

Por: Federico Cedarri
El ministro de Economía Sergio Massa encara el último tramo de campaña con la convicción de estar ante su última oportunidad de llegar a la Casa Rosada.
Y en ese sentido jugó todas las cartas del mazo en lo que tiene que ver con medidas de compensación social ante la escalada inflacionaria y la devaluación llevada a cabo post PASO.
Pero también conocen en el entorno del Ministro que la elección será de bandera verde y que más allá del piso de voto consolidado con el que arrancan la carrera hacia la segunda vuelta descuentan que necesitan indefectiblemente sumar votos independientes.
Es por eso que Massa no ceja en su intento de seducir al votante radical por lo que se lo vio en los últimos días buscando reivindicar el republicanismo del ex presidente Raúl Alfonsín contraponiéndolo con los valores supuestamente antidemocráticos del líder libertario Javier Milei.
En rigor, Massa busca confraternizar con aquel votante boina blanca ofuscado por la decisión de Macri de aliarse con Milei y tirar por la borda la unidad de Juntos por el Cambio.
No es antojadiza la elección de la figura de Alfonsín para cazar apoyos radicales: Milei siempre denostó la figura del ex presidente a quién lo demoniza denominándolo el padre de la hiperinflación y lo ningunea caratulando su gobierno como uno de los peores de la historia.
Massa habla de manera periódica con el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, para coordinar las bajadas del candidato a la provincia de Buenos Aires y sobre todo al conurbano bonaerense donde al Ministro le inquieta de sobremanera la posibilidad de que el aparato no se mueva con la misma vitalidad que el 22 de octubre porque los alcaldes ya lograron ganar la elección distrital.
En ese sentido, Massa les aseguró que en el presupuesto 2024 está planificada una cuantiosa cifra destinada para obras de infraestructura y vivienda en aquellos terruños del importante cordón industrial, además de garantizarles un aumento de fondos para equipamiento en seguridad.
"Creemos que los intendentes jugarán a fondo como el 22, ellos saben los que sería un gobierno de Milei, se les practicará un recorte importante de los fondos, es por eso que saben que está en juego el destino de la patria y actuarán en consecuencia”, explica solemne ante PDS un legislador provincial peronista.
En ese tesón por atesorar votos independientes, el Ministro busca despegarse de la égida de Cristina Kirchner y promete que la actual vicepresidenta no tendrá injerencia de sus decisiones.
La ex presidenta advirtió no obstante que no estar en una boleta no significa un retiro de la actividad por lo que no parece factible que una política de fuste como Cristina, se esté o no de acuerdo con sus premisas, abandone la centralidad política que posee en importantes sectores de la población y que representan una porción para nada desdeñable que acompañó a Massa en la primera vuelta.
El tigrense también buscará el voto en las provincias adversas como Santa Fe, Mendoza y sobre todo en Córdoba, allí contempla con asombro las críticas que le vertió el gobernador Juan Schiaretti involucrándolo en la jugada K de juicio político contra la Corte Suprema.
El Ministro sospecha que el actual Gobernador mediterráneo ha dividido los roles con el electo Martín Llaryora y que la postal resultante escenifica al Gringo tirando munición gruesa contra Massa y al actual intendente de Córdoba tendiendo puentes.
La inquina de Schiaretti puede estar relacionada con las encuestas que encargó en Córdoba para tomar el pulso de sus comprovincianos y que le dan una importante ventaja a Milei.
En el comando del Ministro de Economía reciben todo el tiempo encuestas y si bien el margen de error de la mismas indican a priori el escenario de un empate técnico que puede eventualmente volcar la balanza hacia cualquiera de los dos lados, entienden que hay un voto vergonzante que no logran auscultar los sondeos y que puede permitirle a Massa ganar por una diferencia importante.
Entienden cerca del candidato oficialista que en el norte se repetirán las abultadas diferencias a favor de Massa mientras que en Santa Fe y Mendoza habría ventaja de Milei.
En Córdoba el libertario se llevaría un importante apoyo del voto de Schiaretti que sería compensado con la ventaja que Massa obtendría en Buenos Aires que entienden sería de más de 10 puntos.
En el massismo razonan que la Ciudad de Buenos Aires puede transformarse en decisiva, allí la elección según sus mediciones estaría bastante pareja con apenas una leve preeminencia hacia Milei, creen estar cosechando el voto radical progresista que acompañó a Martin Lousteau en la interna con Jorge Macri.
Si bien son optimistas, nadie se aventura en precipitar una imagen de triunfalismo: “En la PASO los favoritos eran los candidatos de Juntos por el Cambio y perdieron, en la primera vuelta Milei se proclamaba ganador y ahora partimos nosotros con una ventaja, por eso hay que manejarse con tranquilidad y no dejarse llevar por los cantos de sirena”, relativiza ante los sondeos que pululan un massista de paladar negro.