Las economías regionales se encuentran en una situación crítica, con un panorama desafiante a pesar de una producción superior a la del año 2023, afectada por la sequía. La Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro) ha publicado su informe mensual sobre las "Economías Regionales", revelando un panorama preocupante.

En el sistema de semáforo implementado por la entidad para abril, se muestra un deterioro significativo, con 5 sectores en verde, 1 en amarillo y 13 en rojo. Los colores reflejan la actividad económica de cada región, donde el verde indica demanda activa, exportaciones o mercado interno estable, el amarillo denota fluctuaciones de precios, y el rojo señala una situación crítica, con baja demanda, precios por debajo de la inflación y costos elevados.

Durante abril, los precios de las producciones agropecuarias se mantuvieron por debajo de la inflación, mientras que los costos continuaron en alza. Aunque se registraron algunos aumentos en marzo, no se observa una mejora significativa, lo que sugiere que la tendencia podría empeorar en mayo.

Uno de los principales problemas es la baja demanda, tanto a nivel interno como en las exportaciones, lo que afecta las expectativas del sector. Esto dificulta las inversiones a largo plazo y compromete la recuperación económica.

Entre las producciones más afectadas se encuentra el algodón, con problemas productivos (brotación), aunque mejora en área respecto a la campaña anterior, con precios muy bajos, casi por la mitad de la inflación, lo que justifica su clasificación en rojo.

El arroz experimentó una disminución de precios en marzo, pero todavía se mantiene interanualmente, recuperando superficie y reduciendo sus niveles de exportaciones.

En el caso de las aves, se ha modificado el índice de costos, priorizando la producción de carne sobre la de huevos. Los precios, aunque subieron en marzo interanualmente, están por debajo de la inflación, con costos levemente a la par. Los niveles de producción son aceptables y los niveles de consumo también son estables.

La producción porcina (carne de cerdo), que hasta el mes pasado estaba en verde, muestra un estancamiento en los precios con costos elevados y un menor consumo, lo que genera alerta para el sector.

En tanto, la producción de carne bovina enfrenta un interesante desafío, con precios estables pero niveles de demanda tanto internacional como local bajos.

El Gobierno está alerta ante la mala cosecha de girasol, y se cuestiona cuánto generaría la cosecha fina respecto de la sequía, siendo casi la mitad de las producciones las que están recuperando los niveles productivos, pero en valores menores a los esperados.

El sector de los cítricos dulces muestra alerta por los bajos precios, especialmente en otoño e invierno, periodos críticos para esta producción.

La producción forestal muestra precios del bosque implantado a la par de la inflación, quizá levemente superiores, pero con una demanda muy baja, y una disminución significativa en las exportaciones.

La producción de granos es un desafío importante, donde se observa una baja de precios al productor con costos por encima de estos precios, y una leve recuperación productiva saliendo de la sequía. Sin embargo, los niveles de exportación son muy bajos en valor comparados con la campaña anterior.

Las hortalizas muestran volatilidad de precios que cambia mes a mes. En el caso de la yerba mate, todos los indicadores se observan estables.

La producción de leche presenta un precio por encima de la inflación, con costos altos. Los volúmenes producidos son muy bajos y los niveles de exportación, aunque mayores en volumen, son más bajos en valor, con una reducción del consumo interno.

La producción de mandioca muestra precios muy por debajo de la inflación. La producción de maní está recuperando en superficie y precios, lo que permite observar estabilidad respecto a los meses anteriores. La producción de miel tiene precios muy bajos, problemas productivos y muy baja exportación, al igual que la producción ovina, que no ha mostrado un cambio importante.

La producción de peras y manzanas ingresó la nueva campaña, con lo que se espera que en los próximos meses se puedan ver mayores volúmenes, donde la ecuación económica y logística habilitará los momentos de envío a los distintos mercados. Es en este punto donde se presta especial atención al costo de la energía eléctrica, principal insumo para el acondicionamiento y acopio de la fruta.

La producción de vino está finalizando su cosecha, con menores volúmenes a los esperados, y precios en la Bolsa de Mendoza muy estancados, casi a la mitad de la inflación. Los volúmenes enviados al mercado interno y de exportación son menores interanualmente. En este caso también hay que estar atentos al costo de la energía, teniendo que esperar a que el vino se elabore, para que a mediados de año se liberen los nuevos precios.

Este panorama sobre las economías regionales deja en claro que el Gobierno verá afectada la recaudación por cada uno de los rubros, sumado a la desocupación de mano de obra en cada uno de ellos. Este cóctel de situaciones condiciona a los pequeños productores.

En cuanto a los grandes productores, están a la espera de los acontecimientos, donde las trágicas inundaciones que afectan buena parte de Rio Grande do Sul, en el extremo sur de Brasil, vuelven a ser el principal argumento para la soja en la Bolsa de Chicago. La oleaginosa sumó un aumento acumulado del 7,4% en la comparación con el cierre del martes 30 de abril.

En esta realidad, los pequeños productores se encomiendan a Dios y a la providencia, mientras que los grandes productores observan con cautela los eventos que puedan afectar el mercado internacional.

 "A DIOS ROGANDO CON EL MAZO DANDO"