Por: Federico Cedarri

La interna en las entrañas del peronismo bonaerense asoma compleja en lo que tiene que ver con las diferencias por demás ostensibles entre los dos sectores en que parece dividido el órgano partidario.

Por un lado la conducción de Máximo Kirchner con alcaldes aliados que otrora respondían al esquema de poder de Martín Insaurralde a lo que puede sumarse coyunturalmente el Frente Renovador de Sergio Massa; y en contraposición la llamada Mesa de Ensenada donde comulgan Mario Secco, el avellanedense Jorge Ferraresi y el matancero Fernando Espinoza como las caras más visibles, que mantienen sintonía fina con el gobernador Axel Kicillof.

Esas desavenencias derraman sobre el esquema de poder construido por el oficialismo dentro de la Legislatura Bonaerense.

Kirchner mostró que su poder de fuego no está licuado como muchos pregonaban y dejó de manifiesto su decisiva influencia a la hora de las negociaciones por los principales lugares parlamentarios.

Pudo colar al titular de la Cámara de Diputados en acuerdo con los retazos del insaurraldismo, si bien en una primera instancia Máximo propuso a Juan Pablo de Jesús debido al conocimiento que ostenta de la botonera del Cuerpo, el costense fue vetado por su cercanía con el ex alcalde lomense y finalmente apareció un nombre de consenso dentro de aquel grupo y que supo trabajar cerca de Insaurralde, el montehermosense Alejandro Dichiara.

El massismo, en tanto, que pugnaba en el comienzo de las negociaciones por la presidencia para uno de los suyos, el turco Rubén Eslaiman, comprendió que la derrota de su líder en el ballotage había tirado por la borda algunos acuerdos preliminares de los tiempos de esplendor del besamanos hacia el ex ministro de Economía.

No obstante, el tigrense logró que el ex ministro de Transporte Alexis Guerrera tome el mando de mariscal del Cuerpo a partir del 10 de diciembre de 2024 en rotación con Dichiara.

El gobernador Axel Kicillof debió pulsear para abrir el nudo del paquete que habían negociado Kirchner y Massa y poder finalmente colocar un alfil propio en las principales líneas parlamentarias.

La presión de la Casa de Gobierno trajo sus frutos y finalmente Carlos Cuto Moreno, que quería la Vicepresidencia Primera, bajó un escalón sus pretensiones y se quedó con la Vicepresidencia Segunda con el aditamento de que vía una modificación del reglamento interno también ostentará firma.

De esta manera, el primario esquema tripartito de contralor se extiende a cuatro durante el próximo período ordinario.

Diputados también debe resolver otras cuestiones en su próximo encuentro que se prevé será para tratar el Presupuesto y la Ley Impositiva: discernir finalmente quién se quedará con el sillón estratégico del Secretario Legislativo del Cuerpo que está vacante.

Hay una pelea silenciosa entre el massismo y La Cámpora por ese lugar que se constituye en trascendente dentro de la arquitectura parlamentaria del Cuerpo.

Los representantes del Frente Renovador empujan a alguien que ya estuvo en el lugar durante la presidencia de Jorge Sarghini, Eduardo Cergnul, cuando el massismo tenía un acuerdo de cogobernabilidad de la Cámara con la ex gobernadora María Eugenia Vidal

La Cámpora pugna por reemplazar al chacabuquense Mauricio Barrientos por algún ex intendente ligado al grupo que respondía a Insaurralde.

Asimismo, debe jurar su vicepresidencia Carlos Cuto Moreno que como consecuencia de la perdurable molestia que sostenía por su desplazamiento en una primera instancia de las negociaciones por las autoridades del Cuerpo no bajó al recinto para cumplir con el trámite de rigor.

Posibilidad de una Vicepresidencia tercera para buscar acuerdos

Comienza a tomar relieve la chance de que pueda avanzarse en la habilitación de una Vicepresidencia Tercera que podría eventualmente tener injerencia en el contralor de la Cámara.

De concretarse, podría recalar allí algún legislador libertario con la intención de propiciar la búsqueda de apoyos para aprobar las iniciativas que enviará el gobernador bonaerense Axel Kicillof.

El mandatario es consciente de que necesita sustento parlamentario para la concreción de proyectos importantes, por lo tanto la monopolización de los principales lugares de la Cámara Baja por miembros del oficialismo conspiran contra aquella intención.

La presidencia del bloque oficialista aun no terminó de definirse, si bien cuenta con buenas chances de quedase con la silla principal del bloque Avelino Zurro, soldado del alcalde ultrakirchnerista de Pehuajó Pablo Zurro, la llegada a la Cámara del ex titular del espacio hasta 2021 y armador provincial de Máximo Kirchner, Facundo Tignanelli, siembra un manto de dudas.

“Es probable que asuma Avelino porque Tignanelli no querría saber nada con volver a tomar el bloque”, presagia ante la consulta de PDS un importante diputado peronista.