El fútbol argentino está enfermo. Hace años que los hinchas visitantes no pueden acceder a los estadios, ya sea en la máxima categoría y en el ascenso también. De todas maneras, algunos hechos vuelven a poner en tela de juicio el “código mafioso” que involucra las barras bravas en nuestro país.

Claypole y Berazategui debían enfrentarse por una nueva fecha del Torneo Clausura de la Primera C. Ambos equipos con una rivalidad presente, aunque sin considerarse un clásico directo, siempre con un enfrentamiento histórico que los hinchas hacen sentir.

Transcurrían 36 minutos del primer tiempo del partido que se estaba jugando en el Rodolfo Capocasa, cuando una bengala de color naranja fuera el detonante para que la barbarie de inicio. Para los hinchas de Claypole presentes fue una provocación, ya que al no haber hinchas visitantes, esa bengala desde las afueras del estadio fue sinónimo de “aquí estamos presentes vengan a buscarnos”.

“Es como un clásico pero yo no recuerdo una acción así ni en chancha de ellos ni en la nuestra. Veníamos bien en los partidos que disputamos durante los últimos 3 años. Todo comenzó con la bomba de humo y piedrazos desde atrás de nuestra tribuna y no justifico lo que hizo la hinchada de Claypole, estuvo muy mal. Como presidente me solidarizo con la Comisión Directiva de Berazategui y también con el presidente que fue herido con una contusión pequeña en su oído y nosotros lo asistimos rápidamente. No justificamos ningún tipo de violencia y si tenemos que sancionar gente lo vamos a hacer.  Lamentablemente tuvimos que pasar por este horrible momento que incluso pudo haber sido peor”, aseguró Javier Gómez, el presidente de Claypole, al término del episodio violento.

📌 Comunicado oficial. pic.twitter.com/lF8wBeV8Tz

— Club Atlético Claypole (@OficialClaypole) September 24, 2024

Entre los allegados de la visita estaba presente Roberto “Mata” Rodríguez, presidente de Berazategui, quien es un histórico dirigente deportivo y sindical. Sufrió un ACV durante la pandemia y tiene que movilizarse en silla de ruedas. El partido comenzó con un ambiente muy caldeado con canticos por parte de la hinchada de Claypole, con amenazas varias.

Sin embargo, la acción de la barra de Berazategui que se encontraba en las afueras del estadio, no era contra la gente de Claypole sino contra los funcionarios del APREVIDE que dos semanas atrás había clausurado el estadio tras un violento enfrentamiento con la policía luego de una derrota contra Puerto Nuevo. Sin dudas, la intención era ir con el mensaje “nos podrán sacar de nuestra cancha pero nunca a nuestra barra”.

Ese acto terminó por enlutar la tarde de fútbol en el sur del Gran Buenos Aires. Fueron 20 integrantes de la barra de Berazategui los que consiguieron cinco bengalas y lograron acercarse casi hasta la puerta del estadio. Parecía que todo quedaría en un simple hecho provocativo, pero luego de que se encendiera la bengala y que la barra de Claypole rompa el portón donde estaban los allegados del Naranja, alcanzaron a divisar a un barra brava dentro de los allegados y ese fue el punto de quiebre. Ante la imposibilidad de ir a buscar a los hinchas que se encontraban fuera del estadio, decidieron romper el cerco y atacar a los directivos. Hubo una agresión hacia Roberto “Mata” Rodríguez y la barbarie duró varios minutos hasta que la policía pudo controlar todo. De todos modos, el partido estaba suspendido y el show futbolero se había acabado. Otra vez ganaba la violencia. Otra batalla perdida.

La tarea de la UFI 8 de Lomas de Zamora que es la que interviene en el episodio será crucial para dar con los responsables de otra tarde frustrada de fútbol. Ambas barras tienen un historial de violencia gigantesco. Otra vez perdió el fútbol y ganaron los inadaptados de siempre.