

Por: Federico Cedarri
Cuando el resultado del ballotage cantó el 19 de noviembre pasado que Javier Milei se había llevado casi el 56% de las voluntades el gobernador Axel Kicillof comenzó a orejear que el destino no tenía reservado para la provincia de Buenos Aires un lecho de rosas.
La falta de precisiones financieras de parte del Gobierno nacional es inquietante respecto a los fondos discrecionales que recibía el territorio bonaerense, en tanto la provincia comienza a darse de bruces contra la realidad: en la primera quincena de enero es el distrito que más ha sufrido el recorte de transferencias automáticas, 11 puntos porcentuales respecto al año 2023.
No solo lo económico aflige al mandatario provincial, ya que el hecho de inusual violencia registrado en La Matanza como consecuencia de disputas por lotes de tierra y que causó cinco muertos, posó una vez más las luces sobre el urticante tema de la inseguridad en la provincia de Buenos Aires.
Cuando ocurría un hecho con ribetes drámaticos como el que aconteció en el distrito del oeste del conurbano, el ex ministro de Seguridad Sergio Berni por su impulsiva personalidad copaba la parada mediática y era en cierta manera el destinatario de cuestionamientos.
Su reemplazante Javier Alonso cultiva un perfil subterráneo por lo que esta vez las esquirlas del hecho tuvieron como destinatario al mandatario provincial: el Gobierno nacional aprovechó la ocasión y le asestó críticas ironizando sobre el rol del Estado presente al que tanto alude Kicillof.
El Gobernador se siente cómodo con Milei en el centro del ring, llevar adelante una guerra dialéctica e ideológica con el Presidente le permite robustecerse puertas adentro del kirchnerismo como un cruzado contra el ajuste.
Kicillof descuenta que los cuatro años de su segundo mandato serán complejos y los alcaldes bonaerenses también han tomado nota de que necesitarán esforzar la creatividad para obtener recursos, por lo pronto han recibido la autorización de los Concejos Deliberantes para aumentar los tributos municipales en algunos casos por sobre el 200% promedio.
El ajuste nacional que se abate con fuerza sobre la provincia de Buenos Aires ha obligado al mandatario provincial a solicitarle a sus ministros que rediseñen programas sin afectar la obra pública y todo lo que atañe a lo social.
Lo que más causó sorpresa en los últimos días es que por primera vez el mandatario provincial comienza a hablar de cierta animosidad de Javier Milei para con la provincia de Buenos Aires.
Kicillof revela que la diferencias ideológicas que tiene invariablemente con el mandatario nacional no pueden derivar en perjuicios para los bonaerenses: “Es obvio que van querer destruir a Axel porque lo ven como un competidor de fuste en el 2027 luego del ajuste brutal que se inflige el pueblo”, destaca a PDS un legislador provincial peronista ligado a los intendentes.
También preocupa en calle 6 la falta de interlocutores válidos del gobierno de Milei, solamente destacan que se mantienen esporádicos contactos con el ministro del Interior, Guillermo Francos, que no logran igualmente sacar del pantano de la incertidumbre a las autoridades bonaerenses.
Desde la Casa Rosada solo se limitan a responder que la cuestión se abordará en los próximos días a través de un eventual encuentro personal entre Javier Milei y Axel Kicillof.
Los antecedentes inmediatos de la guerra dialéctica entre ambos no preanuncian a priori una hipotética reunión sin sobresaltos.
Una de las preocupaciones que mantiene en vilo al gobernador Axel Kicillof tiene que ver con el brusco descenso que experimenta la actividad económica en los principales distritos de la costa bonaerense durante la actual temporada estival.
“En algunos sitios turísticos la baja del consumo es de hasta un 50% respecto al verano pasado y eso es debido a las medidas de ajuste y el salto inflacionario por la devaluación que dispuso el Gobierno nacional”, comentan cerca del mandatrio.
Kicillof no se queda quieto y recorre con fruición los distritos costeros donde busca agrupar a intendentes y empresarios del rubro turístico en una cruzada contra el torniquete en las cuentas públicas que lleva adelante Javier Milei.
El Gobernador apuntará en ese sentido a robustecer las mesas sectoriales que viene fogoneando en los principales distritos bonaerenses con intendentes del palo y organizaciones sociales, por el momento constituyen los primeros focos de resistencia activa al Gobierno nacional: “No se la vamos a hacer fácil a Milei porque está en juego el bienestar de los bonaerenses”, sostiene con ahínco a PDS un referente parlamentario justicialista.
Kicillof resolvió el cierre de la paritaria 2023 por decreto ya que no fue posible lograr un acercamiento con la postura de los gremios, lo que preanuncia un 2024 cargado de tensión en ese aspecto si es que el salario se continúa erosionando por el aumento del costo de vida, si bien tanto UPCN como ATE manifestaron comprensión por la situación financiera de la provincia no dejaron de expresar que el aumento dispuesto era insuficiente y pidieron volver a negociar en febrero.
El Gobernador buscará por todos los medios evitar la impresión de una moneda bonaerense, sabe que no contará esta vez con el respaldo del Gobierno nacional lo que puede perjudicar notoriamente la nominalidad de la hipotética emisión: “Es una posibilidad que se maneja como última instancia”, admiten en calle 6.