Al observar el entorno actual, es evidente el grado de vedettismo en la política, especialmente en este mes de mayo donde el tan mentado pacto del 25 de mayo, impulsado por la actual administración, se encuentra en dudas y podría postergarse para tiempos venideros.

Los emprendedores, PYMES, micropymes y comerciantes ya se encuentran abrumados por la realidad del día a día, recordando seguramente la magnífica interpretación de Alejandro Lerner, quien manifestó:

"Que difícil se me hace

Mantenerme en este viaje

Sin saber adónde voy en realidad

Si es de ida o de vuelta

Si el furgón es la primera

Si volver es una forma de llegar"

El contexto socioeconómico y el grado de exasperación existente se han exacerbado en los últimos días con la aparición del (RIGI) Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones, un proyecto de ley que ha generado controversia debido a sus implicancias en la importación y su impacto en el mercado interno, especialmente en las pequeñas y medianas empresas (PYMES).

Representantes de distintas cámaras del sector productivo se movilizaron al Congreso Nacional esta semana con la intención de manifestarse en desacuerdo con algunos puntos clave del RIGI. Este proyecto tiene como objetivo atraer inversiones superiores a los 200 millones de dólares, tanto de capital extranjero como nacional, enfocándose en áreas como la minería, el petróleo y el gas, con proyectos de larga duración.

El RIGI cuenta con beneficios en incentivos fiscales, como la reducción del Impuesto a las Ganancias al 25% para los Vehículos Titulares de un Único Proyecto (VPU), amortización acelerada de bienes muebles e infraestructura, transferencia de quebrantos impositivos no absorbidos dentro de los primeros 5 años y excepciones en derechos de importación y exportación, permitiendo la importación de maquinarias e insumos sin aranceles, incluso cuando exista producción local, lo que deja en desigualdad a la producción nacional.

Estas condiciones, sumadas al desplome de la actividad industrial bonaerense, que registra una caída del 15,6% en comparación con el año anterior, junto con otras cifras alarmantes como la caída del 43% en la producción de cemento para la construcción y la baja del 24% en la producción de vehículos, evidencian un panorama desafiante para el sector.

Además, recientemente se conocieron datos del INDEC que muestran una caída interanual del 21% en la industria manufacturera a nivel nacional, siendo el rubro de muebles y colchones el más afectado, con una baja del 40%.

En este contexto, la nueva normativa del RIGI colocaría a los proveedores locales en una situación de desventaja frente a los productos importados, generando una competencia desleal que podría resultar en la destrucción de puestos de trabajo.

Las buenas prácticas de desarrollo deben buscar generar crecimiento productivo, industrial y tecnológico, así como la creación de empleo en todo el país. Sin embargo, esta normativa parece orientarse hacia una economía meramente extractiva, favoreciendo a unos pocos en detrimento del desarrollo nacional.

Es imperativo discutir en torno a esta ley, ya que sigue siendo relevante para el futuro de nuestro país. Mientras tanto, los emprendedores continúan enfrentando los desafíos diarios con valentía, sosteniendo:

"Que difícil se me hace

Mantenerme con coraje

Lejos de la transa y la prostitución

Defender mi ideología

Buena o mala pero mía

Tan humana como la contra la contradicción"