Temperley intentaba sacarse de encima la presión de tres derrotas consecutivas que lo comenzaron a marginar de los puestos de reducido, para intentar contrarrestarlo, Wálter Perazzo dispuso algunos cambios en el 11, el más importante fue el regreso de Scolari a la titularidad en reemplazo de Segovia.

Durante los primeros 45 minutos, Temperley se mostró como el protagonista del encuentro desde el juego. La combinación de Da Campo y Richarte en el doble cinco otorgó buenas prestaciones para la recuperación y la salida rápida del juego.

Sin embargo, el equipo continuaba siendo inconsistente en la finalización de las jugadas, ya que siempre se terminaba cayendo en un centro al área que no conllevaba ningún riesgo. Se destaca el leve cambio actitudinal de los jugadores durante la primera parte aunque esta no haya podido desembocar en claridad de cara al arco.

Importante destacar que sobre el final del primer tiempo hubo un gigantesco penal sobre Saliadarre que tanto el arbitro principal como el linea omitieron de manera inescrupulosa. Una jugada proveniente de un centro al área que el arquero Bohemio salió a cortar pero antes de entrar en juego con el balón, terminó atropellando violentamente con la rodilla a la altura del mentón del delantero de Temperley.

De cara al segundo tiempo la situación no cambió mucho, dado que Temperley continúo dominando a un endeble Atlanta que se dedicaba a aguantar y querer salir a la contra pero esta vez el Bohemio tendría la ventaja de encontrar sobre el minuto 27, una desatención de Scolari que se entrometió en una pelota que venía cómoda a las manos de Rago y la rechazó de mala manera hacia un costado, otorgando la posibilidad de un nuevo centro que esta vez encontró la cabeza solitaria de Dramisino que con un potente cabezazo abrió el marcador.

Tras el gol Temperley salió a buscar el partido ante el reclamo de todo el Beranger, nuevamente apelando a su fórmula de abrir por los costados y colocar un centro al área la cual por primera vez en toda la tarde tuvo efectividad cuando uno de esos centros al área encontró a Marcos Arturia que con un remate potente logró romper la defensa Bohemia para rápidamente conseguir el empate en el partido. 

Desde allí todo se puso de cara para el Gasolero que comenzó a llevarse puesto a Atlanta que ademas se acabó quedando con 10 hombres debido a la expulsión de Maximiliano González al minuto 37 del complemento. 

En un contexto completamente favorable el equipo de Walter Perazzo no logró encontrar los caminos al gol y acabó perdiendo la oportunidad de cortar la mala racha de resultados.

Más allá de la leve mejora actitudinal, el equipo todavía sigue demostrando falencias ofensivas y defensivas, hoy aún más videntes con el grosero error de Scolari que uno ya no explica porqué sigue teniendo minutos en el primer equipo. Se necesita un giro y este debe ser rápido porque el margen de acción es muy corto. El hincha augura por mas participación de los juveniles, el Gasolero tiene a dos buenos jugadores como Pablo Casarico en la saga central y Lautaro Torres en la parte delantera que podrían ser las respuestas a los problemas que hoy por hoy presenta el equipo.