viernes 26 de julio de 2024 - Edición Nº2060

Provincia | 31 may 2024

Pelea bonaerense

No amaina la disputa entre el kicillofismo y La Cámpora

Mientras el gobernador busca despegarse de la rosca en el PJ bonaerense, la orga juega la carta de Cristina mediadora para no perder influencia en el esquema partidario. Una tercera corriente de buenos vínculos con los dos sectores en pugna pregona aplacar los ánimos y no fagocitar la construcción de una alternativa al mileísmo.


Por: Federico Cedarri

Los desajustes en el peronismo bonaerense parecen no ceder pese al intento de parte de Axel Kicillof y Máximo Kirchner de explorar un punto de coincidencia para evitar que la escalada se vuelva imparable.

El acto en Florencio Varela que encabezó el gobernador bonaerense y que constituyó el punto de lanzamiento oficial del kicillofismo con vistas a las elecciones de medio término y las presidenciales del 2027 dejó al desnudo las manifiestas desavenencias que envuelven al oficialismo bonaerense.

El aparente apresuramiento del mandatario bonaerense en consolidarse como presidencialista es lo que hace ruido en la estructura de la orga, cerca de Kirchner entienden que es arriesgada la jugada del gobernador y para contrarrestar esa movida vuelven a posicionar una vez más a Cristina Kirchner en su rol de decisora de las próximas movidas del peronismo.

De hecho, las apariciones de la ex presidenta recientemente trasuntaron un guiño inequívoco a la agrupación otrora juvenil en su pulseada por el manejo de la lapicera en el 2025.

En rigor, con el peronismo en el llano y sin un líder que unifique a la tropa era previsible este escenario de disputas y encontronazos.

A la orga también comenzaron a pasarle factura los internismos, lo que había denunciado hace un tiempo el ahora kicillofista acérrimo, Andrés Larroque, de que La Cámpora había devenido en una conducción vertical donde tres lugartenientes de Máximo Kirchner bajaban línea por WhatsApp y aplacaban el debate, tuvo su correlato más evidente en la disidencia que comenzó a hacerse patente en distritos como San Fernando, José C. Paz y Florencio Varela.

Las franquicias de la orga ponen en evidencia su disconformidad con un estilo de conducción personalista y ya comenzaron migrar paulatinamente hacia el kiicllofismo: “Nadie se va a inmolar por la ambición de Máximo”, explica a PDS una fuente legislativa peronista ligada al armado del gobernador.

Algunos intendentes del peronismo de la Primera Sección Electoral y del interior bonaerense estarían observado con preocupación este enfrentamiento: no desean que en el contexto de ajuste sobre los recursos bonaerenses que lleva adelante Milei las peleas internas contribuyan a diluir la formación de una alternativa de gobierno hacia el 2027.

Uno de los más entusiastas en evitar rispideces es el ministro de Obras y Servicios Públicos de la provincia de Buenos Aires, Gabriel Katopodis, que mantiene buena sintonía con Máximo Kirchner, que varias veces desembarcó en San Martín, pero que a su vez se sienta en la mesa chica de los armadores de la estructura política del gobernador.

El ex alcalde de San Martín es uno de los principales dirigentes que camina la provincia bregando por la unidad partidaria y la necesidad de evitar una interna en el PJ bonaerense que deje heridas difíciles de restañar.

También esconde el deseo de posicionarse como una opción para la sucesión de Kicillof en la gobernación bonaerense, título por el que también pugna el avellanedense Jorge Ferraresi.

Prudencia en la gobernación bonaerense

En el palacio de gobierno de La Plata prima la cautela, Kicillof prefiere no inmiscuirse en la interna peronista bonaerense y quedar asociado a la rosca política ante una opinión pública sensibilizada.

El gobernador entiende que ha encontrado un rol en el tablero político nacional que lo posiciona como la antítesis de Javier Milei y piensa continuar explotándolo y sacando rédito de la situación: no ve con malos ojos obtener un puesto relevante en la mesa de conducción del peronismo nacional para extender su influencia hacia otros territorios.

Cerca del mandatario sostienen que en el PJ bonaerense es probable que se desenvuelva un proceso interno entre los alcaldes que avalaron la reelección de Kicillof sin fisuras y la orga, aunque el gobernador no aparecerá públicamente fogoneando el enfrentamiento ni tomando partido por la fracción que lo respalda.

La Cámpora jugará la carta de Cristina, buscará la mediación la ex presidenta y la conformación de una lista de unidad encabezada por Máximo.

Kicillof en tanto no desespera por la titularidad del PJ bonaerense pero sí quiere obtener lugares preferenciales en caso de haber una lista de unidad para su tropa, además pulseará por el manejo de la lapicera en igualdad de condiciones con los intendentes del conurbano y La Cámpora con la intención de introducir leales en la listas para la Legislatura donde ostenta una mayoría prestada.

En el armado del gobernador descuentan que la irrupción de Cristina en el juego político obstruye la composición de una nueva melodía como anhelan muchos dirigentes del PJ bonaerense que aún no se atreven a manifestarlo públicamente pero que despotrican en privado.

En medio de la convulsión interna, Kicillof debe afrontar la tormenta financiera que se avizora en el segundo semestre, llegar a fin de año pagando sueldos y aguinaldos es la prioridad absoluta en el contexto de una recaudación cada vez más magra por la caída de la actividad, dificultades para acceder a créditos internacionales para obras de infraestructura y un déficit creciente de varias masas salariales.

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