Por: Federico Cedarri

La ola secesionista que se abate sobre los sectores opositores bonaerenses también alcanzó al partido centenario lo que le agrega un condimento especial al proceso interno en el que se debe dirimir a las nuevas autoridades del Comité Provincia.

Lo cierto es que la puja intestina metió la cola y el manismo legislativo sacó provecho de la divisoria de agua: incorporó dos bancas evolucionistas a su bloque híbrido sumando nueve escaños y superando por uno al abadismo.

Concretamente, tanto el principal operador político de Martín Lousteau, Pablo Domenichini, como la diputada María Belén Malaisi sumaron sus voluntades al bloque que comanda el turco Claudio Frangul y que junta en su seno no solo legisladores radicales sino también a Lorena Dziakwsky del GEN de Margarita Stolbizer.

En rigor, la interna centenaria finalmente no tendrá unidad y la diseminación partidaria abarca el escenario político.

Una de las principales condiciones que habían puesto sobre la mesa el cúmulo mayoritario de alcaldes centenarios era que para que hubiese lista unificada al Comité Provincia debían fusionarse  irremediablemente las bancadas en la Cámara Baja.

No solo que el manismo rechazó el convite sino que levantó la apuesta y le escamoteó dos butacas al bloque radical oficial.

El acuerdo de los nuevos socios fue refrendado en un encuentro el que participaron  Pablo Domenichini y María Belén Malasi por Evolución y el alfil de Manes, el diputado nacional platense Pablo Juliano, además  del titular del bloque centario disidente, el también platense Claudio Frangul.

Los abadistas venían de sufrir una sentida perdida en su espacio debido al fallecimiento del diputado bahíense, Lorenzo Natali, que fue reemplazado por el amarillo Guillermo Coria que reportará en el macrismo y engrosará el espacio que conduce el santillista Agustín Forchieri.

Del acuerdo sellado para disputar la conducción partidaria entre el manismo y los evolucionistas que reportan a Martín Lousteau se desprende que la lucha en octubre será por la impronta que cada sector buscará introducir en la política de alianzas electorales

Como anticipó PDS, tanto Lousteau como Facundo Manes han sido estrictos en la decisión de no avanzar en un acuerdo de tripe alianza con el macrismo y eventualmente el mileísmo como empuja el líder amarillo.

El abadismo aún es prudente y no adelanta el juego sobre los pasos a seguir en 2025, espera ganar la interna partidaria para avanzar en la consolidación de la identidad partidaria autónoma como paso previo hacia una posible conformación de enclaves electorales, aunque no descartan una conjunción con el PRO macrista si es que éste no acuerda con Javier MiIei.

“Nosotros bregamos por una UCR potente que pueda ser opción de poder, no estamos de acuerdo con la confrontación por la confrontación misma”, suelta con enojo ante este portal un legislador que responde al bloque de Diego Garciarena.

Lo cierto es que en el seno del grueso de los alcaldes y del actual titular del Comité Provincia comienza a preocupar el escenario de una contienda interna despiadada que pueda dejar heridos rumbo al año electoral y comprometa la unidad tan mentada.

Evolución y Manes contra el abadismo y los intendentes

El paso de la desmembración legislativa vino a confirmar que finalmente Pablo Domenichini será quién enfrente aliado con el manismo a la fórmula oficialista consensuada entre el abadismo y los alcaldes.

Miguel Fernández es el ungido para suceder a Abad en el acuerdo prohijado con los intendentes y cuenta con un respaldo sólido de 20 jefes comunales sobre 27 que ostentan los centenarios en la provincia.

La nueva sociedad entre Evolución y el manismo porotea como propio al serrano Miguel Lunghi y a los alcaldes rebeldes que tienen como cabezas visibles  a Franco Flexas y Lucía Gómez.

Facundo Manes finalmente resolvió no presentar una opción propia y cedió a Evolución el encabezamiento de la boleta, en algún momento caviló la chance de sacar a la cancha a su hermano Gastón, pero finalmente desistió por la falta de entusiasmo que despertaba entre los evolucionistas.

Lo cierto es que con el enfrentamiento interno a la vuelta de la esquina la confluencia de dos identidades radicales en la Cámara de Diputados no auspicia la sensación de que será sencilla la unidad luego de la confrontación por el máximo órgano partidario provincial: “Manes siempre apuesta al lógica de la ruptura”, se queja una fuente abadista disgustada con la actitudes del médico diputado.

El manismo está exultante, logró arrancarle a Martin Lousteau el compromiso de sumarse a un polo opositor al abadismo para hacer pie en Buenos Aires y avanzar resueltamente en la elaboración de un frente para enfrentar a Milei y al kirchnerismo: “Vamos por un acuerdo plural y transversal de que el radicalismo sea el principal eje, no estamos en el chiquitaje de quedarnos apoltronados en los cargos partidarios” descarga a PDS un operador manista que fue clave en la composición del nuevo entretejido partidario.