Temperley viajó hasta Zárate con la obligación de sumar 3 puntos tras una seguidilla de malos resultados y rendimientos aún peores que hizo olvídar rápido la victoria por penales en la Copa Argentina con Mitre.

Sin embargo, la actuación del equipo de Walter Perazzo continúo por su ruta de apatía y volvió a entregar una imagen paupérrima.

El primer tiempo fue una pastilla para dormir de alta calidad. Defensores Unidos le cedió protagonismo a un Temperley que no se le cayó ni una sola idea de como poder complicar al fondo local.

Un Temperley flojo e intrascendente de pelota en el centro del campo que concluía constantemente en un bochazo al área con un pase corto a  Julián Mavilla para que invente alguna jugada de la galera. Evidentemente ninguno de esos planes funcionó, ya que el equipo no transmitió nada y se tuvo que ir al vestuario con la cabeza gacha y un empate sin goles.

En el complemento, Temperley salió un poco más motivado que durante la primera parte, continuaba sin mucha idea en cuanto al juego pero logró ser efectivo y a tan solo 10 minutos de comenzado el segundo tiempo, Gabriel Frías con un remate potente pudo convertir la apertura del marcador. Uno imaginaria que en un partido tan trabado y feo, el equipo sería inteligente y aprovecharía el gol tempranero para poner paño frío al encuentro y ser cauto con la pelota para de a poco ir matando el partido.

Aunque la realidad no pudo estar más alejada, dado que prácticamente tras sacar del medio mediante una pelota detenida, Cavagnero de cabeza convertiria el gol del empate.

Ese gol fue más que prueba suficiente para que CADU se diera cuenta lo endeble que es el equipo de Perazzo por lo que rápidamente cambió su postura en el partido, dejó de ser defensivo para proponer un poco en lo ofensivo, algo que rápidamente se tradujo en el resultado.

Sobre el minuto 24 del complemento un ataque veloz del local lo encontró mal parado al fondo de Temperley y en una definición solitaria, Giménez adelantó al local en el partido y ni siquiera hubo lugar a reacciones ya que 3 minutos después nuevamente aprovechando una paupérrima actuación defensiva de Temperley para que Peralta defina sólo al gol que liquidó la historia.

El equipo de Perazzo nunca tuvo reacción tras el gol, nunca se mostró ni siquiera cerca de poder cambiar la historia del partido tanto desde lo futbolistico como desde lo actitudinal y como si fuera poco, todo lo ocurrido, sobre el final del encuentro Illaregui vio el cartón rojo para redondear un partido más para el olvido.

Derrota dolorosa. Aunque no sorprendente porque hace varios partidos que el equipo viene jugando de manera desastrosa con la diferencia de que anteriormente había actuaciones individuales que salvaban al conjunto gasolero y eso hoy ya no ocurre.

La situación ya empieza a ser límite porque con cada punto perdido el equipo decae en confianza y se va alejando más de la zona de reducido. Temperley necesita cambiar y lo necesita ahora, antes de que sea tarde.