sábado 14 de junio de 2025 - Edición Nº2383

Gremiales | 24 jul 2024

CRISIS DE INGRESOS

En la era Milei, el salario mínimo apenas alcanza para la mitad de la canasta de indigencia

Según las proyecciones del Centro CIFRA de la CTA de los Trabajadores, la “brutal caída” del ingreso baso supera los 30 puntos desde que Javier Milei es presidente. La próxima suba debería llevar su valor a 540 mil pesos para lograr recuperar terreno. Malestar de las centrales obreras por el nuevo fracaso del Consejo del Salario.


Por: Diego Lanese

El nuevo valor del salario mínimo será impuesto nuevamente de forma unilateral por el gobierno, luego que el Consejo del Salario fracasara la semana pasada, cuando empresarios y gremios lo lograron consensuar la suba para el ingreso base.

Las tres centrales obreras acordaron un pedido común, que llevaba el valor a 482 mil pesos en el mes de julio y 505 mil en agosto. Pero las patronales se opusieron, y ofrecieron un incremento escalonado que finalizaba en 264 mil pesos en el mes de octubre. La notable nunca intentó ser laudada por el gobierno, que ante la falta de acuerdo primero pasó a un cuarto intermedio y luego dio por finalizada la cumbre.

Ahora, será la gestión de Javier Milei la que decida el nuevo aumento, y los antecedentes marcan que será una cifra muy parecida a la ofrecida por la parte empresariales. Esto disparó el malestar sindical, que acusó a la gestión libertaria de otra vez “boicotear” la reunión.

Además, remarcado que en este camino “se profundiza la brutal caída” del poder de compra de mínimo, que según un informe, perdió más de 32 puntos desde que La Libertad Avanza se hizo cargo del gobierno.

El pedido unificado de la CGT y las dos fracciones de la CTA apuntó a mejorar algo de lo perdido en este tiempo. Para calcular el pedido se utilizaron datos recolectados por el Centro CIFRA que calculó la pérdida del valor de compra del ingreso base en los últimos años.

“El salario mínimo, vital y móvil sufrió una caída brutal en los meses transcurridos del gobierno de Milei”, concluyó la entidad, que marcó que el valor del ingreso, hoy ubicado en los 234.215 pesos “no se actualiza desde el mes de mayo, tiene un poder de compra 32,1por ciento menor del que tenía en noviembre de 2023”, cuando comenzó la gestión libertaria.

“Desde la asunción del actual gobierno tuvieron lugar dos reuniones del Consejo Nacional del Empleo, la Productividad y el Salario Mínimo, Vital y Móvil en febrero y mayo. Ambas terminaron con laudos de la Secretaría de Trabajo, que fue la que determinó en definitiva los incrementos del año en curso”, recordó el trabajo de CIFRA, al que tuvo acceso Política del Sur.

De esta forma, “los aumentos nominales sumaron 60,5 por ciento respecto de noviembre de 2023, cuando en el mismo período se proyecta acumular una inflación superior al 136 por ciento”. De este modo “se consumó la pérdida real de prácticamente un tercio en el salario mínimo”.

Esta pérdida se suma a las importantes reducciones que tuvieron lugar en años previos, “que superaron el 10 por ciento anual en los años 2018, 2019 y 2020”. Así, “en julio de 2024 el salario mínimo real se ubicó 43,0 por ciento por debajo del nivel que tenía en noviembre de 2019, al final del gobierno de Cambiemos, y 56,4 por ciento por debajo del de noviembre de 2015”.

Más aún, el valor es inferior incluso al vigente durante la mayor parte de la década de 1990. En ese entonces, como ahora, “el nivel era tan bajo que este instrumento había perdido su rol como piso salarial, tal como se buscaba desde un gobierno que bregaba por la desregulación y flexibilización del mercado de trabajo”.

Para el reporte de CIFRA, “el retroceso histórico se evidencia también en la comparación del salario mínimo con las líneas de pobreza y de indigencia”.

“Este salario sólo sería suficiente en julio para comprar el 56,8 por ciento de la canasta básica de alimentos que define la línea de indigencia para una familia tipo y un 25,6 por ciento de la canasta de pobreza, relaciones comparables a las vigentes en la crisis final de la convertibilidad en 2001/2002”, alertó el informe.

Si no hubiese tenido lugar la pérdida de poder de compra del salario mínimo sucedida desde fines de 2015 a la fecha, “en el actual mes de julio este salario hubiera sido prácticamente de 540 mil y hubiese representado más del 143 por ciento sobre la canasta básica alimentaria aludida”. Es decir, que ni siquiera aceptando la oferta unificada de las tres centrales obreras se habría logrado recuperar lo perdido en este tiempo.

Por estos datos, el malestar de los gremios se hizo notar cuando las maniobras dilatorias delas cámaras empresariales fueron avaladas por el gobierno, y se decidió que se fije de manera unilateral el nuevo mínimo. “Fue un boicot, una forma de sostener la destrucción del ingreso base”, le dijo a Política del Sur un dirigente que participó de la reunión del Consejo del Salario, que adelantó que “seguramente” la decisión del oficialismo “esté en línea con lo ofrecido por la patronal”.

“El gobierno no respeta su rol de mediador, y juega abiertamente a favor de las empresas”, se quejó el mismo dirigente, que calificó de “vergonzosa” la escala de subas que se presentó. “estaba todo orquestado para que pase esto”, se resignó.

De concretarse esta oferta de los empresarios representaría el Salario Mínimo, Vital y Móvil más bajo de los últimos 35 años. Mientras se producía la reunió en modalidad virtual, en la sede de la secretaría de Trabajo hubo una manifestación de algunos gremios y organizaciones sociales.

Las tres centrales obreras emitieron duros documentos donde criticaron la actitud empresarial y la complicidad gubernamental. "Desde la Confederación General del Trabajo buscamos acordar con el sector empresario a los fines de recomponer esta referencia salarial, pero nos encontramos con una inaceptable propuesta que de ningún modo será aceptada por esta central de trabajadores", expresaron desde la CGT en un comunicado.

En tanto, desde la central obrera manifestaron: "Esperamos que el gobierno nacional no convalide automáticamente esta vergonzosa oferta que pocas soluciones traería a los sectores que más lo necesitan".

En tanto, la CTA que lidera Hugo Yasky afirmó que “como ya lo hizo en las reuniones de febrero y abril, la representación de Techint en el Consejo del Salario, ya sea a través de la Secretaría de Trabajo o de la mayoría de los paritarios patronales, llevó al fracaso el encuentro para fijar un salario mínimo vital y móvil acorde a las necesidades de la canasta alimentaria”.

Por último, la CTA Autónoma sostuvo que “el congelamiento de los salarios, tanto en sectores formales como informales, o de jubilados y jubiladas, es un efecto deseado, y de esa manera se logra una transferencia de ingresos desde los sectores más vulnerables hacia los sectores económicos más concentrados”.

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