Por: Federico Cedarri

El peronismo bonaerense no termina de zanjar las disidencias más que evidentes entre los referentes que comulgan con el armado para sostener una hipotética candidatura de Axel Kicillof en 2027 y La Cámpora, que no se resigna a perder la conducción partidaria provincial y tener menos injerencia de la que se acostumbró en la confección de listas en 2025.

Cristina Kirchner buscó poner paños fríos en la disputa durante el acto en Quilmes, aunque la elección del lugar y el plantar en el escenario solamente a la alcaldesa del lugar, Mayra Mendoza, dio una pista de que la ex presidenta no dejará tirada a la orga.

Más allá de estas nimiedades internas, Cristina volvió a posicionarse nuevamente como la referente nacional que busca cobijar bajo su regazo a las distintas vertientes que despunta diferencias poco menos que irreconciliables entre sí: “Cristina demostró el sábado que es la conductora, no solo del peronismo sino de un importante conglomerado social del campo nacional y popular”, suelta con entusiasmo a este portal un dirigente ligado a La Cámpora.

Lo cierto es que la ex presidenta no tiene pensado dejar de influir en las decisiones que embargan al peronismo bonaerense, todo indica que volverá a ejercer un protagonismo irrenunciable dejando de lado sus propias afirmaciones de que buscaba sucesor para su bastón de mariscal.

Los dirigentes que se cobijan bajo el amparo del gobernador bonaerense Axel Kicillof, que hoy buscan un nuevo rótulo multisectorial para lanzarse al ruedo político, no ven con buenos ojos la nueva irrupción de Cristina Kirchner.

Entienden que el peronismo necesita un episodio de renovación y no visualizan que el mismo llegue de la mano de la ex presidenta: “Necesitamos escribir la nueva melodía y debe ser innovadora”, recalca ante PDS un legislador que reporta en el armado que sustenta al gobernador.

Los camporistas festejan con sorna que la aparición de Cristina haya sepultado las demás apariciones de Axel Kicillof durante aquella jornada, tanto en Ensenada como en Avellaneda, de la mano de dos fuertes componentes del tablero del gobernador: Mario Secco y Jorge Ferraresi.

“Cristina retornó al redil y ya desplazó a Axel del centro del ring, hoy Milei se pelea con ella”, destacan en la orga.

Lo cierto es que desde la agrupación que lidera Máximo Kirchner se comienza a insinuar que quizás en el 2025 Cristina nuevamente pueda encabezar una boleta representando a la provincia de Buenos Aires, lo que obligaría nuevamente a reconfigurar el escenario ya que en ese esquema si la ex mandataria pone el cuerpo a un candidatura volvería a monopolizar la lapicera como condición.

Ese es el temor que invade al incipiente kicillofismo, de que nuevamente y mediante el influjo de Cristina, La Cámpora vuelva a entronizarse en los principales casilleros de las listas en desmedro de los alcaldes que vienen advirtiendo que el gobernador debe tener una corte de legisladores propios mirando el espejo de Javier Milei y las complejidades que éste tiene para anudar acuerdos ante un Congreso hostil.

Kicillof mientras tanto continúa el enfrentamiento con el presidente por los fondos que el mandatario rasuró a la provincia de Buenos Aires: prevé que pueden aparecer complicaciones en el segundo semestre con el financiamiento de los gastos comunes.

Las peticiones formales ante la Justicia no aparecen con visos de resolución inmediata por lo que el mandatario apelará a la movilización popular para presionar a Milei y obtener aunque sea una parte de los recursos que perdió.

En ese sentido, comprometió a los alcaldes radicales para que hagan lobby sobre los diputados nacionales de la provincia de Buenos Aires para aprobar una iniciativa que prohijaron el gobernador y Máximo Kirchner que consiste en la institucionalización del FONID y el Fondo para el Transporte.

Los desafíos que vienen

Es un secreto a voces que hay conciliábulos políticos en torno a avanzar con la caducidad definitiva de la ley que limita más de una reelección de los alcaldes.

Si bien desde la gobernación bonaerense buscan despegarse de la jugada es sabido que al gobernador bonaerense podría entusiasmarlo la posibilidad de que la artillería del peronismo en el conurbano cuente con todos sus caciques en el respaldo a una hipotética candidatura presidencial.

En la Legislatura bonaerense admiten desde todos los campamentos que han comenzado charlas informales sobre el tema, la preocupación que los embarga por el momento obedece a determinar con exactitud el tiempo justo de blanquear la movida sin generar rechazo en la sociedad: “Si hacemos eso ahora sería ponernos en el paredón para que Milei y el poder mediático nos fusile con su discurso anticasta, pero antes de terminar el año en curso debería haber una definición por sí o por no”, desliza por lo bajo ante PDS una fuente parlamentaria peronista.

Lo cierto es que el peronismo contaría con el guiño del radicalismo y de un sector del PRO ligado a los alcaldes para dar el paso y brindarle sepultura a la ley votada en 2017 y modificada en 2021.

En la vereda de enfrente se agruparían los bloques oficialista de LLA, el bullrismo y el massismo que fue cogobierno con Vidal en la Cámara Baja provincial durante el mandato de Heidi.

Además,el tigrense fue uno de los máximos impulsores para poner fin a la hegemonía de las reelecciones indefinidas.

Massa no estaría pasando por el mejor momento en su relación con Kicillof, a la molestia de los alcaldes renovadores con el gobernador sobre principios de año porque no escuchaba sus demandas se sumó la caída de la nominación de Martín Marinucci al frente de AUBASA y el desembarco frustrado de Malena Galmarini en el Grupo BAPRO: todos acontecimientos que motivaron al ex candidato presidencial a tomar prudente distancia del gobernador y también del camporismo.