Provincia | 10 sep 2024
Oficialismo provincial
El massismo: el eslabón en la guerra entre el kicillofismo y La Cámpora
Los seguidores de Sergio Massa se distancian de la pelea interna y muestran su desacuerdo con la construcción política del gobernador por considerarla apresurada. En la Legislatura esperan con cautela que se cumpla el acuerdo de trasvasamiento hacia Alexis Guerrera de la conducción de la Cámara Baja.
Por: Federico Cedarri
En la interna desatada en la órbita de Unión por la Patria entre las vertientes kicillofistas y La Cámpora no debe descuidarse un ápice los movimientos del eslabón que representa el massismo.
Los renovadores siempre se consideraron un factor ajeno al kirchnerismo desde 2013 cuando Sergio Massa decidió escindirse del entonces oficialismo y embarcarse en la cruzada de la ancha avenida del medio.
En ese menester aclaran a cada paso que ellos, si bien tienen raigambre justicialista, no son parte del kirchnerismo y tienen autonomía e independencia de criterio.
Massa antes de irse del Ministerio de Economía nacional cuando su poder aún era cuantioso pese a haber perdió el ballotage, arreglo con su entonces aliado Máximo Kirchner y el grupo de alcaldes amigos del líder camporista la rotación de la máxima autoridad de la Cámara de Diputados bonaerense.
En rigor, se dispuso que Alejandro Dichiara ejerciera el cargo durante el primer año ordinario para luego cederlo al massista Alexis Guerrera que durante el 2024 se sentaría en la Vicepresidencia Primera.
Lo cierto es que a casi 10 meses de aquel acuerdo hoy las certezas en el Frente Renovador no abundan respecto a que se dé cumplimiento efectivo a aquel pacto.
Como informó PDS, habría poca predisposición del lado del camporismo y sus aliados de que Dichiara deje el torno de la Cámara Baja para cedérselo a un massismo que consideran que ha perdido representatividad dentro de la esfera de Unión por la Patria: “No es lo mismo el Massa de hace un año que éste, hoy tiene poder licuado y diferencias con Kicillof”, destaca ante este portal un legislador provincial del interior equidistante de la pelea entre el gobernador y Máximo Kirchner.
Lo cierto es que algunos emisarios camporistas aclaran ante PDS que en las Cámaras legislativas los acuerdos de autoridades se hacen con extensión de dos años y se renuevan cuando hay recambio parlamentario.
Así las cosas, todo parece indicar que el fin de año puede traer aparejado ruidos en la estructura oficialista que podrían repercutir en el 2025 cuando deban discernirse las boletas de diputados nacionales y de las ocho secciones electorales: el massismo pretende de mínima conservar las bancas que debe renovar.
Dentro de la nomenclatura del Frente Renovador mantienen la cautela y ante la consulta de este portal sobre el traspaso pautado en Diputados solo se limitan sugerir que los acuerdos son para cumplirse, aunque no dejan de manifestar una cuota de escepticismo: “Veremos qué pasa pero creemos en la buena voluntad de quienes sellan un pacto”, se consuelan.
El massismo viene ejerciendo una política zigzagueante ante el gobierno de Axel Kicillof, sobre el principio de año mostró los dientes propiciando un impacto político con el faltazo premeditado de sus diputados a una sesión extraordinaria en disconformidad con el trato dispensado por el gobernador hacia los pedidos de alcaldes renovadores.
Posteriormente, se sumó la ausencia mayoritaria de dirigentes renovadores al plenario kicillofista de Florencio Varela, solo desacatado por el titular de Transporte Jorge D`onofrio que parece haber caído en desgracia con el tigrense.
Massa bajó el mensaje a su tropa bonaerense de mantenerse al margen de los enfrentamientos entre el camporismo, con cuyo líder mantiene relación fluida, y el kicillofismo.
Los renovadores no están de acuerdo con la construcción de una hipotética candidatura presidencial que alumbra el gobernador, la juzgan de apresurada: “Es imposible llegar con chances si te largas cuatro años antes”, cuestiona una fuente parlamentaria massista ante PDS.
Con el ojo puesto en diciembre
El massismo tiene los cañones apuntados al 10 de diciembre, espera que puedan avanzarse en el pase de manos del máximo escaño de la Cámara Baja y que finalmente Alexis Guerrera ejerza el cargo hasta diciembre del 2025 como había sido presupuestado con antelación, allá por diciembre de 2023.
Lo cierto es que hay un sinfín de rumores, aunque desde las huestes massistas eligen la prudencia: “No vemos predisposición para romper el bloque si no se cumple el acuerdo y menos en el año de recambio legislativo”, dispara a este portal un referente parlamentario ligado al tigrense.
Aunque hay otras ecuaciones que empiezan a deslizarse por lo bajo en el escenario legislativo.
El Frente Renovador podría eventualmente unir sus legisladores a la nueva conjunción de dialoguistas ex libertarios que ostentan doce bancas entre las dos Cámaras del congreso bonaerense.
En Diputados algunos imaginan que quedarían posicionados con comodidad como la segunda minoría, ya que si a los 10 diputados massistas se le agregasen los 9 del bloque de Gustavo Cuervo llegarían a la cifra nada despreciable de 19 legisladores.
En el Senado la cuestión asoma más compleja, ya que los renovadores solo tienen a Sofía Vannelli y los libertarios disidentes con Carlos Kikuchi a la cabeza anotarían tres bancas más: “No creo que se avance en una fusión así, sería generar un ruido político innecesario en el año electoral”, reflexiona un massista puro ante este medio.
Es irrefutable la especie de que los legisladores dialoguistas en su mayoría reportaron en algún momento a la estructura del Frente Renovador, de hecho el senador provincial bahíense Sergio Vargas fue funcionario de la Aduana con Guillermo Michel hasta bien entrado el 2023.
En fin, conjeturas y trascendidos con poco asidero que bien podrían comenzar a cobrar entidad si en diciembre finalmente el Frente Renovador no se alza con la presidencia de la Cámara Baja provincial.