

Por: Federico Cedarri
La situación del radicalismo bonaerense dista de ser la ideal, afloran los tironeos entre los sectores internos sobre la conveniencia de la fecha de elecciones partidarias para elegir la nueva conducción del Comité Provincia que representará el puntapié inicial para avanzar en la estrategia electoral de cara al 2025.
En rigor, el abadismo había tirado al ruedo la fecha de septiembre para ir tanteando el panorama ante el resto de los actores del universo centenario.
Lo cierto es que a los alcaldes radicales les pareció apresurado el llamado en ese momento del año y finalmente habrían acordado que se vote el primer domingo de octubre, o sea el día 6: “Maxi buscó adelantar los tiempo para sacar tajada”, sostiene ante PDS una fuente centenaria que responde a los intendentes.
Los jefes comunales quieren apalancar a uno de los suyos para la titularidad del Comité Provincia, se menciona al ex candidato a vicegobernador Miguel Angel Fernández aunque no se descarta al rauchense Maximiliano Suescun, que ha perdió terreno el último tiempo desde que se enfrió la relación de los centenarios con Kicillof.
Abad tampoco descansa en la intención supina de imponer la sucesión, perfila a dos de sus alfiles marplatenses para el puesto: al titular del bloque de diputados provinciales Diego Garcierena y al actual senador provincial Ariel Martínez Bordaisco que hace tiempo viene trabajando a la par con el ahora legislador nacional.
Pero la puja centenaria no solo esta circunscripta a dos actores, sino que también Evolución tiene intenciones de terciar en la disputa por la titularidad del Comité Provincia: el espacio que reporta al titular nacional Martín Lousteau planea mandar a la cancha al diputado provincial Pablo Domenichini.
Hoy este sector se encuentra alejado del abadismo debido fundamentalmente a las fuertes discrepancias que tienen respecto al perfil que debe encarar el partido con respecto al gobierno de Milei.
El actual presidente del Comité Provincia se alinea con la postura de los gobernadores de dotar al presidente de las herramientas para gobernar, mientras que Lousteau se ha sumergido en un perfil combativo y de hecho presentó su propio proyecto en minoría cuando se votó la Ley Bases en el Senado Nacional.
Empieza a alejarse la chance concreta de un entendimiento entre los distintos espacios en pugna para la conformación de una lista única, aunque no se descarta que tanto los intendentes junto el abadismo sellen una alianza para enfrentar a Evolución o eventualmente al manismo: Los alcaldes centenarios advierten que en caso de cristalizarse esa situación un intendente debería encabezar la lista.
Como anticipó este portal, el médico diputado comenzó hace un tiempo a recorrer la provincia de Buenos Aires, ha trajinado las secciones electorales y mantuvo reuniones reservadas con alcaldes y legisladores a quienes les anticipó que tenía intenciones concretas de jugar con un candidato propio en la interna por el sillón del Comité Provincia.
Lo que no ha decido el oriundo de Salto es a quién va a imponer para enfrentar al abadismo, si será su hermano Gastón que preside la Convención Nacional del radicalismo o su alter ego, el platense Pablo Juliano.
La equidistancia que ha ejercido Manes como estrategia en el tablero político lo sindican cerca del pensamiento de Lousteau, por lo que no sería descabellado que finalmente los dos sectores tiendan a confluir en un espacio común que enfrente al eje que tal vez tejan el abadismo con los intendentes.
El manismo se arroga en su cruzada interna el apoyo del intendente que mayor caudal de votos despunta, el serrano Miguel Lunghi, aunque hasta el momento el apoyo del legendario alcalde habría sido brindado entre cuatro paredes y no de manera pública.
El inconveniente que tendría el diputado nacional es que para ser parte de la contienda intestina los intendentes y el abadismo le pedirán que no saque los pies del plato si pierde su sector y que discipline al bloque disidente que auspicia en la Cámara Baja provincial: una muestra de amor que Manes no estaría dispuesto a llevar adelante por el momento.
Más allá de la interna radical, a Manes lo desvela la chande de buscar un punto de coincidencia con sectores del peronismo no K y retazos del GEN y la Coalición Cívica: el médico diputado no descansa en la idea de ser candidato a presidente en 2027 y en ese menester mueve las fichas.
Hoy la principal cuestión que ocupa a Manes es tejer un armado político que contenga además del radicalismo a otros sectores que se mantengan distanciados ideológicamente de la lógica mileísmo vs kirchnerismo.
Con esa intención sumó al lavagnista Alejandro Topo Rodríguez que ya blanqueó su alineamiento con Misión Argentina, el sello que el médico diputado despunta para su estructura nacional y que busca mantenerse en el centro del espectro político.
La jugada del médico diputado es participar de la contienda interna, ganarla y luego manejar la política de alianzas para catapultar al partido centenario como columna vertebral de un nuevo Juntos por el Cambio.
Esta premisa choca de lleno con el propósito del abadismo de profundizar la independencia partidaria para volver a ser una opción de poder.