

La joven trans que fue la primera detenida por el crimen de Fernando Pérez Algaba, trata de rehacer su vida "desde cero", luego de ser sobreseída de la investigación por el asesinato del empresario descuartizado, que fue encontrado en septiembre pasado en Ingeniero Budge.
"Soy una víctima, una perejill. Me usaron para tapar sus cosas", expresó Alma Nicol Chamorro, que en diálogo con el programa radial Política del Sur aseguró: "Me arruinaron la vida".
Según contó a este medio, desde el día en que la detuvieron como supuesta partícipe del homicidio de "Lechuga", no pudo volver a la casa de su padre, a pesar de que recuperó la libertad 22 días después de permanecer tras las rejas. "Trato de retomar mi vida porque no podía ni salir", manifestó.
"Me llevaron presa y no sabía ni por qué. Tuve miedo, no sabía que podía pasar y ahora no puedo volver a la casa de mi padre porque me mandan a la policía", lamentó Chamorro, quien quedó involucrada a la causa por una declaración de su hermano, quien la apuntó como la dueña del maletín donde encontraron los restos de Pérez Algaba.
No obstante, más tarde esa primera versión fue aclarada por el hombre, que desmintió lo que dijo en primera instancia y que su hermana haya estado involucrada en el asesinato, razón por la cual fue liberada.
"Desde que murió mi papá, no volví a tener relación con mis hermanos, pero no sé por qué me hicieron esto", señaló la mujer, que fue recientemente desvinculada en la investigación.
Por su parte, el resto de los acusados que siguen imputados en la causa esperan a ser juzgados: Maximiliano Pilepich, Nahuel Vargas, Matías Gil, Flavia Bomrad, Horacio Córdoba, Fernando Carrizo, Luis Contreras y Blanca Cristaldo, quienes serán sometidos a juicio oral.
Los más complicados son Vargas y Pilepich, socios de la víctima. Ambos están señalados como autores de homicidio cuádruplemente calificado por concurso premeditado de dos o más personas, alevosía, codicia y uso de arma de fuego, en grado de coautores y partícipes secundarios y falso testimonio y encubrimiento agravado. Sobre los otros procesados pesa la misma acusación, pero con diferente grado de participación.
Para el Ministerio Público Fiscal, el crimen de Pérez Algaba fue cometido por una deuda de 50.000 dólares y 17 terrenos que Pilepich debía entregarle. Con el fin de cobrarla, el empresario fue la tarde del 18 de julio pasado hasta el predio "Renacer" de General Rodríguez a encontrarse con él, pero nunca volvió de ahí. Luego de varios días desaparecido, su cuerpo fue encontrado descuartizado.