Congreso Nacional y Legislatura bonaerense.

“En el peronismo bonaerense hay demasiados caciques y poco indios”, resume la situación interna un legislador peronista cercano al gobernador.

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