viernes 26 de julio de 2024 - Edición Nº2060

Gremiales | 25 ene 2024

ANÁLISIS

Los gremios mostraron su poder de movilización y condicionan la discusión legislativa

Frente al Congreso, hubo una verdadera multitud que rechazó la aprobación del DNU y la Ley Ómnibus, que se trata en el recinto. El pedido fue directo: hacer caer ambas iniciativas, el corazón del proyecto económico de la gestión libertaria. La respuesta del Gobierno mantiene el espíritu del “todo o nada”.


Por: Diego Lanese

Apenas 44 días después de asumir la presidencia, Javier Milei sufrió su primer paro nacional. Luego de más de cuatro años sin medidas de alcance general, las centrales obreras del país decidieron una jornada de protesta que buscó más que nada mostrar capacidad de movilización. Por eso, marcharon al Congreso junto a movimientos sociales y diversos espacios políticos, para mandar un claro mensaje: el rechazo al DNU y la Ley Ómnibus. La demostración de fuerza pareció estar más dedicada a los legisladores que al propio mandatario libertario, que eligió el silencio para seguir la jornada, que marca un revés para su propia figura, ya que las imágenes de la Plaza de los dos congresos del 10 de diciembre y de este día son muy distintas. “No actúen agazapados en la oscuridad, miren al pueblo a la cara”, dijo en su discurso el cotitular de la CGT, Héctor Daer, en un claro mensaje a los diputados, luego que se lograra un dictamen de comisión “fantasma”, que se sabe se firmó pero hasta horas de la tarde no conocía casi nadie. La marcha mostró todo el potencial que tiene en materia de organización el movimiento obrero, que empuja al peronismo a reorganizarse en torno a un plan de resistencia. La representación política, ausente y sin referencias en el horizonte.

 

La CGT deslizó al cierre de la jornada que cerca de un millón de personas se movilizaron a este paro nacional, que tuvo como particularidad que tuvo transporte público hasta las 19, permitiendo que la gente se acerque a la Ciudad de Buenos Aires, para ser parte de la marcha. Esto también hizo que el comercio funcionase casi con normalidad, dando la sensación de un “paro a medias”. Pero para este caso, el mensaje era la capacidad de movilizar y ganar la calle que los gremios en general y la CGT en particular quiso dar. La misma central obrera que en el 2016 perdió el atril ante el reclamo de un paro nacional decidió no cometer el mismo error, y ante la falta de articulación política sumó a la dos CTA y la UTEP, representantes de la economía popular, en esta muestra de fuerza que apuntó al Congreso. En la previa, se firmó un dictamen para tratar la Ley Ómnibus y el DNU, una perfecta metáfora de lo que vienen denunciando los dirigentes. “Les decimos a los diputados que de acuerdo al mandato popular que miren a todos ustedes a la cara, que nos miren a los ojos, que actúen en consecuencia, que no actúen en la oscuridad, agazapados, porque les dijeron que son coimeros”, sostuvo Daer ante la multitud, en un claro mensaje a los diputados, en especial los peronistas.

El paro de este miércoles, se insiste, parece no estar directamente dedicado al presidente Milei, sino además al legislativo. La última huelga nacional tuvo lugar en mayo del 2019 contra el gobierno de Mauricio Macri, y es la número 43 desde la vuelta a la democracia. Según Observatorio de Calidad Institucional de la Universidad Austral, de un total de 42 paros nacionales anteriores, 26 paros generales se concentraron en tres presidentes no peronistas (Alfonsín, De la Rúa y Macri) dos de ellos con mandatos parcialmente ejercidos y sólo uno con mandato completo, versus 16 paros generales a cinco presidentes de origen peronista (Menem -2-, Duhalde, Néstor Kirchner, Cristina Fernández de Kirchner -2-, y Alberto Fernández que sumaron en conjunto seis mandatos regulares más un mandato especial por la crisis del 2001). En términos porcentuales: 62 por ciento (a fuerzas no peronistas) versus 38 por ciento (a fuerzas peronistas), destacó el informe de la Escuela de Gobierno de la Universidad Austral. Sobre estas cuestiones, flanco donde se ataca el paro, Hugo Yasky, de la CTA de los Trabajadores, habló ante los medios sobre el tema. Yasky dijo que no hicieron paro general al anterior gobierno porque “había poder de compra y creación de empleo”, aunque aclaró que era “de baja calidad”. En ese sentido indicó que "ahora no hay generación de empleo, hay miseria extendida, no hay paritarias porque la concepción del (presidente Javier) Milei es que él es poderoso y fuerte con los débiles”.

 

Un hecho que destaco de esta protesta es que tuvo un alto acatamiento en el interior, con actos en las principales ciudades y movilizaciones muy importantes. Incluso en ciudades turísticas como Bariloche, Mar del Plata y otras donde los turistas vieron con asombro cómo miles de personas salieron a la calle. Tamnién en varias ciudades del exterior hubo apoyos a la protesta de los gremios argentinos. En este sentido, el secretario general del gremio de docentes bonaerenses SUTEBA, Roberto Baradel, consideró que el paro de la CGT a partir de este mediodía tendrá "un impacto importante" en todo el país y buscará dar "una respuesta concreta" a las reformas propuestas por el Gobierno nacional, que en el caso de implementarse, dijo, significaría la "entrega" del país. "Si lo dejáramos hacer, en dos meses tendríamos a la Argentina entregada. En esta coyuntura se necesita una respuesta concreta para rechazar esto", aseveró Baradel en declaraciones previas al acto central.

Uno de los capítulos más curiosos de la marcha se dio cuando a través de los medios se cruzaron por la marcha Facundo y Pablo Moyano. El ex diputado nacional estuvo en el Congreso pero con duras críticas al sindicalismo y el peronismo, a quien acusó de ser responsable del triunfo de Milei. “Hay que hacerse cargo de los errores del pasado", remarcó el referente del sindicato de peajes SUTPA, que manifestó la necesidad de comenzar a construir una oposición basada en la autocrítica por los errores cometidos durante el gobierno de Alberto Fernández. “Sin autocrítica no tenemos punto de partida”, aseguró el dirigente del sindicato de los peajes, que en agosto de 2021 renunció a su banca como legislador y abandonó el Frente de Todos. “Este momento tiene que ser para los dirigentes del peronismo un momento de autocrítica profunda”, señaló en declaraciones televisivas.

Cuando lo consultaron en la misma plaza a su hermano Pablo, uno de los referentes de la movida y responsable de los cruces más picantes con el Gobierno, su respuesta dejó a más de uno con la boca abierta: “No opino de la farándula”.

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