

En tiempos por demás complicado para la producción las PYMES, MICROPYME Y COMERCIANTES, en su intento para sobrevivir y de algún modo llegar a transitar los últimos meses del año, juegan una última carta denominada "concurso preventivo" es un procedimiento judicial que permite a personas físicas o jurídicas renegociar sus deudas con sus acreedores para evitar la quiebra.
Se establece en la Ley 24.522, que ya sería la última jugada antes del cierre y que también regula el procedimiento de quiebra. Este segmento se vio con un importante crecimiento dentro del ámbito judicial, donde comenzarán a formar parte de los pasillos de los distintos juzgados, quienes ya nos tiene en conocimiento de sus tiempos.
Si realizamos un relevamiento en este sentido, podemos notar que azotadas por deudas, ante la falta de pago del estado, y con parálisis total en la obra pública, ya evalúan entrar en este esquema de concurso preventivo. Por su parte, Industriales y comerciantes ven el mismo destino para la mayoría de la producción nacional, agravada por la caída del consumo.
Una realidad contundente que llevo a la casi nula visibilidad de cascos amarillos en las calles, porque se estima que las desvinculaciones y las suspensiones en el sector ya superaron los 100.000 trabajadores, y se espera que la sangría continúe. Ese mismo camino desmoronado es el que ven en su futuro inmediato otros rubros productivos de la economía, con pymes que proyectan masivos cierres de empresas a la vuelta de la esquina.
En el caso de “La construcción es solo el ejemplo más notable de lo que viene sucediendo en la economía productiva del país”. En este sentido, fuentes empresarias vinculadas a la Cámara Argentina de la Construcción le confirmó, en su momento, que varias firmas están a un paso de entrar en un proceso preventivo de crisis, con empresas paralizadas y deudas millonarias con el Estado.
Estas declaraciones lograron molestar a la actual administración y comenzó el operativo goteo cancelado a cuenta gotas deudas atrasadas, lo que no queda claro sobre qué normas se rigen "SI POR ORDEN, SIMPATÍA O DOMINIO"
Tengamos siempre presente que en su momento, las empresas hicieron la inversión de capital para hacer una obra, pagaron impuestos y salarios, pero la plata nunca llegó y a la fecha llevan alrededor de 270 días de atraso en el cobro.
Distintos sectores se encontrarán en camino a un destino en comun, pues la paralización de la obra pública fue acompañada por un congelamiento de la obra privada. Sucede que el mismo efecto que ejerció el ajuste fiscal sobre el gasto público en infraestructura, lo equiparó la licuadora de ingresos sobre los sectores medios que generó el plan económico. Las construcciones, reformas y ampliaciones en casas particulares o en desarrolladores urbanos se frenaron con la caída del poder adquisitivo de los trabajadores y empresarios pymes. Eso provocó que las constructoras pymes también se quedaran sin ingresos.
El comportamiento de la Construcción generalmente marca tendencia en los indicadores económicos. Por esta razón, cuando el sector se paraliza, anticipa una fuerte recesión. Como cuando se recupera, es la primera en traccionar el empleo y, a la vez, el consumo. En cuanto a las pérdidas de puestos de trabajo en el rubro de los albañiles, son consideradas por empresarios industriales y comerciantes como la “primera explicación de la caída de las ventas”.
A la fecha hay 100.000 empleos menos en la construcción, 120.000 en el Estado y las pymes industriales se desprendió de 200.000 trabajadores.
Si miramos otros sectores podemos notar, cada vez menos entusiasmo para los próximos meses en un escenario de menos ingresos y fuerte aumento de costos, como en el caso de la energía. Cada vez más empresarios comienzan a alzar la voz sobre el impacto de la crisis en sus sectores.
La Federación Industrial de Santa Fe (Fisfe) publicó un comunicado la semana pasada en el que detallaron que desde diciembre más del 71% de sus empresas reportaron disminuciones en sus ventas, ajustes en sus niveles de producción y dificultades para mantener sus plantillas de personal.
El 77% de las ramas fabriles de la provincia tuvieron caídas que en algunos casos superan los 55 puntos respecto al año pasado. Representando el segundo PBI industrial de la Argentina.
A eso sumaron los incrementos en el costo de la energía, insumo crítico para la industria, y la preocupación por el anuncio de una mayor facilidad para importar productos finales de la canasta básica, el mecanismo con el que el Gobierno espera apuntalar la baja de la inflación. El Fefisfe alertó por “inminentes pérdidas de empresas y empleos industriales”.
Tal es él, párate que podemos notar un caso paradigmático, como lo es Acindar donde hubo una suspensión rotativa, que incluye reducción de salarios, de 1.700 empleados de empresas contratistas en la planta de Villa Constitución, Santa Fé, hasta el 15 de junio. La siderúrgica, una de las dos más importantes del país, ya había frenado durante un mes, desde el 18 de marzo hasta el 15 de abril, sus cuatro fábricas en todo el país.
Otro que no se salva es Toyota, automotriz, ejemplo de competitividad para la exportación, abrió el retiro voluntario para 400 empleados, medida que tuvo que ver con menores perspectivas de ventas al exterior. En este sector, tanto FATE como Bridgestone presentaron su Procedimiento Preventivo de Crisis y podría despedir a casi 600 trabajadores.
Ya a esta altura de la situación socioeconómica sumando la realidad sociopolítica la cual se encuentra sumergida en su vedetismo egocentrismo, en el campo productivo queda preguntarnos.
Otro que cayó en estos días fue Talleres Belgrano de Chivilcoy, tras varias generaciones y 78 años de historia de trabajo en el sector metalúrgico, la cerró definitivamente sus puertas el viernes 19 de julio. Dejando tras de sí una historia que en poco tiempo pocos recordarán.
La famosa recuperación en V, de la que habla la actual administración, no aparece y no se acompaña con medidas en favor de la producción nacional, todo parece indicar que la suerte está echada.
El clima en el círculo rojo productivista se enrareció y se pasó a ver un futuro “con más libertad empresaria, pero con menos empresas”, donde como en otras oportunidades, prevalece el más fuerte. Lo que traerá como consecuencia mayor concentración y monopolio. Donde la libertad de elección brillará por su ausencia.
En este sentido, el sector de transporte de pasajero, la empresa Ersa Urbano S.A. anunció este lunes que entró en concurso preventivo de acreedores debido a una fuerte crisis financiera producto de la "devaluación, la suba de costos operativos por la inflación y el atraso tarifario".
En esta realidad también se encuentra trabajando la tradicional "TALPSA" Transporte Automotores La Plata S.A. línea 338, conocida como la costera una firma con más de 60 años de trayectoria que unía de Hipódromo a Hipódromo de Ciudad de La Plata a San Isidro y sus derivadas como la 351/248: mismas que están dentro del segmento de larga distancia, con cabecera de origen la ciudad de La Plata, y alcanzando la ciudad de Gral. Villegas. Uniendo ciudades como Junín, Mercedes, Suipacha, Chivilcoy, Chacabuco, Lincoln, Ameghino, Gral. Viamonte, 9 de julio, Bragado, Alberti, entre otras.
La línea 406: con trayectos entre San Justo y Barrio San José, sumando un recorrido que va de Ramos Mejía hasta San José, en el ramal Burzaco, y de Ramos Mejía a Lomas de Zamora, en el ramal Lomas. Estas empresas firmaron su certificado de defunción esta semana, pues fue absorbida por el conglomerado "DOTA".
Estos cambio o como lo llaman en estos días "REACOMODAMIENTO" permanente en las reglas comerciales lleva a las empresas a buscar la forma de subsistir el mayor tiempo posible, situación que se está tornando cada día más difícil atravesando en muchos sectores el fin de ciclo que dejará fuera de sistema a empleador y empleados ambos con el mismo interrogante ¿Y AHORA QUÉ?