Por: Federico Cedarri

La situación interna dentro del PRO dista de ser la ideal luego de que el bullrismo pateara el tablero y finalmente terminase arrimando sus credenciales para sumarse a las fuerzas del cielo.

Si bien dentro del espacio amarillo, ahora predominantemente macrista, sostienen en voz baja que es cuestión de tiempo la negociación para una alianza electoral con el presidente Javier Milei, procuran en primea instancia aprestarse a resolver alagunas alquimias que le están planteando sus sostenes territoriales: los intendentes bonaerenses.

Los alcaldes no se tranquilizaron luego del cambio de autoridades dentro de la cúpula provincial y en rigor, sienten que la salida de Daniela Reich y la llegada de Cristian Ritondo se traduce solamente en un cambio de figuritas que le sirve preferentemente al ex presidente Macri para bajarle el precio al bullrismo.

Los amarillos sienten que deben llevar adelante un proceso de reconstrucción de la fuerza y que debe concretarse de manera inmediata una discusión interna que desemboque en el diagrama de una hoja de ruta rumbo al año electoral.

Hay algunos sectores dentro del PRO que son más cercanos al gobierno nacional como el ritondismo y el santillismo, pero con la particularidad de que no manejan de hecho intendentes lo que les permite la licencia de mantener un perfil más independiente de la jefatura macrista.

Lo cierto es que los alcaldes amarillos ensayan acuerdos transitorios con sus ex socios radicales para afrontar las pulseadas por dinero fresco con el gobierno de Axel Kicillof: “Los intendentes sienten que están solos en esta lucha y hacen la suya”, destaca a PDS un legislador que reporta a un alcalde.

Hay algunos jefes comunales como el sannicoleño Santiago Passaglia que despliegan juego propio, tiran líneas con funcionarios del gobierno nacional y alianzas programáticas con alcaldes ligados a la órbita violeta como el sanmiguelense Jaime Méndez.

En tanto, el marplatense Guillermo Montenegro también tiene autonomía, maneja el segundo distrito más poblado de la provincia y un alfil suyo, Alejandro Rabinovich, es el jefe de los senadores bonaerenses amarillos.

El jefe comunal de Pergamino Javier Martínez, el juninense Pablo Petrecca y la alcaldesa de Vicente López Soledad Martínez se cuadran ante su sostén político, Jorge Macri, y mantienen posturas menos flexible respecto a una alianza política inmediata con los libertarios: “Hay que mantener la identidad y no regalarnos como el bullrismo”, suelta a este portal una fuente parlamentaria que integra ese núcleo.

Continúa siendo un interrogante lo que finalmente hará Ramón Lanús, el intendente de San Isidro que desplazó al clan Posse, durante la campaña despuntaba vínculos sólidos con Patricia Bullrich aunque ahora paró la pelota y prefiere mantiene un perfil equidistante de los enfrentamiento entre los líderes amarillos: “Ramón es considerado un propio pero todavía no dará el salto”, se arroga ante PDS un bullrista de paladar negro.

Alianzas específicas y acto refundacional

Según pudo recabar este portal, la idea del macrismo en la provincia pasa por darle libertad de acción a los intendentes para que compongan los armados locales y distritales, mientras que en lo que tiene que ver con la confección de la oferta de diputados nacionales explorar una política de alianzas con el mileísmo.

Como ya anticipó este portal, la movida de negociación será integral y acordarán una política común que considere a CABA y a la provincia de Buenos Aires.

En el territorio donde gobierna Jorge Macri el PRO no está dispuesto a ceder los primeros lugares, mientras que en el tablero bonaerense aceptaría que el juego se reparta más aunque desde las huestes macristas descuentan que deberán resignar el primer lugar de la boleta a diputados nacionales para un representante presidencial.

Lo que sí está plenamente descartado es la posibilidad de una reedición de Juntos por el Cambio: “El radicalismo esta vez estará afuera”, se sinceran.

Lo concreto es que el PRO buscará sumar peso político en distrito bonaerense buscando principalmente subirse el precio antes de la negociación que deberá afrontar con el gobierno nacional.

En ese menester es que planean la concreción de un acto multitudinario para medir fuerzas con el que protagonizarán en septiembre el mileísmo y bullrismo celebrando la fusión de espacios y que contará con la presencia del presidente y su ministra de seguridad.

El contra acto macrista sería llevado adelante en Vicente López, tierra santa del jorgemacrismo, y será una ocasión propicia para que los alcaldes amarillos aceiten el aparato y muestren su poder territorial.