Una parroquia ubicada en la localidad de Monte Grande sufrió una ola de robos en las últimas semanas, por parte de delincuentes sin escrúpulos que se llevaron todo lo que pudieron.

"La última vez, nos robaron el tanque de agua", contó una de las fieles que asiste a la capilla, seriamente afectada por la cantidad de hechos de inseguridad que padece. "En cualquier momento nos van a robar las paredes", lamentó la mujer.

Los ladrones, que actúan impunes, serían gente del barrio, que aprovechan la ausencia de personas en el lugar y la oscuridad de la noche para llevar a cabo sus planes delictivos.

"La otra vez, cuando entraron a robar, se llevaron los inodoros, mochilas y las rejas de los baños", relató la testigo. Además, en otros robos, el botín de los malvivientes incluyó "la campana y hasta el medidor de gas".

A pesar de las denuncias, las autoridades policiales no pudieron encontrar a los responsables, que podrían volver a atacar en cualquier momento.