viernes 26 de julio de 2024 - Edición Nº2060

Nación | 30 may 2024

INFORME ECONÓMICO

El mundo esclavo del capital financiero

Informe correspondiente al mes de mayo de 2024 realizado por el Dr. Carlos A. Ragonesi y editado por la Fundación Buenos Aires XXI.


En un trabajo similar realizado en marzo de 2022 y publicado por la Fundación Buenos Aires XXI, se informó que la deuda global estaba en una cifra récord de 226 billones de dólares al cierre de 2020 y el Producto Interno Bruto Mundial (PIB) en 88,3 billones de dólares.

En ese entonces, quedaba claro que la deuda del mundo superaba a su propio PIB en algo más de dos veces y media, o bien, visto desde otro ángulo, se podría afirmar que, con esos datos, el mundo tendría que trabajar al menos dos años y medio, sin consumir absolutamente nada, para poder pagar semejante nivel de endeudamiento.

Es necesario recordar que las normas internacionales de interpretación de estos parámetros es que el cociente de endeudamiento respecto del PIB no debería superar 60%.

Es decir, por cada us$ 100 de PIB, solo us$ 60 de deuda.

Los datos actuales, si bien son confusos y aproximados a la realidad, porque no aparecen fácilmente en la web, ni tampoco en los datos del Fondo Monetario Internacional, ni del Banco Mundial, pueden estimarse en los siguientes:

El PIB mundial está en 104 billones de dólares  

La deuda mundial está en 313 billones de dólares

Ahora, la deuda representa el triple del PIB.

Los números han empeorado, porque tan solo desde hace tres años y medio, el PIB creció 17,78%, en tanto que el endeudamiento 38,49%. La aceleración del crecimiento de la deuda supera en más del doble, para ser más exactos 2,16 veces, de la que se corresponde con el crecimiento del PIB.

Ahora el mundo deberá trabajar más que antes -sin consumir- para pagar la deuda. Antes era de dos años y medio y ahora son un poco más de tres años.

El capitalismo financiero se sigue enriqueciendo a costa del esfuerzo del trabajo ajeno.

El otro dato que hay que tener presente es que el PIB mundial crece anualmente (según una publicación del Banco Mundial), a razón de 2,4%, en tanto que el endeudamiento lo hace a razón de una tasa de interés informada por el FMI de 4%. Casi el doble.

Todo esto nos lleva a pensar que estamos frente a una crisis de deuda mundial, donde el capitalismo financiero, con feroz voracidad, se está devorando a la economía real. Resulta inevitable que, tarde o temprano, la burbuja que se está formando estalle y disperse sus nefastas consecuencias por todo el orbe.

Tal como se dijo en el informe anterior, mencionado más arriba, si le aplicáramos al planeta las reglas del derecho concursal, estaríamos en condiciones de afirmar que se encuentra en convocatoria de acreedores, dado que, el capital financiero ya es dueño de todo lo que el mundo posee.

Si no se pueden hacer quitas sobre los niveles de endeudamiento y se decidiera acelerar el nivel de actividad para alcanzar los niveles de deuda, y se recurriera, como ya se hizo en la crisis de 2008, a la expansión monetaria, se elevará la inflación internacional, en cambio, si se oxidara la moneda, tal como expuso Silvio Gesell (Bélgica 1862- Alemania 1930), la propia velocidad de circulación en constante crecimiento nivelaría los valores del PIB frente a los de la deuda global, sin necesidad de empapelar al mundo con billetes inservibles.

Frente a este contexto desolador, resulta inevitable meditar sobre la teoría del mencionado autor.

De ella el gran economista Irving Fisher (Estados Unidos de Norteamérica 1867-1947) dijo: “La aplicación del principio de Gesell, de la circulación de la moneda, sacará a la nación de la depresión en el término de dos o tres semanas”.

Y en su libro “El Orden Económico Natural” de 1906, en la parte correspondiente a libre moneda, Silvio Gesell dijo: “Y así vino al mundo el gran perturbador de la paz, el interés”.

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