

La Policía Federal Argentina detuvo al líder de una banda delictiva dedicada a los robos tipo golpes comando, bajo la modalidad piratas del asfalto, que operaba en el Conurbano Bonaerense, y que era integrada por ex policías exonerados de la fuerza por diferentes denuncias.
Fuentes oficiales indicaron a Política del Sur que el presunto cabecilla de la organización criminal se encontraba prófugo, a pesar de que pesaban sobre él dos pedidos de captura vigentes. Se trata de un sujeto identificado como J.C. Romero, alías Polly, quien junto a otros delincuentes, habría atacado el 7 de enero del 2023 una fábrica “La Curtiembre” de Paso del Rey, en el partido de Moreno.
Según precisaron, los asaltantes contaban con el dato, aportado aparentemente por un cómplice dentro de la empresa que ofició el rol de "entregador", que en el sitio había un millonario botín, que consistía en un cargamento de pallets de cuero valuado por aquel entonces en 30 millones de pesos, listo para su despacho a España.
De acuerdo a lo determinado por los investigadores del caso, los autores del hecho actuaban como profesionales de la materia: redujeron a los empleados, a quienes amenazaron con armas de fuego, desconectaron los sistemas de cámaras de seguridad, para así poder concretar su plan de apoderarse del botín en un camión IVECO, que retiraron rápidamente del lugar y luego de asegurarse de su llegada a destino, los criminales fugaron a bordo de automóviles de alta gama.
Las primeras investigaciones, bajo las órdenes de la UFI 1 del Departamento Moreno – General Rodríguez, permitieron recuperar gran parte de la mercancía robada, vehículos y el camión utilizado (que poseía chapas patentes cambiadas), como así también lograr la detención de casi la totalidad de la banda.
Sin embargo, faltaba uno, se trataba de “Polly”, quien contaba con múltiples antecedentes penales, entre ellos un homicidio calificado, un avezado criminal “de vieja escuela” tales como los que integraban las famosas superbandas de los años 90.
Hábil y experimentado conocedor de las técnicas de investigación, no iba a resultar fácil su captura, es por ello que la Fiscalía interventora convocó especialmente a la División Homicidios de la Superintendencia de Investigaciones Federales de la mencionada fuerza federal, motivada principalmente por la complejidad del caso y los exitosos resultados que obtuvo en oportunidades anteriores con esa dependencia.
Tras arduas tareas, con tecnología de punta y técnicas no convencionales con las que cuenta la PFA, se hicieron uso de todos los recursos técnicos e informáticos que permitieron determinar la localización geográfica de Romero en el Partido de Moreno, donde impactaban compras en comercios de la zona, que a su vez por medio de discretos seguimientos, permitieron establecer un posible domicilio donde podría residir el buscado y su actual pareja.
Una vez marcada la casa donde se hallaría este peligroso hampón, se instalaron cámaras ocultas que fueron monitoreadas en tiempo real durante las 24 horas por varias semanas, obteniendo así la rutina de actividades de “Polly”, quien cambiaba frecuentemente de vehículos, los cuales no registraba a su nombre por precaución.
Las vigilancias no fueron solo terrestres, también se monitoreó la vivienda con tomas aéreas registradas por drones de última generación, casi imperceptibles. Además, a través de las escuchas telefónicas que llevaron a cabo los investigadores, se determinó que la organización criminal resultaba ser un grupo mixto, integrado por policías apartados de sus funciones.
En el caso de Romero, se determinó que fue personal de la Policía de la Provincia de Buenos Aires con el grado de Sargento 1° hasta el año 2002, momento en que fue procesado y privado de su libertad al ser imputado por el delito de “asociación ilícita y homicidio”, lo que motivó su exoneración; por otro lado, su hijo fue efectivo de la Policía Local, parte de la banda, y detenido.
Finalmente, con las pruebas recopiladas por los detectives federales, el Juzgado de Garantías 2 Departamental, a cargo del Gabriel Alberto Castro, emanó la orden de allanamiento contra el domicilio individualizado, en la intersección de Paysandú y Segurola de Moreno.
Luego de un amplio operativo organizado por la Superintendencia de Investigaciones Federales llevada a cabo el pasado lunes, con el apoyo del Ministerio de Seguridad de la Nación, la División Homicidios irrumpió junto con el Grupo Especial de Operaciones Federales (G.E.O.F.), logrando de una vez por todas dar fin a la historia de impunidad de uno de los más buscados que “nadie podía agarrar”.
Como si de una película se tratara, se baraja la hipótesis de que Romero fue quien orquestó un golpe comando a un traslado por parte del Servicio Penitenciario Bonaerense hasta un Hospital, en el que fue liberado uno de sus compañeros de causa, Juan Manuel Montauti.
En aquella oportunidad, el móvil del traslado fue interceptado en la localidad de Zárate por una camioneta Ford Ranger de la que descendieron al menos cuatro hombres armados con fusiles que despojaron de sus armas a los funcionarios y rescataron a Montauti, que permanece prófugo hoy.